El alto nivel de empalago provocado por la pírrica victoria del referendo del 2 de diciembre de 2007, coincidente con la Ley de Amnistía decretada por el presidente Hugo Chávez, parece que le subió la temperatura a la derechona venezolana hasta recalentarle su precario cerebro.
Sólo basta escuchar las desaforadas proclamas, el arcaico conglomerado ideológico y las consignas simples y planas de Henry Ramos Allup, Oscar Pérez y del resucitado Enrique “Esa Basura” Mendoza, por sólo nombrar un trío tétrico, para saber por dónde hierve la incontrolable chifladura febril que vive la insaciable derechona oposicionista.
Quien hoy pueda escuchar y mirar a los bufones de la derechona venezolana, queda convencido que estos viejos cuartos republicanos vinculados a un pasado reaccionario puntofijista, vienen saliendo de darse un baño en una jacuzzi de agua bendita derramada por los obispos fundamentalistas de la Conferencia Episcopal Venezolana. Pues, sin haber salido del fondo del foso, del socavón en que se encuentran, claman por un cielo que nunca les ha pertenecido. Sin embargo, se sienten -con su habitual ignorancia,- propietarios del Paraíso, porque así se los hace creer quien los manda, ordena y financia desde la Casa Blanca.
Qué otro comportamiento podemos esperar de una derechona genuflexa bien desayunada con deliciosos pinchos a base de lomito salpimentado envuelto en láminas de tocineta bañados en salsa de vino tinto que fue perdonada después del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, pero que el 2 de diciembre del mismo año llamó en cadena nacional a un paro petrolero “hasta que Chávez se vaya”. Es decir, la derechona vive y se alimenta de la contrariedad, la conmoción, el destronamiento y el derrocamiento del adversario político. Lo que es lo mismo, coexiste en sus entrañas con de la perversidad.
Sin necesidad de remover mucho el pasado, sabemos que el perdón a la derechona venezolana le rueda en caída libre por el gargüero y que la benignidad del presidente Chávez sólo le sirve al oposicionismo sociológico de caja de resonancia de sus agendas ocultas. Para la derechona, después que tiró al pipote de la basura a la Constitución de 1999, la palabra arrepentimiento no existe. Es decir, vegeta de la perfidia y la vileza política.
Así de canallesca, de mala conciencia y vergonzosa es la derechona venezolana, que el mismísimo Henry Ramos Allup -quien proviene, vive y come en sus propias entrañas-, la calificó “ultraderecha recalcitrante, ultramontana y repugnante”.
Ahora, amnistiada, insuflada de sangre, la derechona actúa sin complejos. Lo grave es que la derechona ni si rinde ni se cansa. Por lo tanto, en su enmascaramiento, la derechona también creó, sin cortapisas, sus propias R para seguir existiendo de sus villanías.
1R. Re-Paro y sabotaje petrolero. A la derechona venezolana se le hace agua la boca cuando sueña con repetir el hecho terrorista que paralizó a la industria petrolera desde el 2 de diciembre de 2002 hasta finales de enero de 2003. Re-perder a Pdvsa, sería perder a Venezuela.
2R. Re-militarización de la Plaza Altamira. El viernes 22 de octubre de 2002 un grupo de ciento treinta militares, seguidores de los postulados reaccionarios y entreguistas de la derechona venezolana, desconoció al Gobierno del presidente Hugo Chávez. Como lugar de concentración usaron la Plaza Altamira del municipio Chacao. Para no pasarla tan mal ni de día ni de noche, muchos de estos militares se hospedaron en el hotel Four Seasons, ubicado frente a la Plaza Altamira. E s decir, re-gustaron al dolce vita
4R. Recalentar las calles. Aunque es una táctica y estrategia que ha fracasado rotundamente, las guarimbas siguen siendo enarboladas por los agitadores de oficio de la derechona en Venezuela.
5R. Renunciar al presidente Chávez. Como si desconociera que le está tocando los huevos al tigre, nuevamente la derechona ha re-vivido su vieja consigna de solicitar la renuncia del presidente Hugo Chávez.
6R. República reencauchada y actualizada. En una voraz maniobra, la derechona piensa regresar a sus viejas andanzas de la IV República.
7R Reincidir en otro 11 de abril de 2002. Todavía la derechona retrógrada no acepta que el golpe de Estado de l1 de abril fue un acto fallido. Por lo tanto, abusando de la amnistía concedida por gracia presidencial, la derechona sueña con reproducir las escenas de sangre que la condujo triunfante hasta el poder por breves horas.
8R. Re-olvidar el 13 de abril de 2002. Aunque la derechona acuñó la consigna de Prohibido Olvidar, el 13 de abril de 2002 se encuentra en el baúl de su olvido mental. Como es sabido, en esa fecha el pueblo venezolano demostró su apego a la democracia, al rechazar las pretensiones de la derechona de imponer un gobierno contrario a la Constitución de 1999. Ese días re-cibieron su merecido.
9R. Relanzar al Filósofo del Zulia. Acostumbrada a una deglución acrítica, la derechona piensa estomacalmente con el relanzamiento del gobernador del Zulia. ¿Qué más se puede esperar de la familia impresentable que conforma a la derechona venezolana? Ya sabemos que “no hay que pedirle peras al horno”.
10R. Retorno del presidente Chávez el 13 de abril de 2002. Recordar esta contundente respuesta que dio el pueblo está prohibido para derechona venezolana.
¡Qué después de la amnistía la derechona venezolana no se vuelva re-equivocar!