Me cuesta y me resisto a caer de primero en la compra de cualquier producto de uso masivo, cuya utilidad y funciones del objeto en cuestión desconozco, así me pinten pajaritos preñados -y particularmente hablaré del celular, línea Movilnet- al que considero un buen guardián dentro de los límites de la convivencia social, aunque después de encariñarme con él su relación, dentelleé y maltrate semanalmente mi peculio y, como ferviente defensor de mi idioma castellano y afiliado a la revolución bolivariana, me veo en la obligación de expresar lo que con esa compañía a través de 0416 … me ha pasado en recepción de chucutos y desvirtuados mensajes que en principio han sido bien argumentados entre familiares y amigos, es decir, entre emisores y receptores que comparten su convivir en esta Patria hermosa y generosa que no debe ser maltratada a diario por un órgano del Estado que se embucha gran cantidad de dinero por el servicio prestado a los usuarios, posiblemente privando más el interés mercantilista en el desarrollo de la política de ideas de sus dirigentes y no en la formalización y pedagogía de la estética de la palabra escrita dentro del lenguaje en toda su extensión geográfica. Por eso, comparto con el amigo Alberto Nolia su resentimiento y crítica a la vez a los estudiantes y profesionales graduados de la UCAB por su bajo perfil como analfabetas funcionales en el desconocimiento de las reglas formales del habla castellana y, enlazando esa universidad con Movilnet, hay cierto acercamiento de empadronamiento y empobrecimiento recíproco como fase de fusión educacional del mal lenguaje disparado entre ambos entes -aunque generalizando- creo más bien que es un problema de índole formativo-institucional-educativo del país.
Ahora, véanse en este espejo verbo-idiótico de danzadas frases y oraciones que van y vienen diariamente por la telefonía móvil, transformándose en cliché eruptivos que provocan risa algunas veces, otras, inflándonos los pelos como hijuelos de gallina, pero primeramente fijemos algunas palabras que salen del celular pero no llegan al receptor: Pañal, año, coño, ñoña, pequeño, Ñico, peña, engañoso, tiño, montaña, caña, uña, moño, Toño, Ñango, campaña, sueña, y muchas otras de la eñésima existencia de la sin razón del diccionario de la compañía en cuestión. La que esperamos corrija su mal rumbo, si es que vamos coaligados en la ruta del socialismo vía Siglo XXI.
Un buen susto pasé un día con estos mensajes que me llegaron, “Mi amor me entripe de guarapo e’ cana y tengo diarrea”. Ni el acento, ni la ñ. Y, “Mi hijo tiene dos anos en la oposición”, sin ñ, y “Estoy enamorado del color de tus monos” sin eñe. Y, “Que tus monos sueltos sean recogidos por la gelatina de mi odio” no hay ñ. Y, “Estoy aferrada a la campana de la iglesia”. Pensé, mi mujer se volvió loca, se me subió la tensión, después de bajada, recapacité y vi el error. Y ésta: “Amor te envie el camion de penas”, ni los acentos ni la ñ. Y a la pregunta, ¿está papá o mamá? Respuesta: “papa, mama” sin acentos. Y ésta a su libre albedrío, “Tengo el cono inflado de tanto llevar palo a diestra y siniestra”, como pueden leer, una simple palabra se transformó en una figura geométrica. Y, Todo gracias al servicio de Movilnet y su malformación titilante de ideas. Si le dices a alguien a través de un mensaje que es un sinvergüenza, le llega, pero sin la crema (¨).
Mi celular tiene todas las letras del abecedario y demás periquitos instrumentados para su uso y mis mensajes llegan tal cual los redacto si van por la móvil de otra empresa del ramo. No juzgo, critico con razón y causas expuestas.
Tengo motivos para sospechar que a Movilnet se le sigue manejando con criterios de empresa yanqui trasnacional, aunque …, siempre hay. Espero que nos desprivaticen la libre fluidez de la palabra escrita salida de nuestro pensamiento.
estebanrr@cantv.net