Entonces resulta que el señor que gobierna al estado Carabobo denuncia ahora que hay militares y diputados que perciben un dineral del Puerto Cabello, en pocas palabras, estarían incursos en corrupción.
Esa denuncia no es el problema, sino intentar decir que la corrupción es de estos momentos. ¿Intentan decirnos a los pendejos que la corrupción es de ahora, precisamente cuando el Comandante acaba de promulgar en Consejo de Ministros la reforma de la Ley orgánica de descentralización, delimitación y transferencia de competencia del Poder Público, al igual que la Ley general de Puertos y aeropuertos?
Aquí no se trata de que al señor gobernador se le crea, sino de otro asunto que llaman complicidad, porque ¿Si el señor sabía de la corrupción y no la denunció, no se convierte en cómplice? ¿Nos van a seguir diciendo que la corrupción ha sido exclusiva del general del eructo y que cuando su padre fue gobernador y él mismo, nadie se involucró en la pérdida de una navajita”.
Aquí, en este país, hemos tenido el problema del silencio, del ocultamiento de realidades, bien sea por temor, para evitar represalias o bien por complicidades. Eso no es nada nuevo. Es una realidad local y mundial.
Así como han existido y existen médicos, psicólogos, administradores, planificadores, vendedores, periodistas y gerentes diversos que han estado involucrados en actos de corrupción, los hay de otras especialidades y de todos los tiempos. No podemos caer en el embuste que se plantea cuando algunos dicen: ¡Tu estás gobernando, tu estás robando¡ porque es descalificativo. No nos atrevemos a decir que los gobernadores de Carabobo han sido ladrones, porque no tenemos pruebas y, si no se tienen, mal puede hacerse una afirmación de tal naturaleza.
¡Que haya denuncias es harina de otro costal! Y todo eso le corresponderá a las autoridades probar si es verdad o mentira, pero una cosa es clara, voy a decir a estas alturas que unos militares y parlamentarios están cobrando, cuando las realidades del puerto son antañas, tienen décadas. ¡Por favor, señor pollo!
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