El pueblo bolivariano ha conquistado una importante victoria en el referéndum que aprobó la enmienda constitucional que permite la postulación indefinida a los cargos públicos. La victoria se hizo posible gracias al involucramiento directo del presidente Chávez en la campaña, y a la motivación generada a partir de allí, en centenares de miles de activistas sociales que en todo el país se movilizaron sin desmayar durante varias semanas en pro del SI.
El triunfo de la enmienda constituye una respuesta contundente a las reiteradas acusaciones que dentro y fuera del país se han realizado contra la supuesta dictadura que impera en Venezuela. Una vez más, como ha ocurrido muchas veces en estos diez años, el rumbo revolucionario del proceso bolivariano ha sido ratificado electoralmente, demostrando con ello la voluntad de cambio del pueblo venezolano, y derrotando una vez más a la derecha pitiyanqui, la cual ya colecciona en una década un impresionante rosario de limpias derrotas electorales.
La victoria popular es una respuesta a las fuerzas fascistas e imperialistas que desde otros países conspiran para acabar con la revolución bolivariana. Es una respuesta a Obama y a su gran número de funcionarios que no han dado una sola declaración a favor de Chávez y nuestra revolución, y que por el contrario han continuado con la misma campañita de descrédito que nos tenían Bush y compañía. Es una respuesta al estado genocida de Israel, a los fascistas del Partido Popular español, a los narcoparacos del uribismo en Colombia, y a todos aquellos que niegan el carácter profundamente democrático y participativo de la revolución bolivariana.
El triunfo del SI significa la voluntad del pueblo venezolano de construir una patria socialista, de llevar adelante el socialismo del siglo XXI, como propuesta alternativa al capitalismo que hoy cobra una importancia histórica ante la debacle financiera mundial y el colapso absoluto del modelo neoliberal. Los seis millones de votos por el SI son votos por el socialismo, son votos por la profundización de la revolución en todos los órdenes, y hacia allá debe orientarse la acción de gobierno de aquí en adelante.
La democracia participativa y protagónica, fundamento político del socialismo del siglo XXI, tiene su embrión en los consejos comunales como órganos básicos del poder popular. A partir del desarrollo de los consejos comunales, de sus mancomunidades, de las comunas, debe erigirse toda una estructura política que progresivamente vaya sustituyendo a las actuales instituciones que en su momento se construyeron a imagen y semejanza de la IV república.
La economía social, el otro pilar del socialismo del siglo XXI, aún espera por la culminación del debate sobre su implementación específica en nuestra estructura productiva. Muchas han sido las experiencias, desde el cooperativismo hasta la cogestión, desde los consejos de trabajadores hasta las empresas de producción social, pero aún no termina de consolidarse un modelo de producción que realmente supere las relaciones capitalistas de explotación y avance hacia un verdadero socialismo, con participación plena de los trabajadores en el control del aparato productivo nacional.
Pero el avance de la revolución hacia el socialismo se ve amenazado por el crecimiento electoral de la derecha en este referéndum, crecimiento que ha venido produciéndose en las últimas elecciones, y que consideramos es producto de la ineficiente gestión de gobierno (aspectos que hemos analizado muchas veces en artículos a través de aporrea). Los cinco millones de votos de la derecha, por sólo seis millones de las fuerzas bolivarianas, establecen un peligroso acercamiento que pudiera convertirse más adelante en derrotas electorales para la revolución, tal como lo analizamos luego de las elecciones regionales del 23 de noviembre pasado (ver en: “La derecha avanza en las grandes ciudades” http://www.aporrea.org/actualidad/a67548.html ).
El crecimiento electoral de la derecha se constituye en amenaza directa para las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional previstas para el 2010. Está amenazada la mayoría bolivariana en la Asamblea Nacional, pues de seguir esta tendencia electoral, es de prever que la derecha obtendrá cerca de la mitad de los diputados a elegirse en diciembre del 2010. Si se perdiera la mayoría en la AN, la gobernabilidad del ejecutivo se vería considerablemente entrabada, y crearía una situación poco favorable para enfrentar las elecciones presidenciales del 2012.
La derrota del SI en estados claves como Zulia y Miranda ratifica lo dicho por nosotros en el artículo “La derecha avanza en las grandes ciudades”, ya mencionado. Es urgente una rectificación profunda de la acción de gobierno en el Zulia. Respaldamos la propuesta que ayer dijera Chávez de aplicar de verdad las llamadas 3R: revisión, rectificación y reimpulso del proceso revolucionario en todas y cada una de las instituciones. Es urgente hacer realidad las palabras de Chávez acerca del combate contra la inseguridad y la corrupción, que son algunos de los males que están corroyendo la acción de gobierno.
Las 3R no pueden volver a quedar como una consigna vacía. Especialmente debe ponerse el ojo en las grandes empresas e instituciones que actúan en el Zulia: PDVSA, Pequivén, Corpozulia, Enelvén, Carbones, etc., cuya acción social pareciera no obtener los frutos políticos buscados, pese al derroche de recursos que se observa desde afuera. Igual rectificación debe apuntar hacia la cúpula del PSUV en el Zulia, la cual hace aguas por todos lados y se insiste en mantener una dirigencia absolutamente incapaz y desconectada de la base y el sentir popular.
Pero algunos puntos clave de rectificación tienen carácter nacional: Uno de ellos es la política del gobierno hacia el movimiento obrero, que no sólo tiene que ver con el ministerio del trabajo, sino que se relaciona directamente con las formas de participación que tendrán los trabajadores en las nuevas empresas socialistas.
Otro punto relevante es la política educativa, tanto hacia las universidades autónomas (sobre lo que hemos escrito bastante) como hacia la educación básica. Estos sectores son reducto de la derecha y en ellos nos vienen derrotando reiteradamente, siendo lo más resaltante la derrota sufrida por la propuesta de currículo bolivariano en la educación básica, y el auge del movimiento estudiantil opositor en las autónomas.
La forma cómo se desarrolle la vida interna del PSUV determinará igualmente las posibilidades de avance de la revolución. Hasta ahora, los mecanismos democráticos internos son bastante imperfectos, y están sirviendo para prolongar los vicios de la burocracia más que para permitir la verdadera participación de la militancia. Si se eligen los candidatos a diputados para el 2010 sin modificar radicalmente los mecanismos internos que hasta ahora han imperado en el PSUV, simplemente se ratificarán los actuales burócratas o serán sustituidos por otros similares, lo que pondrá en entredicho su aceptación por las bases popular y colocará a la vuelta de la esquina una posible derrota electoral que daría a la derecha el control de la Asamblea Nacional.
Finalmente, ratificamos la relevancia del triunfo obtenido, y su significado: es demostración de la voluntad popular de avanzar hacia el socialismo, rumbo revolucionario que ante la crisis capitalista mundial cobra inusitada relevancia como faro que alumbra las luchas de los pueblos de toda América Latina y el mundo.
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