Tal ha sido el impacto en Colombia del anuncio del presidente Chávez como mediador en la búsqueda de un acuerdo humanitario entre el gobierno y las Farc, que hasta la Conferencia Episcopal se pronunció por el despeje de una zona para el encuentro, y el neoembajador Brownfield saludó las negociaciones. Aunque no mencionó a Chávez.
Era pedirle mucho. Entre tanto, aquí nadie de la oposición ha visto como algo positivo estas negociaciones y prefieren ignorarla, a la espera del deseado fracaso.
El ambiente entre los vecinos y algunos pronunciamientos de jefes de Estado, hacen suponer que esta mediación será exitosa, aún en el caso de que no sean liberados todos los presos y secuestrados. Tanto allá como aquí hay sectores que apuestan al fracaso, poco les importa el sentido humanitario de las gestiones, ni el dolor de los familiares, sólo les preocupa el éxito que pueda tener Chávez, y su proyección fuera de Venezuela.
En el seno del gobierno hubo posiciones contrarias a los posibles acuerdos. Hace dos años, un "grupo de países amigos" gestionó y formuló proposiciones, pero el palacio San Carlos las divulgó antes de que las conocieran las Farc y, naturalmente, fracasaron. Después, emisarios franceses estuvieron en contacto con el N° 2 de las Farc, Raúl Reyes, e inesperadamente por órdenes de Uribe se le hizo saber al presidente Chirac que tales reuniones no tenían el visto bueno del gobierno.
Hoy, las condiciones son distintas, las presiones de la opinión pública colombiana han crecido, sectores antes neutros se han pronunciado, y para Uribe es difícil seguir eludiéndolas y estimular obstáculos y mantener la dura política de rescate militar; en cambio, parece evidente su disposición al diálogo.
Los resultados de esta mediación no dependen de una entrevista Chavez-Marulanda. Elementales razones de seguridad, que ni los servicios de inteligencia colombianos ni los venezolanos, ni las Farc, pueden garantizar a ninguno de los dos, hace imposible esa reunión. Marulanda anunció hace días que enviará un representante suyo, y es posible que mientras se tejían especulaciones en torno a los supuestos viajes de uno u otro a Colombia o a Venezuela, ese emisario personal del comandante de las Farc esté camino a Caracas. De manera que en cualquier momento nos sorprenderá una foto en Miraflores de una primera entrevista, punto de partida de las reuniones de las partes. El canciller Araújo ha reconocido en reciente gira en Europa la importancia de la mediación de Chávez, y la senadora Córdoba declara que es el único que puede hacerlo.
Como en toda negociación, una y otra parte tendrán que hacer concesiones. Les será difícil mantener sus posiciones rígidas. Para flexibilizarlas estará en juego el papel de tan excepcional mediador, con apoyo de la opinión pública colombiana y en la esfera internacional.
Tenemos que acostumbrarnos
a ver cosas como estas, a propósito de la reforma constitucional: "Esto es comunismo puro", Emeterio Gómez en Quinto Día; "Con la reforma, se consolida el dominio total del capital extranjero sobre nuestro país", Douglas Bravo, en La Razón. ¿A quién creerle?
La comentada encuesta del Ivad
introdujo otro elemento para que se hagan más irreconciliables las posiciones dentro de la oposición, dividida entre abstenerse o votar en contra de la reforma constitucional. A la pregunta correspondiente, 24% respondió que se abstendría, y 22,5% que votará en contra.
Sorprende el silencio de la Cancillería
después que el gobierno de Perú anunció el asilo a Carlos Ortega, prófugo de la justicia. Con reservas han opinado el ministro Carreño y el presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Calixto Ortega.
No creo que esté tratando de confirmar si es cierto que el presidente Alan García procedió a petición de Carlos Andrés Pérez.
Bestial la campaña en Internet
contra el maestro José Antonio Abreu. Los más recalcitrantes le expresan sus odios, y llaman a no asistir a los conciertos que dirija o donde participe alguno de los grupos del sistema de orquestas juveniles e infantiles Simón Bolívar.
Increíble, pero esas conductas todavía existen.
El economista José Grasso
con sólida experiencia gerencial, hombre de equilibrio y aficionado al beisbol, podría ser el dirigente que necesitan los equipos y la Liga.
La FAN en las encuestas
La encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (Ivad) revela opiniones de la gente sobre las propuestas de cambio en la Fuerza Armada Nacional que deben llamar a la reflexión tanto de Miraflores como en el Capitolio. Por ejemplo, cuando se preguntó si estaban de acuerdo con la nueva definición (cuerpo patriótico, popular y anti-imperialista), las opiniones se dividieron: 47,2% a favor y 44,4% en contra, porcentaje este muy por encima de la última votación de la oposición (37%). De allí que insista en la conveniencia de fusionar esta definición con la contenida en la vigente Carta Magna: cuerpo profesional y sin militancia política, que podría sustituirse por partidista.
Sorprendentemente, la proposición de cambiarle el nombre por el de Bolivariana, encontró un 52,7% de rechazo por 41,1% a favor. No me lo explico. Algo parecido ocurrió con el de la Guardia Territorial en lugar del tradicional de Guardia Nacional, vigente desde 1938, cuando fue fundada. El presidente percibió de inmediato el rechazo, y corrigió.
Naturalmente, estas, como en todas las encuestas, son opiniones de los civiles, recogidas en todo el país, y sería de mucho interés conocer las opiniones de los militares sobre esas proposiciones. ¿Qué opinarán en la I División de Infantería, en la marinería de la fragata Urdaneta, en el Core 5 o en un escuadrón de F16 o lo que queda de Mirages? Otro asunto de sumo interés tiene que ver con la palabra socialismo, menos de la mitad (47%) se pronunció partidario (63% votó en diciembre por Chávez), y 40,5% estuvo en desacuerdo. Relacionada con ésta, Ivad ofreció tres opciones de respuestas a la pregunta como ve a Venezuela a mediano plazo, en el supuesto de que se aprueben las reformas propuestas: 53% respondió que será un país socialista y democrático; 13% un país socialista no democrático y 23,7% "un país comunista como Cuba". Una mayoría sólida, que aún puede crecer, está convencida de que será un país con democracia socialista.
Todavía tenemos un mes para cambios de opinión antes de que la Asamblea Nacional convoque a la tercera y última discusión de las proposiciones, y una vez que conozcan las opiniones de los aspirantes a militantes del Psuv, que están siendo consultadas, creo que hay razones para una reflexión en quienes tienen en sus manos la decisión de lo que será la nueva Constitución.
edrangel@cadena-capriles.com