Si la fama existe –aunque sea efímera- yo: Antonio Ledezma, soy famoso: ya que trepé a la OEA mediante una simple huelga de hambre que en nada me afectó, porque la voluntad de vencer al gobierno era tan grande que seis días pasaron por mí como si nada y, más bien salí rejuvenecido que ahora sí me parezco al abuelo Monster mi alma gemela que para los chavistas sin oficio me ven como un vampiro. Pero lo cierto es que soy el líder más feliz sobre la tierra después de esa gran victoria en que me jugué mi futuro político, a sabiendas que sería cruz o cara y, cualquiera de las dos opciones me daban la razón para seguir adelante sin titubeos y, quebrarle el cuello de las dudas a los que llegaron a sospechar que fracasaría en mi intención galopante de tocar las estrellas de la dignidad con mi pensamiento y, como tal salí purificado, porque sin querer eliminé las sustancias tóxicas que dañaban mi organismo, las que se esfumaron por el albañal de la vida, lo que me hace pensar que ese Organismo Internacional sirve como un detergente emergente que cura todo sin proponérselo.
Por ahora lo que me queda es planificar mis acciones escenográficas que llevaré adelante cuando esté en presencia de los personeros de la comisión que me recibirá con los brazos abiertos y, solucionen de una vez mi estadía en el cargo que tanta falta le hace a la democracia venezolana en pleno –SXXI- del cual soy también pieza principal como candidato único de la oposición que va a darle que hacer al presidente Chávez, lo cual hará que cambie de estrategias para poder ganarme con las botas puestas en conjunción como estoy en los predios internacionales y, mi moral es de mucha estatura, imposible de alcanzar por un militar. Por eso y mucho más les advierto: bien a mis detractores como admiradores que son bastantes en la escala popular que estoy presto a servirles con la bandera de la libertad que ponga orden donde no hay, ni ha habido que, seré implacable una vez que la OEA me dé el visto bueno para gobernar como se gobierna. Nada de socialismos ni de comunismos ni de cubanismos ni de eufemismos, lo mío es capitalismo puro a lo American way of live. Así se lo he jurado a mi amigo y padre político CAP, para que se vaya feliz al otro mundo, donde una multitud enardecida de su grey lo espera para meterlo de lleno en la historia insólita de sus deseos que también son míos y con la resolución del deber ser cumplido, seremos.
Ando, como se dice emocionado, y mis neuronas no están en mí, están en otra parte del planetario imaginario, contribuyendo a la formación de otro mundo mejor sin egoísmos, donde el capitalismo neoliberal actúe a sus anchas y cada quien robe a manos llenas que para eso se hizo el dinero y, la corrupción sea un fin, mas no un medio.
Mi currículo me da la satisfacción de sentirme amo y señor de estas tierras que ya no queda mucho por hacer dentro de mí, porque todo lo he hecho y creo ser una luz que se amplifica dentro del túnel de la ignorancia inaudita sin inaugural en la historia de la política de mercadeo.
Entre mis posibles proposiciones que firmemente llevaré a la OEA está el nombramiento del nuevo secretario de la misma que desde ya cuenta con el apoyo de los gringos y en honor a sus abultados méritos que rebasan los límites del reacomodo asomaré el nombre de mi amigo y compañero Ramos Allup, carta libertaria de las Américas.
¡Confianza en mí: pueblo de Venezuela!, que yo seré el reloj de sus horas por venir y, después que regrese de la OEA bañado de confianza y equidad: todo se habrá consumado. Así que manos a la obra que hay Ledezma hasta el día de la resurrección y a los pobres que no dejen de ir a la iglesia a confesarse y tomar la comunión con amor que eso llena y, barriga llena corazón contento que en la viña del Señor hay para todos. Aprendan de mí y véanme como su salvador saturado de gloria.