Adrenalina electoral

En tiempos electorales se despiertan las pasiones, se desatan los sentimientos, las emociones hacen de las suyas y, por supuesto, las pasiones que más se exacerban son las de los ambiciosos. ¿Qué ambicionan? Es simple: el poder, solo eso.

Quizá algún día alcancemos una sociedad política ideal, donde las ambiciones se circunscriban al deseo de servir, al deseo de ser reconocidos por nuestra capacidad de respuesta para quienes aspiran mejor calidad de vida. Qué bueno sería que esos ambiciosos buscaran el poder para compartirlo con la gente humilde, no con sus familiares y socios.

No obstante, vamos a revisar las cosas con claridad. ¿tienen derecho a estar molestos los que no ganaron? Pues NOOOOO. La respuesta es un rotundo, sonoro y contundente NO. Todos los que compitieron aceptaron las reglas del juego, entonces su queja es infantil (con el perdón de los niños que nunca tienen malas intenciones), inmadura e hipócrita.

El caso bolivarense…

En Bolívar el asunto también está exacerbado. Los políticos tradicionales que sobreviven dentro del PSUV, están desencajados. No entienden qué hizo Rangel Gómez para ganar las internas, después que ellos se empeñaron en vociferar, durante los meses previos a la consulta, que la popularidad del general estaba en el suelo.

El tipo les ganó y además de forma fácil. Ahora se empeñan en decir que su candidatura no garantiza el triunfo de la revolución para el 23 de noviembre. Pero gracias a ellos mismos nadie les cree. No aprenden a jugar limpio ni aceptan las reglas, por eso, aún cuando se visten de rojo, seguirán siendo políticos de la IV.

Varios fenómenos ocurrieron en los municipios del estado Bolívar. Varias esposas de alcaldes hoy en ejercicio se lanzaron al ruedo. Dos de ellas ganaron holgadamente. Esta respuesta del electorado pesuvista tiene una lectura. En esos municipios hay gestión y hay liderazgo. Me refiero a los casos de Sucre y Padre Chiem.

En Piar, Roscio y Sifontes sin sorpresas, ganaron cuadros del partido; liderazgos consolidados y nuevas figuras. En Raúl Leoni la cosa estuvo cerrada con una diferencia mínima, una dama, estrechamente vinculada a la gestión del actual alcalde, acérrimo adversario del gobernador Rangel, fue reconocida como la ganadora. No es una ficha del mandatario regional, ni siquiera es cercana a él, se le quiso acusar de indisciplina y la cosa no prosperó, simplemente en el PSUV se respetaron las reglas del juego.

En Cedeño pasó algo peculiar, un precandidato venido de las filas del PPT que además quedó de segundo y bien lejos del primer lugar en la contienda interna fue el favorecido con la venia de las autoridades nacionales. Una jugada maestra que dicen, fue necesaria para frenar a un alcalde en ejercicio, aspirante a la reelección que tiene más de 5 denuncias por irregularidades ante la Contraloría General de la República y que además mandó a votar contra el presidente hace algunos años durante el revocatorio.

¿Qué tal? ¿Me copian? Es correcto, en Bolívar la cosa fue dinámica, pasó de todo y la transparencia del proceso está en evidencia con resultados de este tipo. No hubo componendas, pasó lo que tenía que pasar.

En Caroní, el municipio con mayor índice electoral, se impuso un candidato del pueblo “mismo”.José Ramón López le ganó a la intelectualidad de Clemente Scotto, apoyado por los pesuvistas con alma de PPT y a la fuerza mediática de Freddy Pateti. Nuevamente se impuso la mayoría, en una terna respetable.

En Heres, que, además de ser la capital del estado, es su corazón político, las aguas no están calmas. Sergio Hernández, un soldado del gobierno regional, un hombre netamente operativo, (hasta ahora), se inscribió a última hora, de la mano del gabinete regional que, sin empachos lo acompañó. Y me refiero a altos funcionarios del gabinete, no al gobernador, que fue prudente y comedido en todo el proceso.

Hernández le ganó a Heriberto Aguilera, un hombre de pueblo, un dirigente comunitario, con fuertes principios religiosos que además tenía dos años trabajando para ser el candidato de los rojos. Le ganó también a Migdalia Ramos, una mujer que ha demostrado ser una dirigente política que, ni baja la guardia, ni se descuida, ni se mete en el closet. Fue sorpresa para muchos su tercer lugar.

En Heres surgen voces descontentas, “que si Sergio vive o no en Bolívar, que si legalidad versus legitimidad”, en fin, en medio del debate, y eso es lo grave, politiqueros balurdos que dicen ser revolucionarios, concejaluchos de pacotilla, con ambición de ser diputados, manipulan a mercenarios de la comunicación y buscan crear un caldo de cultivo para generar una situación caótica en lo interno. Simplemente los mueve el interés perverso de sacar del juego a algunos dirigentes para subir escalones en pos de una candidatura, la que sea. Que asco me dan. Esa es la política que debemos barrer.

Pero en definitiva, se impuso nuevamente la mayoría, tal como estaba escrito. Entonces, me pregunto ¿nos vamos a detener? ¿nos vamos a distraer? Pues no señor. Unidad es la premisa y trabajo es la obligación de todos nosotros. No podemos permitirle a la oposición que se reagrupe o se oxigene para fregarnos. En Bolívar está representado lo peor de la oposición del país, los más sectarios, los más peligrosos, esos que sí creen en el secesionismo. Así que nuestro compromiso revolucionario se hace impostergable. Vamos camaradas, la victoria depende de nosotros.

natachainatti@gmail.com


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Natacha Inatti


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