Un triunfo pírrico que es derrota de la oposición i triunfo de la Democracia verdadera (I)

“El triunfo milagroso, tiene
su sed de venganza”
Carlyle

I

Hai derrotas que, desde un principio, se convierten en auténticas victorias para quien o quienes se designan como los vencidos. Por ello el nombre de victoria pírrica, en recuerdo de Pirro, aquel rei de Epiro, región sud occidental de Grecia junto al mar Jónico, cuando la victoria tenía más daños que beneficios por distintas causas; o de otro modo, la derrota sirve al vencido para demostrar al mundo que, de su parte, está la verdad, la ética i la justicia, mientras el vencedor de hunde i se hace miserable, sumergido en los más terribles deseo de pura venganza irracional. I ese ha sido el modelo, de triunfo pírrico de la oposición, obtenido no por su tesón i razones opuestas a la Reforma Constitucional, sino por los defectos profundamente humanos de quienes, pueblo por un lado con pasiones triunfalistas i desidia consiguiente, i por otros factores negativos en los dirigentes del gobierno i en una parte del gentío común, accesible a los sobornos pecuniarios del imperio norteamericano; i la maldad calculada de sus lacayos de la oligarquía criolla, léase empresarios. Por ello creo que, como lo expresarán otros amigos escritores –ya Sant Roz lo ha iniciado- es propicio el momento para aclarar la calidad de muchos falsos revolucionarios o socialista que han “encerrado o aislado al presidente”, de quienes sin mayores intereses materiales sino el progreso de la revolución, compartimos sus sueños de una patria grande i poderosa. Hombres con “garrochas políticas” como Luis Miquilena, Pablo Medina, Ismael García o Raúl Isaías Baduel, siguen en su entorno, así como aventureros extranjeros, con presencia de intelectuales o filósofos, como Heinz Dieterich (hace tiempo lo advertí) i otros que no nombro por los momentos hasta que compruebe mis intuiciones o ellos mismos se quiten la careta. Mientras tanto, venezolanos valiosos, están marginados del proceso, por mucho diputado o funcionario público que no desea competencia, en eso de atesorar riqueza i olvidar aportes serios al proceso revolucionario i a la patria. Se desoyen muchas voces valiosas i criollas, mientras abundan los improvisados i los oportunistas.

Muchos hombres de pueblo, intelectuales o escritores que apenas asoman su opiniones por APORREA (i parece que ese fortín de opiniones no llega al gabinete del presidente Chávez) coinciden en que, Mario Silva García i su programa LA HOJILLA, es el máximo bastión en defensa del Socialismo Bolivariano, como podríamos llamarlo para quitarle a los ignorantes intelectuales de la oposición, el miedo a los nombres i etiquetas cuyo significado se ignora. En cambio se presta atención a dinosaurios que un ayer aparentaron ser hombres de izquierda revolucionaria, caso típico de Petkoff, Pompeyo Márquez, Américo Martín i otros, quienes han demostrado más afición a los negocios en dólares, que a las ideas revolucionarias acorde a la época i a la evolución de la vida planetaria.

Esta victoria pírrica del NO, que no fue triunfo de ninguna otra propuesta contraria, que no fue triunfo otro modelo de modificación para una Constitución que ahora alaban i defienden, luego de ser aquella bicha detestable, engendro de una Constituyente igualmente detestable, es sencillamente una negación irracional de notables mejorías para el pueblo venezolano, entre ellas la creación de un verdadero poder del pueblo, no teórico sino, con oportunidad de administrar sus propios recursos i de paso poner un freno colectivo i efectivo, al sida social de la corrupción, “obra maestra” de la IV República i la dictadura de partidos que durante más de cinco décadas, han corrompido la vida política de la nación. La misma corrupción que se inició con Santander, cuando vino el primer préstamo de dinero al nuevo mundo, i la misma corrupción, depravación consumista i disolución de valores tradicionales que, a continuación, ha venido imponiendo el capitalismo i el imperialismo, asesino de todas las libertades i progresos de los pueblos de su patio trasero. Solamente los ignorantes, los estúpidos i los vendidos a ese imperio, no pueden ver todo el mal que anunció el Libertador Simón Bolívar, “administrado con perfidia” a nombre de la Libertad. I sumado a ello, la posición dogmática, medieval i carente de inteligencia i humanidad, de la Iglesia católica principalmente, opio innegable de los pueblos “cristianos” del mundo occidental. I en cuanto a economía i comercio justo, nosotros, jamás habíamos tenido verdaderos empresarios, excepto en la fabricación de rones; ningún empresario ni siquiera había puesto los pies en alguna fábrica ensambladora de cosas importadas. Un empresario era un señor que había hecho contactos i contratos importadores (con el concurso del gobierno de su partido para evadir todos los impuestos posibles); distribuía mercancía a precios leoninos, especulando i robando a los ciudadanos de segunda i tercera categoría como clasifican los que desprecian la igualdad social, i estaba sentado en un escritorio rodeado de secretarias ejecutivas (las que sabían escribir el papeleo) i algunas que solamente se sentaban en la piernas del jefe, usaban micrófono i estaban autorizadas para no usar ropa interior. De las más audaces hasta podía llegar a esposas o amantes de lujo, mientras la honestas, las eficientes o las menos agraciadas físicamente, vegetaban con sueldos casi estacionarios de por vida. Esos, en mayoría, i con honrosas o escasas excepciones, componían esa super mafia de complicidades, denominada Fedecámara, como la que llegó a protagonizar el Golpe de Estado del 2002; la que tuvo empresas que forjaron monopolios i oligopolios, o desde los tiempos de Gómez impidieron que Venezuela tuviese ferrocarriles por ser cosas atrasadas en desaparición, e impidiendo que tuviésemos en el presente modernos trenes, que son la columna vertebral de la economía en los países avanzados; esto para citar un solo ejemplo de los males terribles que impusieron.. Eso, era un empresario que solamente viajaba al exterior, i desconocían, fuera de la capital u otra ciudad importante (que solamente veía desde su auto con chofer o algún restaurante de lujo), todos los rincones o estados de la patria. A eso se agregaba o se agrega, el desconocimiento de la historia, la geografía, i las costumbres de su pueblo (esa “masa” informe, negra, sucia, sudada i bruta), mientras la gesta libertadora, los héroes i los creadores de la nacionalidad, eran cuentos de caminos, libritos de leyendas, estatuas en las plazas i pendejadas de los poetas o los soñadores. Sus cuatro puntos cardinales era solamente el Norte; su moneda el dólar i sus sueños, viajar o vivir en el paraíso terrenal del planeta Tierra. I así iban formando a sus descendientes, verdaderos cachorros sin sentimientos, conocimientos o noción de patria. Ahora estamos frente a esas semillas de la vanidad, la opulencia i el deshonor, reclamando una patria que no conocen ni mucho menos, aman. Esto es un empresario, con las excepciones honorables de los que son de “inferior categoría” i si quieren hacer industrias i hacer patria. Actúan (los pseudos empresarios oligárquicos) como lo han hecho siempre, porque no tienen realmente una patria a la cual amar; recordando entonces lo que expresaba ese hombre universal que fue Leonardo Da Vinci: “SOLAMENTE SE CONOCE BIEN, LA COSA AMADA”

(Continuará).


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Roberto Jiménez Maggiolo


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