Resulta interesante en este punto citar al profesor Yrne Gil, quien en su artículo, Estamos viviendo una guerra de Cuarta Generación, señala: “Un ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus emociones. Su voluntad está siendo tomada por fuerzas de ocupación invisible sin que usted sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en su propia cabeza. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros, donde usted es el blanco principal”; es decir, estamos en guerra y quizás no nos hemos percatado de tal situación. De allí la importancia de la actividad que durante la presente semana está desarrollando el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, la cual se ha denominado, la Artillería del Pensamiento, donde se debe obtener herramientas para establecer planes de acción que permitan contrarrestar la guerra psicológica que lleva adelante la burguesía nacional e internacional en contra de la propuesta socialista que impulsa la revolución bolivariana.
De igual forma, el estado por medio de la instancia correspondiente debe regular la emisión de mensajes falsos e instigadores al desconocimiento de la autoridad y promotores del odio; en ningún momento, este proceder necesario puede ser catalogado como una amenaza a la libertad de expresión, por el contrario, se puede considerar que este concepto los mismos medios lo han vilipendiado con su accionar, al convertir esta premisa fundamental de la democracia en un libertinaje de expresión. Constantemente se agreden a los gobernantes y al pueblo con sus falacias, recuerden la participación activa de los medios en el golpe de estado y paro petrolero. Pero no se vaya a juzgar algún propietario de algún medio de comunicación, porque de manera inmediata surge en red el titular “En Venezuela se atenta contra la libertad de expresión”; contra la vida humana atenta Guillermo Zuloaga al estimular la caza de animales en peligro de extinción, también atenta contra el bolsillo de parte de sus televidentes hipnotizados al acaparar vehículos para luego vendérselos con un sobreprecio importante. Este tipo de conducta es propia de los dueños y directores que en su mayoría dirigen los medios de comunicación en Venezuela.
Debemos reforzar y apoyar
la fuente comunicacional alterna que viene edificándose en las comunidades
a través de la radio, tv e impresos comunitarios, con enfoque periodísticos
vanguardista y consustanciado con la realidad que se vive, donde el
debate real y la crítica constructiva sea el día a día. Adicionalmente,
tiene que combatirse la desinformación y desenmascarar el objetivo
real de la oligarquía como lo es la defensa de sus intereses económicos
y estatus alcanzado, en detrimento de las grandes mayorías. Sólo así,
liberaremos al pueblo de la opresión informativa que generan los grandes
medios. Estamos en guerra, aunque usted no lo crea, hoy enfrentamos
nuevas batallas, en nuevos espacios, a favor de la liberación
de nuestros pueblos.