Venezuela tuvo un revelador retroceso en los Juegos Deportivos Panamericanos que clausuran hoy.
Cuando la delegación partía hacia Río de Janeiro el ministro Eduardo Álvarez habló como quien estaba bien seguro de lo que decía: la meta son 20 de oro (cuatro más que en los Juegos de Santiago, RD) y conservar el sexto lugar, que por una medalla le había ganado a Argentina. Sólo debían superarnos países con mayor desarrollo: EEUU, Canadá, Brasil, México y Cuba, que sin serlo, es desde hace rato una potencia deportiva en la región.
Las federaciones habían recibido todos los recursos necesarios, en preparación de atletas y equipos se habían gastado sumas millardianas, las mejores técnicas a disposición, los viajes al exterior que consideraron necesarios. El Estado venezolano no escatimó un solo bolívar con tal alcanzar esos objetivos. Era importante para la imagen de Venezuela en el mundo, y particularmente, en América. Ese medallero se estaría divulgando durante dos semanas en centenares de medios, desde Argentina hasta Canadá.
Mientras en Santiago la delegación obtuvo el sexto puesto con 16 de oro, 20 de plata y 28 de bronce, (64), hasta ayer teníamos 10-22-34. Pero la diferencia en las doradas, que son las que cuentan para jerarquizar, era demasiado grande. Y en lugar del sexto al que aspirábamos, rodamos al séptimo o al octavo, con la particularidad de que Colombia, que desde hace años escala gradualmente posiciones, nos aventajó en oro y desde el comienzo de los juegos, se mantuvo sobre Venezuela.
En cuanto a los deportes, habría que destacar que el beisbol que parecía recuperado y podría obtener medalla, regresó sin ganar un solo partido, y en el atletismo continúa una sequía que debió encender luces rojas hace tiempo.
¿Quién engañó a quién? Tenemos que hacernos esa pregunta porque no entendemos que en los más altos niveles de la dirección de deporte creyeron todo cuanto aseguraban los federativos y técnicos y, basados en tales reportes, nos dijeron al país que mejoraríamos el excelente desempeño en los últimos Panamericanos.
Este descalabro ocurre en malos momentos de la imagen venezolana en el exterior. Estamos fuera de la Comunidad Andina de Naciones, con inesperadas dificultades para ingresar a Mercosur, cuando el Presidente nos dice que está prácticamente bloqueado el proyecto de gasoducto, y en el mundo desarrollado se acentúa una campaña antivenezolana.
Antes de ofrecernos las explicaciones de lo ocurrido, deben pensarlo bien. Hace un año, al regreso de otro importante revés, en los Centroamericanos de Cartagena donde bajamos al cuarto lugar, también fallaron los cálculos, proyecciones y promesas.
El ministro para la Defensa
, general Gustavo Rangel Briceño, en el acto de graduación de nuevos oficiales de la Reserva Nacional, en el teatro de la Academia Militar, la noche del viernes, les dijo: "Hagan ustedes una Fuerza Armada Nacional diferente, rompan ustedes los paradigmas que nos impuso Juan Vicente Gómez... este es el reto que tenemos". Tendrá que desarrollar esa idea y explicarla para que no tenga diferentes interpretaciones.
Raúl Castro
puso énfasis en la situación del país, con dificultades en la economía que no han podido superar, insistió en la necesidad de ser más eficientes, y luce que seguirá el camino de flexibilizar un régimen económico que parece una camisa de fuerza.
Anunció la apertura a las inversiones extranjeras, por supuesto, dentro de los límites de una economía socialista. Pero deben hacer algo porque la vida se ha encarecido y son más agudos los problema de la vivienda y del transporte público.
Mientras en Argentina,
donde la Corte Suprema acaba de anular los indultos a los jefes de la dictadura militar, favorecidos por Menen, y hasta en Chile se han abierto juicios a militares responsables de muertes, torturas y desaparecidos, aquí el vicepresidente Jorge Rodríguez y la Asociación de Familiares de Desaparecidos, coincidieron en reclamar justicia. Es inconcebible que la Asamblea Nacional no haya tenido fuerza para acceder a los archivos militares y criminales que esconden tanto secreto sobre esos crímenes.
¿Existió
una Iglesia Católica Venezolana? ¿Y ya sabe por qué el Presidente no estuvo el martes en el Panteón? Vea esta noche a las 10 el canal 2 de TVes.
Riesgos del periodismo
El Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI, siglas en ingles), fundado en 2002, en Bruselas, por la Federación Internacional de Periodistas y el Instituto Internacional de Prensa, se preocupa por los riegos en el ejercicio de la profesión de periodistas. Hace poco divulgó su informe sobre periodistas muertos mientras trabajaban profesionalmente en los últimos once años: 1996 a 2006. En ese período murieron 1.000 periodistas, y de ellos, 97 ayudantes. La mayoría (423) de prensa, 279 de TV, 162 de radio y 62 de agencias; 167 en guerras internacionales, 102 en conflictos armados nacionales y 731 en tiempo de paz.
El ranking de los primeros 24 países, con más de 10 muertos, lo encabeza, lógicamente, Irak, con 138, y le siguen Rusia con 88 y Colombia con 72, en el vecino mueren 7 cada año desde 1996. El segundo país latinoamericano es México, con 31 y luego están Brasil con 27, Perú 16 y Guatemala 13.
Ahora cabe preguntar ¿Cómo es que Venezuela aparece en medios internacionales y en algunas instituciones como el país con más riegos para ejercer la profesión? ¿Por qué Colombia no figura en los índices y declaraciones de la SIP, RSF, etc. como el país latinoamericano donde es más peligroso ejercer el periodismo? ¿Por qué no se habla de México, Brasil, Perú y Guatemala, también entre los 24 países del mundo donde más periodistas mueren en acción? Según alguna estadística que a menudo muestran en foros sobre libertad de prensa, aquí se han cometido en los años de Chávez algo así como 700 agresiones a la libertad de prensa, pero en cambio no pueden ofrecer, paralelamente, una relación de las noticias o artículos no divulgados por la acción gubernamental.
Fedecamaritas
José Luis Betancourt fue electo presidente de Fedecámaras como vocero de las más duras líneas antigubernamentales, la dirigió sin pena ni gloria, hoy es un organismo con cada vez menos peso en el país, y se retiró con un discurso en esa misma orientación.
En estos años muchos han abandonado ese organismo y proliferan las cámaras de maletín. Una de las más sensibles pérdidas fue de la Alberto Cudemus, quien explicó su conducta diciendo que en Fedecámaras "no han defendido principios sino posiciones políticas, no han entendido los cambios históricos en el país".
Cuando la nueva directiva reciba, pese a su elección unánime, tendrá un organismo disminuido con cada vez menos poder y con otro paralelo en crecimiento. Y de ñapa, un estudiante de la Universidad Monte Ávila les dijo en la plenaria de ayer que "han perdido la confianza del país, no tienen arraigo nacional, ni defienden lo hecho en Venezuela". ¿Qué más quieren?
edrangel@cadena-capriles.com