UNO DE LOS DEBERES DEL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN
En el caso de la Revolución Bolivariana, unas de esas particularidades de alto grado de complejidad a las cuales me referí en el artículo XXXII, es la combinación que se ha venido dando entre la vía utilizada por el líder para llevar a cabo los objetivos revolucionarios de forma planeada en el corto y mediano plazo; la resultante del enfrentamiento entre las fuerzas socioeconómicas y políticas en pugna; y las capacidades del sujeto histórico del proceso revolucionario en Venezuela, entendido éste de forma dialéctica, es decir, constituido por procesos de múltiples contradicciones antagónicas y no antagónicas, las cuales deben ser diferenciadas y concientizadas por los propios revolucionarios. No darle el tratamiento correcto a cada tipo de contradicción –nos dice Mao- puede provocar nuevas y más fuertes contradicciones.
Precisamente, la propia combinación de acontecimientos (definidos como particularidades que se están produciendo en la formación socioeconómica venezolana con fuerte influencia del centro imperialista, en circunstancias y condiciones muy específicas, con las generalidades de toda revolución) produce diversos efectos que, ante toda lógica popular, deben ser percibidos con claridad por quienes integran el sujeto histórico de la revolución. Ahí hay implícito un deber del partido de la Revolución, es decir, del PSUV en el sentido de revelar ante las masas, cuanto antes, esos efectos.
Uno de los efectos claves del proceso bolivariano producidos por la combinación de los acontecimientos, es la necesidad ineludible de contar con las capacidades del liderazgo que actuó ante tal combinación de acontecimientos desde su génesis y que son propiedades ineludibles e inobjetables del liderazgo popular del Comandante Hugo Chávez. Si la burguesía lacaya actúa en sintonía y al compás de las órdenes de los aparatos de dominación yanquis, en plena coordinación con los poderosos medios de comunicación privados y transnacionales, al pueblo bolivariano no le queda otra opción, por las necesidades propias del sostenimiento del poder revolucionario, de darle posibilidades legales y legítimas a su líder –a través de la Enmienda Constitucional- de continuar gobernando por varios años más, dadas las complejas tareas por vencer y seguir incrementando las capacidades de transformación integradoras socialistas del pueblo que -luego de diez años- han originado un poder alternativo al poder capitalista y poder contrarrestar así al poderío imperialista, no sólo en Venezuela sino también en otros países de América Latina y el Caribe.
Precisamente, las posibilidades legales y legítimas son reales porque no son producto solamente de la necesidad revolucionaria, sino también de las capacidades construidas conscientemente por el Comandante Chávez junto a esa mayoría del pueblo en el avatar revolucionario, y que los medios de comunicación bolivarianos, movimientos sociales, líderes de base, profesores y maestros, intelectuales orgánicos en general, deben permanente y sistemáticamente revelar ante todos los sectores sociales, en cuanta ocasión y momento se presenten y se haga necesario, pues la burguesía como clase, vuelve a tener que usar sus capacidades de reptiles y sus capacidades histriónicas para tratar de engañar a los sectores desposeídos y tradicionalmente marginados, incultos políticamente aún e incapaces de salirse de la trampa ambiciosa del capitalismo.
Por ahí se les ve babeados, disociados y enajenados en los mítines políticos donde los burgueses contrarrevolucionarios emplean demagógicamente, hasta el lenguaje socialista sin mencionarlo como tal y hasta promueven el uso del color rojo o la necesidad de otro "poder popular". Son tan incrédulos estos seguidores disociados que no se dan cuenta que los propios burgueses no tienen el valor de defender públicamente su sistema de clase, el capitalista, mediante el cual llegaron a ser tales, y lo tratan de enmascarar, ahora con definiciones y argumentos sociales de gran arraigo en las masas en general, y sobre todo en la población de orientación bolivariana, el voto fuerte de la Revolución.
El uso de los términos bolivarianos por los representantes de la burguesía para tratar de aminorar el ritmo de la historia pretende convertirlos en ambiguos pues -como dijo Aristóteles hace más de dos mil años- es una propiedad del lenguaje que al usarla retarda o retrasa la comprensión, el entendimiento, la base de los procesos educativos, dígase también en nuestro caso, los procesos de formación ideológica y política de la población que está en proceso de transformación de sus ideas. Para enfrentar los trascendentales cambios sucedidos en los 60, la élite capitalista mundial impulsó el neoliberalismo en economía, en la política y estimuló las corrientes educativo-culturales no marxistas o seudomarxistas, entre ellas algunas autotituladas "postmodernistas", como esas que desconocen la vigencia de las leyes del desarrollo social expuestas por Carlos Marx, su más grande conquista en el conocimiento del mundo.
