En verdad, la derecha, nos tiene aturdido con lo recurrente que es cuando quiere recuperar el poder perdido; en este caso en contra de la enmienda propuesta por el Comandante Chávez, han invocado como argumento de oro; la alternatividad. Quiero aclarar que me referiré aquí a la alternatividad desde la óptica política-ideológica y no jurídica como esta en nuestra carta magna, ya que el solo hecho que existan elecciones para decidir quien será el gobernante, se cumple con el requisito constitucional fundamental de la alternatividad, independientemente que un partido político o grupo de electores postulen siempre a un mismo candidato
Causa risa la alternatividad burguesa cuando vemos sus principales “democracias” y notamos que la alternatividad de fondo, de sistemas de signos ideológicos distintos, no existe. Vemos en USA, Inglaterra y Francia, tres ejemplos cumbres del capitalismo, en donde la alternatividad se remite al mero cambio de caras por elecciones.
La alternatividad, fue una bandera liberal-burguesa que insurgió en contra de la monarquía, en donde había un rey, que era jefe de estado y gobierno, de origen divino y era hereditario y vitalicio, como son hoy, las “democráticas” Inglaterra, Holanda y España.
Es verdad lo dicho por el Comandante Chávez con respecto a Bolívar, en el discurso de Angostura; las revoluciones liberales burguesas como nuestra independencia, fueron programas anti-monárquicos, anti-clericales, de separación de poderes y de alternatividad en el poder por intermedio de elecciones, por cierto no libres, ni directas, ni secretas ni con el voto femenino, esta es una conquista democrática y socialista de finales del siglo XIX y del XX; a la Angostura del 1819 si la sacamos de su contexto la desvirtuamos, la alteramos.
El principal problema de gobernabilidad que han tenido los gobiernos de izquierda, en nuestra America surgidos por elecciones, es precisamente la falta de alternatividad por parte de los regimenes de democracias representativas tuteladas por Washington con sistemas cerrados, con aparatos burocráticos inamovibles, impenetrables y blindados que impiden la verdadera alternatividad, con que han chocado las tendencias izquierdistas, llegadas por elecciones en nuestro continente, que han impedido que estas cumplan con sus programas sociales y de reivindicación igualitaria y justiciera.
Por eso es bueno plantear de forma profunda la discusión de la alternatividad, entre gobiernos de signos ideológicos diferentes, la verdadera alternatividad.