Cabe preguntarse si realmente existen las condiciones para profundizar el proceso. Lo primero que habría que examinar es la situación en que se encuentra el Psuv, que apenas comienza su reestructuración, no obstante ser el instrumento político principal de ese proceso. En agosto-septiembre reunirá su congreso reestructurador. Antes sabrá cuántos son después del anunciado recenso y, se supone, elegirán los organismos de dirección estadales y municipales de los que carece hoy.
Tendrá estatutos y reglamentos y habrá resuelto cómo funcionarán las bases, fundamentales en un partido de masas como éste. No está claro si "reactivarán los batallones socialistas", como se lee en Las Líneas de Chávez; si van a ser sustituidos por "comités socialistas", que surgirán "dentro de cada misión, dentro de cada movimiento social" o serán producto de la transformación de los "comité por el Sí". En fin, que la estructura y organización de sus bases pareciera no estar definida.
Dentro de ese proceso de reestructuración, Chávez propone crear "el Gran Frente Nacional de Masas". ¿Estará el Psuv en capacidad de asumir tan ciclópea tarea? Veamos solamente la situación en el movimiento sindical, que agrupe a los trabajadores integrantes de ese Frente.
Creada hace cinco años, la Unión Nacional de Trabajadores (Unete) prometía ser la central sindical del proceso que tanta falta le hace. Nunca pudo asumir ese rol.
Apenas comenzó a funcionar, surgieron diversas tendencias, que gradualmente devinieron en cinco movimientos: Colectivo-CTR, Central Socialista de Trabajadores de Venezuela, Ce-Cura, Autonomía Sindical y Marea Socialista. Todos los esfuerzos hechos para unificarse, han fracasado; hoy perecieran inútiles.
Veamos recientes expresiones de esos grupos, divulgados en momentos de conflictividad sindical. El Colectivo-CTR, que dirige Marcela Máspero, denuncia una "tecnoburocracia enquistada en las instituciones", principal enemigo del proyecto Simón Bolívar, y exige el inicio de las discusiones de contratación colectiva en la administración pública.
La CST, que dirige Oswaldo Vera, declaró hace poco que los conflictos no se desarrollan por luchas economicistas y locheras, sino que tienen un alto contenido político para la profundización de la Revolución...".
El Frente Socialista de Trabajadores Petroleros (no tiene nombre de ningún dirigente), cree que "Es hora de encontrarnos con nuestra ideología... la clase obrera tiene el deber de superar el economicismo y convertirse en motor principal de la construcción socialista".
Finalmente, la sorpresa nos la dio Ce-Cura (Orlando Chirinos), que aparece en "Solidaridad Laboral" junto a organizaciones sindicales de Guayana, algunas próximas a la CTV, presentadas como "... respuesta a las agresiones del Presidente de la República contra los trabajadores del Metro de Caracas y las empresas de Guayana, que intenta desconocer las reivindicaciones que ha conquistado el movimiento obrero luego de años de lucha".
Ese es el cuadro del movimiento sindical cercano al proceso, bien variopinto, escindido en pedazos casi desde su creación, con posiciones distintas. Esa no puede ser la clase obrera organizada que necesita este proceso. Parece que tampoco desde la dirección del Psuv, y antes, desde el MVR, hubo esfuerzos sostenidos por ganarse a los trabajadores y a sus sindicatos.
Este parece el peor momento para intentarlo, complicada como está la situación laboral con un cuadro de conflictividad. Pero es oportuno el momento para que tanto en Miraflores como en el Psuv reflexionen sobre tan compleja situación y sobre el tratamiento a esos conflictos reales y potenciales, que podrían degenerar en situaciones difíciles de resolver.
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