Una persona estrechamente relacionada con el Comité Cívico y la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), que reclamó el anonimato, indicó que en ese Departamento así como en Beni, Pando, Tarija y Cochabamba, se encuentra en la fase final de desarrollo una operación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, denominada “Media Luna”, cuyo objetivo último es el derrocamiento a corto o mediano plazo del presidente indígena boliviano, Evo Morales, lo que puede provocar acciones violentas y que pierdan la vida en los incidentes cientos de bolivianos, situación que lo llevo a decidir la denuncia ante la opinión pública nacional e internacional de esta situación ya que como católico está en desacuerdo con la violencia y por considerar que países miembros de la OEA y la Iglesia Católica podrían todavía evitar estos planes y hacer que se respete la constitucionalidad boliviana.

Dicha operación se desencadenó desde hace varios meses bajo la supervisión del Embajador Goldberg, un especialista en políticas de desestabilización en países no agradables para EE.UU.

Según esta fuente, la primera fase de esta “Operación Media Luna”, se concentró, siempre de manera encubierta y solapada, al estudio y caracterización de la situación política boliviana, recolectando toda información posible acerca del sector de la oposición así como del equipo de gobierno del presidente Evo Morales y de sus prioridades en el plano interno y externo, observando en ello sus principales fortalezas y debilidades. Sin embargo, no estuvo exenta de acciones mediáticas sucias y de guerra psicológica con técnicas depuradas dirigidas fundamentalmente a confundir a la población indígena.

La segunda fase, con un carácter mas activo, se dirigió básicamente en la potenciación de vínculos y relaciones con los sectores de la oposición en los diferentes sectores y departamentos del país, lo cual logro mediante la aplicación de varios programas de la USAID y las acciones de instituciones norteamericanas especializadas en subversión, presentes en Bolivia, como por ejemplo, el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el National Democratic Institute (NDI).

Dicha fase, calificada como la mas productiva, posibilitó entre otras importantes acciones y con financiamiento por parte de la USAID, como bien denunciara el señor Branco Lewis, un norteamericano residente en Bolivia, la puesta en marcha de varios programas enfocados a la desestabilización del país, entre los que destacan: el viaje de los Prefectos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Cochabamba, a EE.UU; el apoyo al proceso de descentralización y de autonomía de los gobiernos departamentales; el apoyo al establecimiento de un centro en la Universidad de San Xavier dirigido al manejo de tierras y recursos naturales; el apoyo al entrenamiento y formación de grupos de jóvenes en Santa Cruz; el apoyo a la agenda estratégica de la prefectura y otros apoyos.

Al compás de esa misma letra y música, el IRI por su parte se encargó de ejecutar otros programas del 2006 a la fecha dirigidos al mismo fin. Para no dejar duda acerca de su actividad en Bolivia, similar a la que realizan en otros países del área, en su propia página Web de forma abierta pero bajo edulcorados eufemismos ya conocidos, advierten: “Con el surgimiento de gobiernos populistas en América Latina, el IRI sigue apoyando a los demócratas de toda la región. Beyond its work with political parties and civil society, IRI also conducts an innovative governance program to develop the administrative competencies of elected officials to respond to widespread voter discontent. Más allá de su trabajo con los partidos políticos y la sociedad civil, IRI también lleva a cabo un innovador programa de gobierno para desarrollar las competencias administrativas de los funcionarios elegidos para responder a los votantes el descontento generalizado. Se identifican así bajo aparentes proyectos de educación para la gobernabilidad, la penetración encubierta a las estructuras del poder en Bolivia.

La tercera fase, fue dedicada a la consolidación de todos estos programas subversivos con vistas a la preparación del terreno desde el punto de vista psicológico para la realización de acciones y tareas de mayor envergadura. Fue en esa fase precisamente, en que un funcionario de la Embajada de EE.UU intentó reclutar a un estudiante norteamericano de la Fundación estadounidense Fullbright para solicitarle la búsqueda de información sobre la presencia de cubanos y venezolanos en Bolivia, un asunto que termino, como todos sabemos, en un escándalo con la denuncia publica de este joven estudiante y la hipócrita disculpa trasladada por el embajador Goldberg a las autoridades bolivianas por tal hecho.

Maduras ya todas estas condiciones, es que se entra según la fuente, a la última y cuarta fase de la operación, dirigida a violentar el sistema constitucional del país, mediante la realización de referéndum en aquellas prefecturas donde la oposición es más fuerte y está más comprometida. Según su orden de prioridad y con un alto contenido racista y separatista, los mismos comenzarán el próximo 4 de mayo por la región de Santa Cruz, y concluirían con el de Tarija, en el mes de junio. De esta manera, pretenden obligar al gobierno a un desgaste en su enfrentamiento para tratar de neutralizar los focos de violencia civil, y relegar a un segundo plano los proyectos económicos y sociales en beneficios de las mayorías que según apreciaciones de la oficina política de la Embajada de EE.UU, es lo que sustenta al gobierno.

