Para serles sincera, yo de Fútbol no se mucho, me parece muy cansón ver a tantas personas sudando por ese gran campo, en pos de una pelota. No podemos negar que el colorido que sus camisetas despliegan es hermoso y la fanaticada con sus gritos, hacen que sin quererlo, la adrenalina salte por todo nuestro cuerpo y nos haga delirar de gusto por ese ¡GOL! que uno de los nuestros hizo. Mas aún cuando se encuentran en el terreno nuestra querida Vino Tinto.
Estos chicos hicieron lo que todos esperábamos. El sueño de llegar a una Copa. Esto era hace algunos años, tan pero tan lejano, que el solo hecho de oír que la selección de Venezuela de Fútbol iba a jugar, no nos motivaba a ir a el estadio a verlos, si lo transmitían por la televisión ni que hablar, si era transmitido por radio, la flojera se apoderaba de nosotros y nos negábamos a someternos a ese suplicio. Pero que diferencia es ahora, se logró La Copa América en suelo venezolano, es un triunfo para nuestro país y para toda Sur América.
Esta oportunidad que hemos tenido en estos días de Copa, nos han servido para que el mundo entero se dé cuenta de la clase de personas que somos, que con un dicho muy llanero podemos puntualizar “El venezolano es del tamaño del compromiso que se le presente” y lo mantenemos con los 9 estadios, unos que remodelaron y otros que hicieron, también con la organización que nos deja muy en alto, para ser en un futuro sede de otros campeonatos, no solamente de fútbol, podemos hablar de unas Olimpíadas Mundiales, y a su vez transformar dichos estadios en espacios para eventos de otra índole, como conciertos musicales, eventos sociales, políticos y religiosos, pudiendo sacarle provecho al 100 % de toda esta inversión que se ha hecho.
Gritemos con alegría, ¡Que viva la Vino Tinto!, lo merecen, tanto los jugadores como su entrenador el Dr. Richard Páez, que con su buen ojo clínico, pudo llevarnos hasta esta Copa.
Así como les digo esto, les digo lo otro. Es cierto que son minoría, los que adversan, no al Presidente sino a toda Venezuela. En algunos juegos se dejaron colar como esos ratoncitos que suben a un barco por el mecate que lo mantiene unido a el muelle, callados, con sus ojos saltones de delirio, con su mal corazón que los lleva a querer enturbiar ese logro por el que todos estamos luchando. Se escurren entre la gente saludando y riendo con la satisfacción del que sabe que lo que hace es malo, pero que no lo puede evitar por que está en sus genes en su esencia. Y ahí entre dos o tres, sacan de sus mochilas, sus máscaras y juguetes que saben que por un segundo podrán hacer daño, ya que están de acuerdo con algún medio televisivo, que sabe cuando y cómo los sacará al aire, que maléficos y traidores a su patria son.
Pero, yo sigo con el entusiasmo del venezolano que apostó a su patria, el venezolano que no se deja arrastrar por esas bajas pasiones que sabe que la lucha es peleando por un ideal y una mejor forma de vida.
¡PATRIA SOCIALISMO O MUERTE!
¡¡VENCEREMOS!!
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