En torno a la denuncia del diputado de la Asamblea Nacional, Luis Tascón, se ha levantado una diversidad de opiniones y posiciones interesantisimas sobre el método y práctica de reimpulso, rectificación y revisión de las acciones que se asumen diariamente en la dinámica social y que son protagonizadas en este caso por los representantes del proceso revolucionario. Le doy la bienvenida a este debate que debe abrirse y destaparse para convertirlo en una masiva opinión de los venezolanos, estoy seguro que será o hubiese sido un remedio eficaz a tantas dudas y descontento fundamentalmente en el sector popular que se identifica y apoya el cambio revolucionario y la necesidad de una transformación social en Venezuela que elimine sistemáticamente la desigualdad y la pobreza en nuestro país. Una vez que se acusa a David Cabello en la comisión de contraloría de la Asamblea Nacional, surge la defensa de este por su hermano Diosdado Cabello, actual gobernador del Estado Miranda, región en la que por cierto salió derrotada la propuesta de reforma constitucional propuesta por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela. El hecho está en que se desarrolla un ambiente a lo interno del futuro PSUV, donde habrá dudas a la hora de la crítica severa, el cuestionamiento con pruebas de conducta pública y notoria, prácticamente se mata el acto contralor y se somete al escarnio a todo aquel que eleve su voz contra las gestiones negativas, la pregunta es: ¿qué partido se quiere desarrollar? ¿Al estilo de la tercera y cuarta República? ¿Acaso hay personas intocables en este complejo y escabroso paso de construcción de la nueva sociedad?
Repetir la historia no es posible ni permitible, como afirmé en uno de los escritos anteriores, el PSUV, debe ser el reflejo de una sociedad distinta, pero parece que el camino es culebrero y hay muchos camaleones mimetizados y agazapados dispuestos a echar todo a perder. Con la famosa “lista Tascón” muchos funcionarios cometieron y cometen la injusticia de no dar trabajo a ciudadanos con necesidades económicas, profesionales que en un momento asumieron un derecho de expresión y firmaron contra Chávez, no comparto la persecución laboral eso es contrarrevolucionario, no nos diferencia de las viejas estructuras político- partidistas y todavía se utiliza esa “lista de de Tascón” pero entonces allí si el denunciante es necesario, ¿qué se va a hacer con tantas denuncias de manejos financieros dudosos en organismos públicos? ¿Será que los denunciantes se convierten de nuevo en culpables?
De las opiniones ante los resultados adversos del referendo del 2 de diciembre, donde perdió el sí, han afirmado algunos personajes la causa fundamental de la derrota fue la disolución del MVR, como maquinaria electoral, este argumento es muy simplista, cómplice y justifica a los que fungiendo de autoridades partidistas y de líderes, perdieron confianza en el pueblo o el pueblo perdió confianza en ellos, hay decepción, cansancio ante los grupos de poder que quieren controlarlo todo y cierran las puertas a la amplitud y la democracia. Uno de los valores humanos principales es la reflexión, para hacer propuestas, críticas constructivas y avanzar, pero predominan en factores cercanos al poder o con poder los conceptos de la discriminación y el autoritarismo. El compatriota Luis Tascón no presentó pruebas, pero enseguida se le expulsa del partido que aun no existia como estructura, sin darle tiempo a nada, el avasallamiento y prepotencia de los que tienen poder de gobierno es evidente. ¿Hay diferencia con las conductas del pasado o la vieja política? Considero que no es un buen augurio el tratamiento a un militante y diputado revolucionario, la crítica es una necesidad.
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