Referéndum en Venezuela

La victoria moral de Chávez

Es muy interesante lo que acaba de suceder en Venezuela, con la victoria del
NO contra la propuesta del Presidente Chávez de cambiar la Constitución que
él mismo hizo aprobar hace ocho años. Las cifras indican que el NO ganó con
un pequeño porcentaje, pero lo importante es que la democracia se fortaleció
porque la oposición reconoció la legitimidad del juego democrático, y salió
a defender la Constitución que durante los ocho años anteriores había
vilipendiado.

La tranquilidad con que Chávez aceptó los resultados dice bien de él. Su
discurso, aunque un tanto largo y reiterativo, como es costumbre, incluyó
una reflexión poderosa sobre la democracia y la participación civil en la
política ciudadana. Como él dijo, esta derrota es en realidad una victoria
moral, porque consolida en el pueblo venezolano la confianza en el sistema y
en la revolución bolivariana.

La oposición quedó, a pesar de su victoria, descolocada. Minutos antes de
que se conocieran las cifras oficiales, algunos representantes de la
oposición estaban alterados, vociferantes, sugiriendo que el retraso de una
hora en la lectura de los resultados era una maniobra gubernamental. No
hubo tal, en cambio hubo transparencia, como en todo el proceso.

Chávez admitió que la derrota del SI tuvo que ver con el alto grado de
abstencionismo, cercano a un 44 por ciento. Sin embargo, sería interesante
profundizar en el análisis de ese abstencionismo, más aún en el supuesto de
que los abstencionistas –como sugiere el presidente Chávez- eran partidarios
de la Revolución Bolivariana. La pregunta “¿por qué se abstuvo usted?”
podría arrojar interesantes respuestas. No sería raro, por ejemplo, que la
re-elección presidencial sea uno de los temas que molesta incluso a quienes
se identifican con el proceso bolivariano.

La derrota del SI significa que sigue vigente la Constitución en la que se
funda la Revolución Bolivariana. Las nuevas reformas, tendrán que esperar.
Chávez dijo que no se moverá ni una coma de la propuesta que fue derrotada,
pero me imagino que eso no lo puede decidir por sus pistolas, sino en
diálogo con esa mitad de Venezuela que le apuesta al cambio. De otro modo,
no sería una propuesta de Constitución nacida del consenso y del diálogo
democrático.

La oposición estaba medianamente alborozada con el triunfo, porque sabe que
fue una demostración de fuerza. Es también interesante constatar que hay en
la oposición una conciencia clara de que una victoria por un punto
porcentual es “pírrica”, como dijo Chávez, y no significa en absoluto un
rechazo del proceso revolucionario ni tampoco de la figura de Chávez. Nadie
debe equivocarse al respecto, y menos la oposición venezolana.

La victoria del NO, de alguna manera, abre nuevas puertas para el diálogo.
El Presidente Chávez ha tenido la hidalguía pero sobre todo la inteligencia,
de considerar la derrota como un episodio en un proceso de larga duración.
Como militar, sabe que perder una batalla no significa perder la guerra.

Lecciones para nuestro Presidente Evo Morales, que en su empecinamiento por
una Constitución a su medida, no duda en manifestar actitudes autoritarias y
arrogantes. Un poco más de transparencia, un poco más de la inteligencia
política que muestra Chávez en estos momentos, le haría bien a su fiel
seguidor boliviano.


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