Las observaciones que el presidente Hugo Chávez hizo en la inauguración de la segunda unidad de la planta Termozulia II, acerca de un plan vitícola que le plantearon para la Cañada de Urdaneta y que podría arrancar en noviembre, creo que evidenció algunos de los desaciertos que, a mi juicio, ha cometido la revolución en el Zulia, especialmente en Maracaibo.
Aunque estimo que lo más significativo es que Chávez demostró estar al tanto de lo ocurrido con la revolución y la dirigencia de esta jurisdicción, el cual pienso botó el juego en estos últimos ocho años y sabemos que un militante como él no descansará hasta revisar y reimpulsar el proceso en este municipio.
Chávez escuchaba del desarrollo vitícola y era evidente que esperaba que le hablaran del inicio de los trabajos y cuando precisó detalles al respecto, le dijeron que podrían comenzar a finales de año. El Presidente pedía acciones concretas, pues le comentaban de tal manera que ya uno sentía el sabor de las uvas en la boca y resulta que el proyecto aún estaba en la cabeza de sus mentores. La gente está cansada de que le pinten paraísos en papales, maquetas y que no se ejecuten las obras. Detesta ver a esos políticos que en informaciones de prensa hacen en segundos un edificio de 200 pisos, pero que en la práctica son incapaces de estimular la colocación de un bloque.
Así se comportaban en la IV República, y eso no lo puede repetir la revolución. Chávez lucha en contra de eso, sin embargo, considero que fue una de las causas que contribuyeron a los reveses electorales en Maracaibo. Muchos proyectos, pero que al final no se hicieron o el pueblo no los sintió.
En mis artículos he pedido revisar el binomio comunidad- revolución. Para mí lo sucedido en la inauguración de Termozulia II con la mención de la obra vitícola de la que se desconocía su inicio, sucedió en las dos gestiones rojas rojitas que se dieron en la Alcaldía de Maracaibo, donde la gerencia dejo tanto que desear que el pueblo terminó rechazando a los candidatos chavistas y rodó por un barranco esa preciosa oportunidad de avance socialista que tanto sacrificio le cuesta a la gente humilde.
Las comunidades están repletas de chavistas, pero no se identifican con los representantes del proceso y pienso que tienen razón. Maracaibo fuera una ciudad modelo si nos atenemos a las obras hechas en verborreas, promesas, de allí, que me alegra la actitud del comandante. Creo que no exagero si digo que en este municipio hace falta una revolución dentro de la revolución. Requerimos líderes de corazón que doten a la gente del poder que se requiere para fortalecer esta gran esperanza nacional desde su esencia: el pueblo.
(*)Periodista
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