Caracas, 18 de diciembre de 2007
Atención rebeldes de esta ciudad de rebeldes:
La Navidad es una acción de rebeldía. Tan rebelde es que es la época más feliz del año. Es la época en que en esta América nos olvidamos del racismo y de las separaciones culturales. En Navidad se viven momentos especiales que anuncian que la utopía sí es posible.
No se trata solo de la fiesta y de la comida navideñas, sino de que en medio de ellas nuestras raíces confluyen en un mismo río de felicidad y alegría. Entonces indios, africanos y europeos se sientan en la misma mesa a comer platos indígenas y se desenfrenan a bailar la salsa que vino del África a mezclarse con los sones de Europa y por ese rato nos olvidamos de la guerra y del encono. El europeo aporta sus sabores y sus músicas y deja que se mezclen con los que va hallando por aquí y eso desde la Colonia, tan celosa de las diferencias de clase y de cultura.
Porque la Navidad es inconforme, no acepta las separaciones, las desigualdades y mantiene vivo el sueño de la justicia por la que luchamos el resto del año.
Por eso esta plaza de las rebeldías de América, y donde tanto rebelde encontró su última hora en los fuegos de la Inquisición, aquí cerquita, es el lugar más adecuado para servir de marco a la Navidad rebelde desde hace ya más de 500 años.
Así, pues, gente justa que habita este Valle: Vivamos la Navidad como un grito de rebeldía, alegre como toda rebeldía, sabrosa como todo acto de justicia, ruidosa como toda ruptura con la arbitrariedad y el atropello.
Así, para que la Navidad cumpla con sus promesas de igualdad y fraternidad, convoco a los caraqueños a celebrarla como acto de rebelión suprema que viene de siglo en siglo arrollando como es por las calles, desde aquel Año Uno en que nació aquel Rebelde de Galilea, que fue el primero que tuvo la audacia de proclamarse esperanza de esclavos y oprimidos. Con razón lo recibieron como dios y hoy saludamos al hombre que vino a decirnos que había que hacer esto que estamos haciendo los caraqueños, los venezolanos y los latinoamericanos de hoy: liberar al ser humano liberándonos nosotros mismos, como lo proclamó Bolívar desde su niñez transcurrida por estos espacios.
La Navidad es una rebelión, como toda fiesta. Vamos a celebrarla.
roberto.hernandez.montoya@gmail.com