La curia en sus ataques al gobierno bolivariano esta utilizando un lenguaje comunicaciónal que ataca a la verdad y cuya única intención es despertar las emociones de la feligresía para que hable mal del presidente y se motive a montar guarimbas en cualquier lugar de la ciudad. Siempre buscan orientar el pensamiento religioso hacia una dualidad donde el pensamiento político de los ciudadanos refleje una libertad acondicionada por el miedo y donde la imagen de cualquier hecho circunstancial de la historia quede grabada en sus conciencias. Urosa Savino, con su explosiva afirmación conecta la percepción humana de los hechos policiales de abril con el sentido de la conciencia política adquirida en el pasado para producir una bifurcación de la sociedad ideal burguesa y donde los pobres deben adscribirse a los preceptos religiosos o serían responsables de los juicios sociales que han de venir por seguir la ruta democrática del socialismo.
Sin duda, un pensamiento del medioevo utilizado por los fariseos, escribas y curia de ese tiempo para enjuiciar a las almas que con buena fe buscaron su libertad y tomaron de una manera ilusionada el credo evangélico como una disciplina de gracia para lograr la liberación espiritual. El arzobispo solo desea fundir en el pueblo la idea vaga de que el socialismo como sistema ideológico coarta la libertad y nos lleva a una constante duda sobre la autonomía creativa. Venezuela debe luchar por su autonomía democrática y articular políticas donde la fe solo sea un criterio conceptual para hacer efectivo el hecho conceptual y lograr un verdadero ordenamiento jurídico de cada estructura que nos lleve a confrontar los elementos de soberanía popular para preservar las utopías sobre el hecho socialista en sí.
Ante la caída de los partidos políticos y sus dirigentes de base, los laicos y algunos representantes de la curia han conceptualizado algunos elementos del accionar democrático para mostrarnos que nadie debe construir un camino hacia la justicia social. Muchos fueron los mártires que cayeron bajo las dagas de los cruzados por reivindicar el nombre de Jesús y crear las plataformas para controlar el poder urbano. Se debe tener mucho cuidado con las predicaciones verticales que solo buscan concebir la burocratización del Estado y desacelerar los movimientos populares que florecen por iniciativa propia y que solo buscan fortalecer la horizontalidad del Estado y su tendencia política
Para lograr la dinamización del pensamiento cristiano y revolucionario debemos apuntalar los procesos de enmacipación de las clases desposeídas y aferrarnos al pensamiento hegemónico del partido al cual militamos para lograr un propósito común, la libertad de los pueblos. Para esto, debe existir un líder común con una sola ideología y tendencia al trabajo proselitista.
Es el momento de apartarnos de la religión y encontrarnos con el evangelio predicado por Jesús.
(*) filosofo
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