El escritor peruano, Mario Vargas Llosa. JESÚS CONTRERAS/ARCHIVO
H ay que estar claros. A ciertos niveles de la colectividad nacional la polarización se profundiza se profundiza día tras día. Hay factores que la estimulan, uno de ellos el medio de comunicación; pero los procesos que en general se desarrollan en Venezuela propician la agudización de las tensiones. Y nadie debe llamarse a engaño: hay una clase social y política que, obsesivamente, rechaza los cambios, mientras que hay importantes fuerzas populares que los impulsan.
Ambos sectores tienen conciencia de que flaquear es fatal. Por consiguiente, cabe preguntar si este proceso conduce, ineluctablemente, a un choque frontal. Ante semejante riesgo se impone buscar la manera de que la visión de guerra civil de esas dos Venezuelas no se imponga. Los procesos sociales y políticos siempre lo determina el ser humano. La fatalidad no es fatal imposición del destino.
Y por eso es posible frustrar el destino impregnado de fatalismo. No estoy filosofando.
Solo quiero señalar que en la situación límite por la que atravesamos hay recursos a los que se puede apelar para impedir la catástrofe. Como lo he manifestado en otras oportunidades, temo a la chispa que desate el fuego que todo lo arrase, y hay que intentar evitarlo.
En el origen de lo que sucede está la irresponsable conducta de aquellos sectores políticos, económicos y sociales que dominaron el país. Su conducta, consistente en negar reiteradamente el legítimo proceso de cambio que se desarrolla en el país, con sustento en la voluntad de la mayoría nacional -lo confirman reiteradas elecciones-, funciona como factor de provocación. ¿Sobre qué se monta la provocación?
Primero, sobre la subestimación del liderazgo de las fuerzas del cambio. Se lo desprecia.
Se afirma que carece de cultura, de preparación, y que cultiva la violencia, comenzando por Chávez. Semejante opinión contrasta con la realidad.
En el fondo no es otra cosa que la tradicional actitud de aquellos que pretenden cerrarle el paso a las nuevas generaciones. Siempre fue así: los dirigentes del pasado se acuestan sobre el piso de las instituciones para impedir que los que vienen detrás emerjan. En segundo término está el desprecio por el pueblo. Hacia el pueblo raso. El que siempre estuvo dominado y explotado. Aquellos que dominaron por siglos la escena -economía, relaciones sociales, política, culturaconsideran un intolerable desafío que la chusma, las hordas, ocupen lugar destacado y dejen de ser habitantes para convertirse en ciudadanos. Esta situación los saca de quicio.
Pero lo de fondo es la mentira.
Que un proceso de cambio social profundo transcurra en democracia, con elecciones, con múltiples partidos, con sindicatos, con medios de comunicación libres y respeto a los derechos humanos, es algo inconcebible. Inaceptable. Ya que rompe el esquema que manejan los grupos conservadores y neoliberales.
Es imposible, y así lo que plantean sus dirigentes, que los cambios se hagan en libertad y democracia porque el mal ejemplo puede cundir -que es lo que está ocurriendo en la región latinoamericana-. Por tanto hay que falsear los hechos, apelar a la mentira y recurrir al show. Por estos días había que montar el escenario en Venezuela y traer estrellas del exterior debido a que las nativas ya no alumbran. Cedice, un organismo empresarial cuyos directivos apoyaron las acciones golpistas de los años 2002-2003 y cuanta aventura contra la Constitución y la democracia se planteó en el curso de estos diez años, movilizó abundantes recursos mediáticos y crematísticos para realizar el foro de intelectuales de ultraderecha, capitaneados por Vargas Llosa y otros desertores de la izquierda -Plinio Mendoza, Castañeda, etc.-, cuyo plan era provocar para proyectar al exterior la imagen de una Venezuela donde se irrespeta la libertad, se agrede a los invitados y donde han desaparecido valores esenciales de la democracia. El show se realizó como estaba previsto.
Vargas Llosa y su combo actuaron con la arrogancia y el desprecio por la verdad que los caracteriza, pero lo que dijeron careció de valor conceptual y fue decepcionante. Por obvias razones nada dijeron sobre la inmensa crisis del capitalismo y se refugiaron en el lugar común, en la repetición de la basura que siempre emplea la derecha en el mundo para atacar a los procesos de cambio.
Pero el show revirtió dramáticamente. Tanto sus fines, como las figuras emblemáticas que participaron, quedaron al desnudo.
La mentira de que Venezuela está gobernada por un tirano; que no hay libertad; que el país se desliza por el tobogán del autoritarismo, contrasta con el hecho de poder decir cuanto les dio la gana, falsear la realidad y defender los intereses más sórdidos del país, sin que nada les pasara. Lo cual prácticamente los dejó en ridículo.
Lo único cierto es que avalaron la posición de los autores de los golpes del 11A y el petrolero; se solidarizaron con los corruptos que sepultaron la Cuarta República; avalaron los negociados de los flamantes directivos de Cedice, tipo "maizina Alfonzo" y el banquero de la especulación y las trácalas, García Mendoza.
Recordando el nombre de un famoso programa de televisión, cabe preguntar, ¿cuánto costó el show de Cedice? ¿Quiénes lo pagaron? Después del triste espectáculo, ¿están conscientes sus promotores de la contribución que le acaban de dar a una mayor la polarización del país y de la responsabilidad que asumen?
LABERINTO
Hay que observar
al caso del Banco Industrial de cerca por las ramificaciones que tiene con la banca privada: nóminas, colocaciones, carteras de inversiones, etc.
Por otro lado, alentados por antiguos jefes, de los 52 vicepresidentes, 14 han introducido amparos. También hay medidas diversas de no remoción, cierre de cuentas y bloqueos de carteras...
El señor de los carros
convocó a una reunión en Globovisión de concesionarios de Toyota: más del 50% se excusó. Se comentan los "guisos" Zuloaga-Beherens que provocan reacciones en otros concesionarios...
¿Es lógico que la UCV
posea 341 cuentas bancarias distribuidas en 16 bancos? Sobre esas cuentas no hay información alguna. Doce son cuentas a plazo fijo...
A Salvatore Mancuso,
el criminal jefe paramilitar colombiano, se le soltó la lengua. Acaba de declarar que acarreó gente para votar por Uribe y dice que está dispuesto a informar de cosas aún más comprometedoras para la clase dirigente colombiana que defiende Plinio Apuleyo Mendoza, uno de los foristas del "equipo Vargas Llosa"...
La crisis del capitalismo
no despertó interés entre los intelectuales de la ultraderecha que asistieron al foro de Cedice-, pica y se extiende. Obama, por ejemplo, salvó a la empresa alemana Opel , propiedad de General Motors, al lograr que la compraran la canadiense Magna y los rusos...
José Sarney,
ex presidente de Brasil y declarado detractor de Chávez, opuesto al ingreso de Venezuela a Mercosur, es investigado por el cobro irregular de dineros públicos.
Por ello pide excusas a los brasileños. ¡Qué tipo más caradura!...
El gobierno asumió
el control administrativo de un canal de televisión por deudas tributarias. No fue el gobierno venezolano sino el peruano de Alan García; tampoco fue Globovisión sino el Canal 5, Panamericana de Televisión, (silencio escuálido).
jvrangelv@yahoo.es
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