Los análisis de los resultados del pasado 23-N están claros. El periodista Vladimir Villegas escribió sobre victoria cuantitativa y derrota cualitativa pero eso es apenas lo superficial. Si nos vamos a lo cualitativo el chavismo detenta mas del 80% de las alcaldías y el 77% de las gobernaciones, asegurándonos una buena parte de "la torta" presupuestaria que debería llegar al soberano marginado, principalmente. En el Zulia se ganaron cabildos importantes como el de San Francisco, Cabimas y el sector wayuu de Mara, y eso es un muro de contención para la canalla apátrida que gobierna al estado; no así ocurrió en Táchira, donde perdimos la alcaldía de San Cristóbal. El panorama para la revolución bolivariana es positivo PERO en alerta amarilla. El neofascista de Capriles Radonski y su colega de andanzas conspirativas, Ledezma, ya enseñaron los colmillos de la represión ultraderechista al mejor estilo bushiano y aznariano, por lo que el pueblo en la calle será nuestra única medida de atajar la venganza inquisitoria de esos delincuentes sin castigo.
Pienso que la reflexión nuestra debe ser centrípeta, sin pasiones, sin fanatismos, con la mayor objetividad posible. En lo personal defino a la contrarrevolución como todo aquello que atente contra el establecimiento de una sociedad justa y solidaria, o sea, socialista y bolivariana, SIN COPIAS extranjeras. Nuestro socialismo lo debemos construir a lo venezolano, con los infinitos valores y códigos que hemos sembrado desde que los invasores españoles fueron vencidos por nuestros aguerridos libertadores. No podemos caer en el mediocre silogismo que citaba a menudo el tristemente célebre alcalde Barreto (que no barrió la ciudad de basura) cuando se le hacía alguna observación a su pésima gestión: Si tú me reclamas que no lo hago bien, entonces tú eres un contrarrevolucionario. Esas posturas propias de imbéciles de la política forman parte de la verdadera contrarrevolución. ¿Por qué? Porque el funcionario se escuda en peripecias intelectuales para evadir sus responsabilidades y asi alimenta a la derecha. Igual le ocurrió al ex alcalde de Maracaibo, hombre elitesco que no visitaba los sectores marginales con frecuencia, que no se ocupó de la basura ni de los millones de huecos que pululan en las calles de la ciudad. Eso es contrarrevolución. Paso a enumerar los principales focos contrarrevolucionarios que amenazan con destruir la recién nacida revolución, tal como ocurrió con las revoluciones mejicana y rusa las cuales duraron solamente diez (10) años. ¿Casualidad? Nosotros llevamos diez años en el oficio y ya volvieron al gobierno estadal tres momias vampiresas de la política (Ledezma, Capriles y Pérez Vivas) para acompañar a los lacayos y bandidos de Morel y Rosales. Estos son los puntos de peligro:
1.- Los oposicionistas disociados infiltrados en PDVSA, en el PSUV y en TODOS los ministerios, gobernaciones y alcaldías. Esa gente debe ser identificada y seguirles el paso muy de cerca.
2.- La Banca comercial. Nido de conspiradores facistas que se aprovechan del crecimiento económico sostenido por cinco años para financiar la conspiración y anhelan con pasión facista el derrocamiento del gobierno para continuar practicando el anatocismo y demás delitos financieros. Son un tumor cancerígeno que no tiene conciencia patria. Su patria es el dólar y la especulación.
3.- La gobernación del Zulia. Allí se cuecen las conspiraciones más abyectas en comunicación con "la hermana" Colombia y EE.UU.
4.- La hiena radioeléctrica Globovisión la cual debe ser cerrada para bien de la salud mental de esos opositores disociados que cada día se enferman más. Esa gente del canal ha cometido tantos delitos que en EE.UU ya hubiesen sido llevados a la cámara de gases.
5.- Funcionarios del alto gobierno que conspira calladamente para tener un chavismo sin Chávez. Ese eufemismo es tan absurdo que no saben, esos ignorantes pertinaces, que un gobierno de ese estilo es simplemente un gobierno adeco pero con las pezuñas mejor afiladas. Sería el escenario de una guerra civil. Entre esos funcionarios tenemos al actual ministro de Sanidad. Ese mediocre no obedece la línea presidencial. No otorgó los aumentos salariales a los médicos que el presidente ordenó. No es diligente con el reacondicionamiento de los principales hospitales tipo 3 y tiene en el olvido a los CDI. Los empleados de esos centros de salud primaria no ganan lo justo y encima tienen sueldos atrasados. ¿Cómo coño esa gente va a tener simpatía por la revolución? Conteste, señor Mantilla.
6.- La Fiscalía y el Poder Judicial son ciénagas conspiradoras. Se acomodan a los argumentos leguleyos para no accionar la justicia contra centenares de delitos sin delincuentes. ¿Qué ha pasado, señora Fiscala, con los asesinatos de más de 200 campesinos? ¿Por qué usted, señora Fiscala, no inicia procesos de imputación criminal para aquellos medios que incitan a diario a la violencia y al delito variopinto? ¿Cuál es entonces su función? ¿Hablar muy bonito para impresionar al pueblo? Señora, bájese de esa nube, el pueblo ya no es el ignorante de los gobiernos adecopeyanos. Cumpla con su deber.
7.- Los cuerpos policiales infiltrados por la mafia que controla sicariato, secuestros y crímenes de todo tipo.
El principal elemento contrarrevolucionario es la falta de conciencia socialista. Todavía, con diez años de chavismo, no contamos con un Cuerpo de Doctrina Socialista Bolivariano para que los distraídos de la política despierten del letargo en que lo sumieron los dictadores adecos y copeyanos. No estamos utilizando nuestros espacios de prensa escrita y televisión para llevar el mensaje revolucionario. Continuamente vemos a distintos funcionarios (incluyendo al señor presidente) cayendo en errores intelectuales al mezclar nuestro proceso bolivariano con discursos de otros países que fracasaron como emprendedores de un socialismo de justicia.
El enemigo lo tenemos puertas adentro y en las fronteras. El monstruo facista avanza y no podemos continuar con estupideces divisionistas por divismos o ansias de poder. Debemos ser severamente autocríticos o de lo contrario nos comerá la hiena ultraderechista. Que cada quien asuma su responsabilidad. Ya es hora.