Como
hombre importante dentro de la política venezolana que ha disfrutado de
todos los cargos en que me han puesto –elegido y no elegido- a mi
alcance en la IV-R y, hoy como Alcalde Metropolitano que más bien
parezco suburbano por lo disminuido que me han dejado por arrogancia
del gobierno de Chávez Frías, apreciado y querido dentro y fuera de la
oposición sin bandera como líder indiscutible con derecho inalienable
de ser presidente de la república. Me lanzo en una aventura que a la
larga dará sus frutos y por qué no: el poder democrático desde ya, sin
elección alguna cuando se tiene a un dictador que usurpa y controla un
poder sin respeto ninguno de las minorías oligárquicas que de por vida
habían mandado en el país como debe ser de acuerdo a las leyes divinas
y a sus estatus productivo-capitalista y amos del valle desde los
tiempos de la colonia y, por tal motivo, deseoso como soy, y además,
fiel representante de la más rancia estirpe de la diferenciada
política, actualmente interferido, me declaro en huelga de hambre
indefinida hasta que el sol deje de brillar o, la OEA no se haga
presente y me declare por sucesión de causa presidente vitalicio de
Venezuela con o sin Constitución basado en lo sucedido en Honduras,
pues, si allá se pudo, ¿quién dice que acá no? Porque donde manda
yanqui no manda comandante y, por las circunstancias que me dan el
ahínco y la voluntad de seguir adelante, adelanto: mi huelga de hambre
no tiene marcha atrás y de antemano agradezco al público de mi país,
abstenerse de mandarme arañas de Sabaneta, ni pabellón criollo con
barandas y ñemas, ni empanadas llaneras que, aunque se me haga la boca
agua: dejaré de comer lo que antes comía con tanta gracia, porque si
Chávez es macho y apoyado yo soy un verdugo sin espuelas y como tal:
juro por lo más sagrado de mi convicción neurótica que ni él ni nadie
me sacará de este camino que sólo Dios y Baltazar Porras han
determinado que nací para aligerar las cargas emocionales del
venezolano en estas horas de mengua y penuria en que no se me respeta
como Alcalde Mayor por mayoría de los caraqueños y pobladores aledaños
que constituyen mi fortaleza anímica que me da la razón para llevar el
rumbo de este enredo político en que se ha constituido la oposición.
Motivo que me abraza para ser el mandatario más capaz y luminoso que
guíe con esperanza inaudita sin resabios la patria bonita que todos
queremos y, en particular los yanquis y la Comunidad Europea.
Y
para aguantar lo que venga con dignidad leal pura, desistan de procrear
o infiltrar buenos y atractivos olores, ni mujeres güenotas y bonitas
cerca de mí que atente contra mi decisión de no probar nada para
mantenerme en ayunas permanente, ni estornuden cerca
Lo
que sí les agradezco es que recen y oren por mí para que en un futuro
inmediato sea su jefe supremo con o sin banda presidencial, que haga
posible el desarrollo de la democracia participativa todo para mí nada
para ti a que estábamos acostumbrados y, de una vez por todas
demostrarle a la Comunidad Internacional incluida Cuba que yo y,
solamente yo, soy el Ledezma único que el pueblo necesita para decirle
al mundo con compasión que tenemos vocación de liderato sin bocado
provocativo que no sea, únicamente el poder, y nada más.
¡Viva Honduras con Goriletti y Venezuela con Antonetti Tirano Ledezma!