Con gran alegría he tomado conocimiento del evento que realizaron en el Centro Internacional Miranda. Esta actividad contó con la presencia de importantes intelectuales venezolanos e invitados internacionales. Es evidente la actualidad y la oportunidad de los temas que abordaron. Allí se plantearon respuestas contundentes a las distorsiones que propaga la derecha y el imperialismo.
Pero el evento ha sido también relevante por el debate que han desarrollado sobre las relaciones entre democracia y socialismo. Estos temas son cruciales para el original experimento transformador que es el proceso bolivariano. Discutir abiertamente los problemas es la mejor forma de evitar la repetición de los errores que condujeron durante el siglo XX a la frustración de varios ensayos anticapitalistas.
Es también un acierto balancear las luces y las sombras de una década de grandes cambios en Venezuela. Resulta indispensable reconocer los avances y las dificultades de un proceso, que exige gran lucidez para abrir el camino hacia el socialismo del siglo XXI.
Dada mi frecuente participación en los eventos del CIM sigo con gran interés la discusión que están desarrollando ahora. Ya en distintas reuniones pude observar cómo abordan los controvertidos temas del Estado, el partido, los medios de comunicación y la dinámica de la participación popular. Creo notar que están encarando estos aspectos con mayor solidez y consistencia.
Es interesante también notar de qué forma se aproximan a estos cruciales problemas mediante preguntas y cuestionamientos, apuntando a desenvolver una construcción revolucionaria, al calor del debate y la crítica. Este camino enriquece la elaboración colectiva e incentiva un tipo de reflexión, que es muy valorado por los luchadores e intelectuales de América Latina.
Corregir los errores a través de la discusión franca y abierta es la mejor forma de enfrentar las calumnias que difunden los conservadores. Discutir sin temor los problemas es un signo de fortaleza y vitalidad del proceso bolivariano, especialmente en una coyuntura mundial dominada por la crisis capitalista y la búsqueda de alternativas populares al desempleo y la miseria.
Frente al fallido intento neoliberal de implantar un pensamiento único, nuestro desafío es demostrar la gran variedad de matices, posturas y enfoques que caracteriza a los socialistas. Y como en el CIM se trabaja con un criterio que combina la amplitud intelectual con el compromiso revolucionario, espero que continúen desarrollando con éxito este tipo de actividades.