Que el terrible Eduardito haya llamado a “Aló Ciudadano” desde China haciendo una denuncia sobre el supuesto cierre de una emisora en Guárico, es una cómica solo superada por “la pea olímpica”. Su acción fue tan grotesca, que Rafael Poleo, el invitado de horror de Leopoldo mata curas lo puso en su sitio en el acto. Nunca me imaginé a Papá Papo haciéndonos un favor. Como dicen en sus plásticas cuñas financieras: eso no tiene precio.
Pero no despreciemos los esfuerzos de su homónimo “bolsillo roto” para despotricar del “régimen” en Uruguay. Ya lo sabemos, la oposición no tiene el mínimo sentido del ridículo. Con inusitada habilidad para un inhabilitado, habló ante las cámaras habilitadas por Alberto Federico, diciendo que sus derechos habían sufrido una ablación. Disculpa Leopoldo pero a ti nadie te extirpó el cerebro, tú eres cabeza hueca desde chiquito.
Sin embargo y en sintonía con un artículo que leí por acá anteayer, titulado “La realidad de las encuestas” de Waldo Márquez, me he puesto a pensar en que estaba equivocado al creerlos simplemente ridículos. No compa, es que los tipos viven sus propias realidades virtuales a partir de “sus encuestas”. Para estos “ciegos políticos” no existe luz hasta que les llega el milagro santaluciano de una, pagada por ellos, arreglada para ellos y dándolos como ganadores. ¡Ah! Se me olvidaba: Explicada por ellos.
Sus conclusiones son como hermenéuticas, pues nadie sabe de donde carajo sacaron la muestra, si son de carne y hueso sus encuestados y solo ellos y nadie más que ellos saben donde “le aprieta el zapato al Pueblo” a partir de su versátil instrumento de recolección de datos.
Ahora bien, cuando estos “alquimistas electorales” combinan encuestas y show mediático, no hay manera de hacerlos regresar a la realidad. Se convierten en divos irreductibles de las “cloacámaras”. Asumen como una verdad universal que salir en noticieros y entrevistas confirma la tendencia irrefutable demostrada en “sus encuestas”. Sus fechorías y trapisondas son así “historias personales”, vicisitudes en su trajinar democrático y hasta “heridas de guerra” avaladas por todas las madrigueras colegiadas de sus cotos.
Entonces, siendo alguno de ellos estrellas de la encuesta y la parodia, sus asesores políticos les dicen: “ve a Beijing, pequeño saltamontes, que el mundo sepa que existes, rompe el cascarón de tu karma y vuela libre hacia el triunfo”. Seguro que cuando ven el estadio olímpico “Nido de Ave”, piensan: ¡Coño mano, si está clarito!
Se extasían en China y celebran la rasca de su ídolo, pero sobre todo, creen que sus viajes por aquellos lares les dará un aire a Marco Polo y volverán redimidos para asirse de nuevo a sus feudos.
De modo que todo se reduce a un telón publicitario almidonado con métodos estadísticos, tras el cual se disimula a duras penas un bilioso fascismo y sobre el cual tratan de proyectarle a los disociados un nuevo episodio de “Dreams of power”. Todo de la manera más “olímpica”.
Encuéstense mis locos y luego a la camita, pero no me vengan con que tienen pesadillas rojas rojitas a final de año.
Otra cosa: cuando vuelvan de China, compórtense y no vayan a montar un nuevo show de “rasgarse las vestiduras”. Sería un refrito.