¡Qué tal, camaradas!
De fiesta con el séptimo aniversario de Aporrea. ¡Aporreando! ¡Bravo
por ellos y por nosotros! ¡Gracias!
Verdaderamente es una
vaina. Hemos comentado el débil asesoramiento hacia las cooperativas
(dejándolas caer en una devaluación); a la conceptualización de los
Consejos Comunales (preparación de líderes que se autopreparan); formación
integral de lo que debería ser le mayor ejército de protección nacional,
hasta empequeñeciendo al Indepabis, las Contralorías Sociales.
Impulso total a los proyectos
endógenos y a las EPS. Que si lo hay, pero no contundentemente.
Impulso integral, colectivo,
a la maravillosa concepción de las Comunas Socialistas.
Si alguien, y con razón
porque está haciendo esfuerzos en ese sentido, me critica está bien.
Sólo que me refiero a su masificación. Y es muy sencillo, vaya usted
a un barrio, o si prefiere, y le es más cómodo porque usted, aún
revolucionario, no participa con las comunidades, o Misiones, –y sin
embargo opina que jode, mal o bien-, pregúntele a cualquier mortal
popular que encuentre en un oficio en trabajos de calles, por ejemplo,
de los más frecuentes los bomberos de gasolina, y observará
que no saben nada de eso.
El motivo de este artículo
–varios en fila- parte de una constante, revolucionaria y socialista,
pienso, que me acompaña desde años en la comunicación diaria con
nuestros representantes populares en todos los espacios donde los encuentre
(empanaderas, personas de limpieza, etc.), me acerqué a unas compatriotas
barriendo, sacando monte de una isla de tránsito (abandonada) en una
calle con pocos bombillos vivos, macheteando cunetas llenas de tierra
con maticas, etc.), un termo con un fondito de agua a las 8 a.m).
Y escucho: ¡ingeniero
Sevillano, ingeniero! -muchos me nombran por mi apellido materno, gran
orgullo, y porque, dependiendo de la generación, recuerdan al Sevillano
de Jesús, nuestro tremendo revolucionario cantante por años, y no
porque sea mi primo hermano- y las señoras me dijeron: hablo con ella
que es la caporala.
¡Hola, mija! –Estoy
colaborando con el proceso, porque soy jubilada y así hago algo. –¿Cómo
le están pagando a estas damas?
–pregunto, y veo alguno que otro caballero, tod@s con franelitas rojas
y una enrollada a la cabeza porque pega el sol parejo-.
-Bueno, Palacios, –se había acordado-, cada 28 días y luego hay
que cambiarles la cédula.
Esos son los peor tercerizados:
los veinteocheros. Para no pagarles prestaciones y otros beneficios
son contratados por 28 días, y los reciclan.
Le recordaba, en mi eterno
plan de concientización e ideologización, que mi propuesta sobre el
mantenimiento –que abarca varios renglones y aspectos- sobre la acción
de trabajo comunitario implica contratación de cooperativas por sectores
que se encarguen de manera permanente a todas las actividades que ello
implique. Mencionado lo que estaban realizando, más la posibilidad
de pintar postes hasta una altura para su visualización, cambio
de bombillos, pintura de aceras y brocales –y no cuando vaya a pasar
una autoridad o sea una fiesta patronal-, hasta mejorar el paisajismo
con las donaciones de plantas por las instituciones de cualquier género.
Ah, revisión de grietas en el asfalto para su cura, evitando huecos,
y los huecos que se taparían.
Mantenimiento preventivo
e integral: eficiencia socialista y buena aspecto, y… para los trabajadores
entradita semanal fija.
Que se mejorará cuando
se consolide, de una vez por todas, la Seguridad Social integral para
todos. No olviden mi propuesta de usar 2 o 3% del IVA. ¡Sobrará billete!
Aquí no menciono, por
ser otro tema que desarrollado con un proyecto que nadie le para, el
de Manejo de los Desechos Sólidos, cuya solución para Caracas y todo
el territorio, es integral y se descarga en las comunidades organizadas.
Así como el proyecto para atender diversos tipos de Contingencias,
también a la orden, humildemente. Seguro que se lo contratan a una
empresa y se pierde este esfuerzo técnico y socialista.
En cualquier caso, la
“caporala” –casi como una coronela- me dijo estar descontenta
con… y no se reinscribiría en el PSUV, junto a ella, varias. Le sugerí
que no se desalentara, que las cosas seguirían cambiando y había escuchado
que no reinscribirse no la sacaba del partido –un partido que sólo
demuestra eficiencia eleccionaria y para jornadas de inscripciones-.
Me preguntó por el ingeniero
Guillermo, mi hermano, ejemplar profesional de la ingeniería civil,
más en la tan necesaria ambientalista y sanitaria, a quien ella conoce
mejor que a mí, quien además es un chavista hasta las metras, pulsador
de las angustias populares y luchador por reivindicaciones, con ellos,
por mejorar su calidad de vida.
Se cayó “patrás”
y arrechándose por demás cuando le manifesté que lo acaban de botar
de la empresa de Viviendas de la Gobernación con la llegada de una
nueva presidenta.
“Cómo van a dejar
por fuera a un ingeniero tan calificado, amigo nuestro –de muchas
comunidades- y del PSUV, cuando en esos organismos lo que hay es el
escuálido parejo. Calladitos, y que de vainas medio cumplen con sus
profesiones, pero sin ponerle el corazón que la revolución requiere”-
y todavía arrecha: “deje que vea al secretario de gobierno, también
ingeniero, para que explique qué está pasando. Esas son las cosas
que el partido debería analizar”
Le agregué, partiendo
de que el Socialismo es para nosotros un elemento humanitario, “y
Guillermo, echado a la calle sin pensar que hará, a dónde va a encontrar
trabajo ahora pasado los 70, pero fresco y dinámico” Luchador incansable
de las ideas y la acción.
-Bueno, hija. –Bueno,
ingeniero, hasta la lucha siempre.
¡Patria, que es soberanía, Socialismo, que es solidaridad, y Muerte, que es más patria! Y si con esos parámetros y la eficiencia y la anti-corrupción, seguiremos ¡venciendo!