Roberto, leí su artículo “Cuales son tus héroes”. Está muy bueno. Ojo, no estoy replicando, estoy diciendo que me pareció estupendo. Esa paradoja que deja usted ver sobre quienes prefieren que sus hijos se parezcan al Nixón, es producto de los medios y sus atronados bufones. Es producto de la manera de hacer política en este país desde Páez hasta nuestros días. Preferir que sus querubines sean referencia de la institucionalizada viveza criolla, para ellos, no tiene precio.
Agrego que aparecen como contrafigura de los héroes, los villanos, despiadados locos ávidos de poder que se valen de cualquier medio para obtenerlo. Incluso se les atribuye el terror mayor: borrar al Planeta entero del Sistema Solar si no nos sometemos a sus designios.
También están los seres humanos comunes y corrientes que como las hormiguitas, le echan bolas todo el día trabajando sin darse cuenta de los peligros que acechan el hormiguero. El imperio les llama por allá, Jhon Doe, el perfecto desconocido. Aquí le dicen Juan Bimba, el perfecto pendejo.
De acuerdo a los estereotipos impuestos en los comics y enlatados, Jhon y Juan están entre dos aguas, el héroe y el villano, sin sospechar que muchas veces son cara y sello de una misma moneda. El peo es que los primeros siempre tienen que salvarlos de las maldades y muerganuras de los segundos. Jhon y Juan son un par de inútiles que no saben lo que quieren, no toman decisiones, no tienen ánimo para revelarse y lo único que saben es rezar y quejarse. Eso también es un estereotipo, creado para dominar a las masas, para que piensen que sin superpoderes no hay salvación.
Lo que pocos ven en toda está parafernalia es que detrás hay un gran negocio. Existe una interdependencia entre estos extremos. Si tú no jodes al mundo, yo no puedo salvarlo. De modo que estamos ante una de las relaciones más fructíferas en el mayor negocio del mundo: la guerra; donde un loco genocida, promociona a otro y después sale a atajarlo para quedar como un vergatario. “Acomplished mission”.
De ñapa, tenemos a los antihéroes. Son una vaina bien enrevesada. Aunque parecen héroes no lo son, ya que no tienen ni la fisonomía requerida ni los “valores” atribuibles a tales íconos. A menudo son como una cruz que llevan los verdaderos héroes doquiera. Lo más parecido a esa vaina por estos lares son los neo adecos y boliburgueses.
Pero los verdaderos héroes existen. Generalmente son anónimos. Son capaces de dar la vida por sus ideas revolucionarias y de salvar a un Presidente de las fauces del fascismo. Son capaces de recuperarse de un sabotaje petrolero. Son capaces de hacer que tiemblen los villanos cuando los ven venir de las alturas (de los cerros).
Para redondear lo que pudiera ser un examen de conciencia, pues como buen humorista, ha dicho algo muy serio, yo preguntaría a todos: ¿Cuáles son tus Villanos? ¿Quiénes tus antihéroes?
En cuanto al Diablillo encapillado, le dejo esta idea al nuncio. Denle un cursillo rápido de seminarista, ordénenlo cura y háganlo parte de la conferencia episcopal. Por los “valores” y la “fisonomía” para cuadrar en su cofradía no se preocupen, él es un discípulo natural. Con sotana y unos lentes es la cagada de Baltasar.
pladel@cantv.net