Como si fuera poco, la fuente significó que en función de esta operación, la CIA esta utilizando los servicios del corrupto expresidente boliviano Sánchez de Losada, mas conocido por “Goni”, quien explotando sus relaciones en el sector comercial y empresarial ha comprometido el apoyo de CAINCO en esta operación con ignorancia por parte de sus empresarios honestos de los riesgos que estas acciones entrañan para el pueblo boliviano y para sus propios intereses.

Se trata en efecto de una operación muy bien estructurada, que incluye además de los factores mencionados, la participación de dos especialistas de la CIA en temas de publicidad, uno de los cuales viene trabajando de manera encubierta en Bolivia desde hace ya algunos años dedicado básicamente a la preparación de líderes opositores, orientándoles la conducta a seguir en cada momento, como la preparación de discursos; encuestas para la conformación de estados de opinión; los componentes y matices de sus agendas y la organización de las acciones desestabilizadoras.

Uno de estos agentes encubiertos de la CIA es la norteamericana Ammy Webber, exempleada de la Embajada de los EE.UU en Bolivia y quien por encargo de la embajada de EE.UU en la Paz, se dedica a la asesoría de la oposición cruceña en toda su estrategia de enfrentamiento al gobierno constitucional de Evo Morales contando para ello con una base de apoyo conformada por las siguientes personas, Manuel Jesús Suárez Ávila, ex secretario particular de Goni, Juan Manuel Arias y el conocido Presidente del Senado, Oscar Ortiz. El otro, es el publicista norteamericano de marca mayor, James Carville.

Para no dejar cabos sueltos, hay un punto del plan que contempla el trabajo de la CIA con oficiales en activos y retirados de las FF.AA y la Policia, pero sobre este aspecto del plan la fuente no tenía elementos por la forma confidencial que se manejara el mismo.

En el exterior contribuyen al financiamiento de esta Operación el propio Goni y la Cámara Boliviana-Americana de comercio con sede en Nueva York.

A lo interno, los principales responsables de la ilegal acción separatista y desestabilizadora son los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija con su seleccionada y entrenada base de apoyo.

De acuerdo con lo planeado, el referéndum autonómico de Santa Cruz, previsto a celebrarse el próximo 4 de mayo, será la dinamita principal de esta operación la cual contempla entre otras tareas, las siguientes:

La presencia de una fuerte campaña mediática en sectores de la oposición cruceña así como en los medios de prensa, dirigida a motivar el descontento popular en contra del Presidente Evo Morales y su gestión al frente del gobierno.

Crear división entre los diferentes sectores militares afines al gobierno, de manera tal que algunos de ellos se conviertan en cómplices de esta maniobra al defender la legitimidad de las acciones de la oposición.

Conseguir la paralización económica del país mediante el empleo de huelgas y otras acciones previamente financiadas por la oposición y la embajada de los EE.UU. De momento han puesto especial atención en algunas organizaciones de agricultores.

El propósito final de esta maniobra de la CIA y de la oligarquía nacional boliviana, no es otro que el de abrirle varios frentes al gobierno de Evo Morales para desgastarlo e impedir con el referéndum de Santa Cruz que la nueva Constitución Boliviana salga adelante, como desean la mayoría de los bolivianos.

Para lograr lo anterior están decididos a todo, incluyendo la realización de acciones provocadoras contra las fuerzas del orden, de manera tal que una acción desproporcionada de estas fuerzas contra civiles, provoquen una reacción nacional e internacional en contra del gobierno de Evo que obligue al ejercito a intervenir en el asunto solicitándole por la fuerza la deposición de su cargo o su renuncia.

La fuente alcanzó el clímax de su desilusión al comprobar la dimensión de la farsa electoral que representa el magnificado referéndum de Santa Cruz, pues a decir verdad ni los propios prefectos que defienden el mismo gozan de plena autonomía, al tener que pronunciar como suyos los discursos que le fabrican los especialistas de la CIA, tal y como sucedió con el reciente discurso que pronuncio “Tuto” Quiroga en el evento organizado por la Fundación Libertad en la ciudad de Rosario, Argentina.

Su denuncia, es su aporte a la vida en democracia de ese país, evitando con ello que la sociedad boliviana siga fragmentándose y que operaciones como estas generen pérdidas de vidas humanas innecesarias y lamentables para la nación.