Nuestras mea culpas

Llega un paciente a un hospital más o menos dotado de insumos médicos; presenta fractura de cráneo, de 4 costillas, un fémur, hígado perforado, tensión arterial altísima, politraumatismo generalizado y hemorragia interna; el diagnóstico es reservado pero de inmediato es atendido y tratado con mucho esfuerzo en febrero de 1999. Cuando se estaba recuperando satisfactoriamente, llegan en abril 2002 unos mercenarios al hospital y lo balacean, en gran parte por negligencia de los custodios rojos. Recae y nuevamente se restablece a un ritmo acelerado. Fin de la metáfora. Millones de personas en Venezuela no entienden ese proceso que hemos conquistado por la fuerte penetración del sistema capitalista que lo tenemos instalado hasta en los tuétanos. La clase media y la clase rica no le perdonan al señor presidente el control de cambio, pues no pueden sacar sus dólares como en los gobiernos de la cuarta para hacer sus negocios "redondos" y tampoco han podido seguir controlando los ministerios y otras dependencias. Pero controlan la Fiscalía y el Poder Judicial y torpedean el Proceso desde sus puestos en los diferentes entes gubernamentales, amén de los pseudo chavistas enquistados en PDVSA y Miraflores, o sea, la derecha endógena de puñalada trapera.

Este 23 N perdimos a Miranda, Táchira y no recuperamos Carabobo ni Zulia. Nos ganó una momia corroída como Ledezma y su símil Pérez Vivas. Eso sí es preocupante. ¿De quien (es) es la culpa? Cada uno de nosotros tiene su cuota de responsabilidad. Los alcaldes Barreto y Bernal hicieron pésima gestión. El primero muy pedante y prepotente, llamando contrarrevolucionario a todo aquél que le hacía un reclamo; el otro, se regodeaba en discursos insubstanciales de charla ambigua y muy pocas nueces. En Táchira, el gobernador mezcló religión personal con gestión pública y ahí tenemos los resultados. ¿El de Miranda? Sin palabras. El candidato del Zulia no pudo con la recolección de basura y los huecos de Maracaibo y el pueblo reaccionario le pasó factura. Hubo mucho dizque chavista que no fue a votar y esa abstención pesó mucho en esos estados populosos que perdimos. Ahora, considero, con todo respeto, que nuestro líder debe reflexionar urgentemente en los siguientes mea culpas:

1.- No puede seguir imponiendo candidatos amigos a cargos públicos importantes, debe dejar que surjan nuevos líderes y acabar con ese enroque continuo de ineptos en los ministerios. El pueblo le respondió esta vez en Aragua y Guárico, por ejemplo, pero nadie nos garantiza que harán una buena labor pública. El líder viene desde abajo. Por otra parte, en los votos lista de la cuarta república aparecen los oportunistas y bacalaos que no tienen un respaldo popular y/o que llevan varios períodos en sus curules y no dejan para más nadie.

2.- En estados tan reaccionarios y conservadores como Zulia y Carabobo la estrategia comunicacional sigue fallando. Los oposicionistas siguen sacándole punta al manido asunto de la amenaza a la propiedad privada y el comunismo (como llaman en su ignorancia al socialismo bolivariano). Usted, apreciado presidente, usa y abusa del fidelismo; nosotros NO SOMOS fidelistas, somos bolivarianos, que es muy diferente. ¿Como es posible que Ud. llame al señor Fidel Castro "Padre nuestro que estas en la tierra…"? Eso afecta su imagen, su discurso, su ideario cimentado en las ideas de Bolívar. La propaganda yanqui contra el noble pueblo de Cuba, contra la extinta Unión Soviética y algunos países árabes, está presente en nuestra sociedad alienada y debemos ser inteligentes para no mezclar las barajas del juego político. Es por eso que la ignorancia opositora no valora los grandes avances que usted materializa en materia de política exterior comercial y humanista. Estoy seguro que usted, señor presidente, hace caso omiso de estas reflexiones, pero cumplimos con decírselo. Cada quien que asuma su responsabilidad.

3.- Su lenguaje, estimado presidente, debe llegar a octavas superiores. Hay compatriotas que no comprenden sus palabras erosivas contra gente opositora. En el Zulia su imagen se deterioró al llamar desgraciado al ladrón de Rosales; debe controlar un poco sus emociones. A la gente de la alianza política también los patea regularmente y eso es totalmente negativo para obtener sus respaldos. ¿Qué son pocos votos? Cada voto cuenta, vea como perdimos en Táchira y Carabobo. Debe respetar la diversidad dentro de la unidad. También erró al criticar públicamente a compatriotas luchadores como Lina Ron, Luis Tascón (llevado a la inquisición roja) y otros de menor "rango" político que arriesgan sus vidas en protestas absolutamente legítimas como las que se le hicieron a la hiena radioeléctrica de Globovisión.

Es el momento de reflexionar profundamente. Esta vez perdimos los estados de mayor afluencia electoral y creo que debemos ponerle atención a la luz amarilla que se encendió. Señor presidente: Escuche más al soberano, no le crea ni la mitad a sus ministros adulantes, consulte a los que estamos abajo. No haga cadenas tan largas y tediosas que eso irrita mucho al ciudadano de a pie; administre con mayor densidad los minutos al aire. Larga vida para usted.

efraingran@gmail.com


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Efrain Jose Granadillo


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