AFINAR LA VISIÓN Y MISIÓN DE CLASE
Concentrarse en el eje del poder revolucionario, afinando la visión y perfilando la misión de clase de la Revolución Bolivariana, desde cualquier ángulo y espacio de actuación de todo revolucionario, es estar tono con la historia, es decir, es actuar en correspondencia con las necesidades, estrategias y beneficios del pueblo. Las multitudes trabajadoras o desempleada son una gran clase con subclases y los capitalistas (de cualquier tamaño) otra gran clase. Ambas ocupan un lugar en la producción y un lugar con respecto a la propiedad de los medios de producción. En torno a ellas hay otros grupos que asumen posiciones de uno u otro lado, incluso segmentos de trabajadores –principalmente metidos en negocios comerciales que piensan como futuros capitalistas- y empresarios –los menos- que están decididos a acompañar al pueblo hasta el final. Pero el eje del poder no se define por las excepciones sino por las mayorías.
Lo anteriormente expresado podría ser construcciones de la nueva teoría socialista bolivariana por hacer. Otra particularidad de la construcción socialista en Venezuela es que esa clase trabajadora debe estar consciente que su poder está basado en importantes medios de producción, como los petroleros, los mineros, entre otros, y los medios de servicios, como los hospitales públicos, Centros Diagnósticos Integrales, Módulos de Barrio Adentro, universidades, aldeas universitarias, empresas de producción socialistas, espacios de las Misiones (Mercal, Pdval, Che Guevara, Negra Hipólita, Madres del Barrio) entre otros muchos que por diversas razones no están debidamente representados en la conciencia social como propios del pueblo. Esta es una tarea de la formación ideológica, entendida esta como conjunto de representaciones sociales, creencias, conceptos éticos, juicios de valor sobre lo bueno y lo malo, entre otros.
Afinar la visión y la misión de clase –tarea primordial- es también hacer lo necesario en los órganos ejecutivos –así como en los comunicacionales- a todos los niveles para que el pueblo se forme y haga conciencia de sus propiedades de clase en función de toda la Nación, lo cual es una de las grandes diferencias con la burguesía retardataria. Haciéndolo así se llegará a los diez y más millones de partidarios del socialismo bolivariano en el próximo referendo donde se otorgará la plena capacidad al pueblo de continuar decidiendo su destino junto al Comandante Chávez, como su líder natural.
Visión y misión de clase tiene todo aquel bolivariano que comprenda la diversidad de sectores sociales que componen el sujeto histórico de la Revolución Bolivariana, el cual debe ser definido considerando cómo, por qué y en torno a qué se define el sostenimiento del poder revolucionario en la Venezuela de hoy. Y todo ello está muy vinculado al papel que desempeña en Venezuela el voto electoral popular y masivo. Una de las formas más tradicionales de ejercer la ciudadanía y que en el socialismo cobra mayor fuerza dada la honestidad y el respeto con que se consideran las opiniones adversas.
En una de las últimas intervenciones públicas del Comandante Chávez, éste hizo hincapié en este factor como instrumento que el pueblo está, cada día más, consciente en cómo y en qué momento utilizarlo con mayor o menor fuerza. Pronto las grandes mayorías dominarán plenamente estas herramientas, entonces habremos avanzado un poco más hacia el socialismo.
Hacia allá debemos llegar con más poder popular, con todo el sentimiento humano avanzado y con la inteligencia que las transformaciones sociales deben generar –si todos trabajamos con el valor y pasión bolivariana adecuados- en todos los integrantes de las familias venezolanas y residentes en la Patria de Simón Bolívar.
La propia pregunta propuesta por la Asamblea Nacional y anunciada por el CNE pudiera ser el motivo de debate de todo un curso de formación ideológica pues ella aborda varios de los conceptos claves de las nuevas sociedades latinoamericanas y caribeñas: "derechos políticos del pueblo", "cargo de elección popular", "sujeto de postulación", "elección de voto popular", entre otros, y con un estilo modesto y sencillo, "¿aprueba usted…..? propio de un típico Estado-Nación socialista.
En fin, quien diga que Venezuela no es otra o que está retrocediendo hacia el pasado, seguramente será porque su mente está en los linderos de la esquizofrenia o enardecida y saturada de drogas y píldoras imperiales que es el estado que se alcanza cuando se ve asiduamente el canal Globovisión, CNN o Venevisión.
Cuando la mayoría del pueblo diga SI en el próximo referendo, también estará diciendo ¡adelante Comandante! ¡sigamos adelante, de frente y sin pausa! y estará cumpliendo con lo que a diario exclama y grita con pasión:
¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!.