Escuálidos: a llorar al Valle de la conformidad indefinida

(El que no llora no mama en su oportunidad)

Con líneas recias bateadas hacia lo más profundo del campo humanístico y esparcidas tres días a la semana por la prensa sin contemplación ninguna, fraguadas de emotivas y complementadas ideas por directrices impecables, salidas de nuestro líder nacional comandante Hugo Chávez, presidente del PSUV y, de la República Bolivariana de Venezuela, fueron determinantes para que se impusiese el buen juicio de la mayoría de los votantes inscritos y registrados como electores venezolanos que, con furia cívica y decidida, concurrió a las urnas electorales a depositar por el sí sus votos para derrotar el no de forma absoluta en el referéndum del 15 de febrero, lo que en sí significa y, permitirá de ahora en adelante la enmienda constitucional a los artículos: 160, 162, 174, 192, 230 para que los futuros aspirantes –hombres y mujeres- a cargos de elección popular en la Administración Pública de la Nación, puedan ser reelegidos, sin alguna limitación legal, por el pueblo.

Las cartas estaban echadas a la vista de todos, incluidos, los que por orden del filósofo del Zulia Manuel Rosales, aliados y seguidores, a quienes mandó a que cerraran los ojos para que no vieran y se taparan los oídos para que no oyeran nada, que tuviera que ver con los discursos del presidente Chávez en el lapso del tiempo fijado para el desarrollo de la campaña en pro del sí, él que, siempre se mantuvo adelante por encima del no en las mediciones de las encuestas que se realizaron en todos los estados del País, pero, un sujeto que se da de simpático, asiduo visitante a los medios televisivos nacionales, directivo de una de esas encuestadoras, trató de cambiar los resultados para contribuir a crear y, mantener angustia en el mundo chavista, buscando intensidad de cierta relación inexistente para desinformar o, complacer fanatismos ególatras de los que pagan por tales resultados chimbos, acomodados a su parecer, o bien para manipular a partidarios o, a muchos interesados por el juego de la política nacional y, que además, no quieren al presidente Chávez en el poder y, así se dan ímpetus para sudar internamente un poco de calor que les trasmiten a sus fieles detractores, como fue en este caso del no, negación a la reelección, por sus avasallantes medios informativos multinacionales.

Al fin el acto se ha consumado en favor del fortalecimiento constitucional y del desarrollo político del País y de sus instituciones democráticas, lo que da el empuje necesario para el porvenir de nuevas batallas que en variados campos de la vida habrá que librarse dentro y fuera del Territorio Nacional, con la meta esperanzadora de dinamizar más el Estado y su justicia social al servicio de los más necesitados, con entereza, interés y amor patriótico para satisfacción y bienestar que influya en todos los que creemos, queremos -sin distingos de clases- y que estamos involucrados de pies a cabeza en el proceso revolucionario que, desde hace 10 años lidera nuestro presidente Chávez con su pensamiento de favorecer a la mayoría del pueblo venezolano y, que con la orientación del valor supremo derrotaremos a los escuálidos, pitiyanquis y apátridas, clásicos y conjurados, enemigos de la revolución, con las armas de las ideas y de la razón que siempre nos acompañará para afianzar y radicalizar nuestro destino a vivir siempre en libertad.

Adelante compatriotas, a luchar con más ahínco para combatir los bajos instintos de la oposición venezolana que comulga con la maldad, desigualdad, racismo, vilipendio, ostracismo, neonazismo y, demás perversiones político-sociales que anidan en sus corazones y en sus mentes como ponzoñas que los carcomen y los desfiguran de la realidad del panorama nacional, dilatándolos en agresividad permanente con que refriegan a sus copartidarios. Nosotros, al contrario, somos diferentes, pues respiramos la luz de la paz y de la esperanza que indefinidamente alumbrará a Venezuela y gracias a un unido bien colectivo que sumó mayoría para aprobar el referéndum, por lo que desde ya, sin pensarlo dos veces, tengamos nuestro gallo para la pelea y victoria del 2012 que prolongue la continuidad del socialismo del SXXI.

¡Uh! ¡A! Chávez no se va, Chávez se queda.

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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