La UNASUR será el centro del debate sobre Soberanía versus Neocolonialismo

El diputado Amílcar Figueroa en conferencia en el CELARG informaba sobre los comienzos de las contradicciones entre el “Poder establecido” (Figueroa dixit; el General Alberto Mûller Rojas lo califica como “Poder”; conceptualmente, consideramos, no haya mayor diferencia) y las realidades en evolución que se comenzaban a desarrollar en los países al sur del rio Bravo cuando el Presidente de Panamá, Omar Torrijos, tomó la soberana decisión sobre el uso y permanencia de las tropas norteamericanas en el Canal de Panamá, dicho en sencillas palabras. Nos recordamos cuando solo días después de la invasión a Panamá para “capturar” a Noriega, visitamos el barrio aquel de la Dignidad panameña, estando patrullado por soldados norteamericanos teniendo por escenario los impactos de balas en los edificios del barrio.

Decía el diputado Figueroa que aquella decisión de Torrijos obligó al Pentágono a rediseñar sus realidades geoestratégicas militares para la Región americana. Producto de esa decisión, se establecieron una serie de bases militares y/o espacios físicos para uso militar norteamericano en diferentes lugares geográficos de El Caribe tales como Aruba y Curazao. En este renglón permítasenos explicar algunas realidades. Las islas de Aruba y Curazao, turísticas, por excelencia, sus políticas y decisiones políticas de defensa y política exterior están bajo la responsabilidad del Reino de Holanda; vayamos más allá. La primera empresa transnacional-comercial, Compañía Holandesa de las Indias Orientales, se instituyó en Ámsterdam en 1602. Cuando las guerras entre reinos en el continente europeo, el poder económico holandés se trasladó a Londres instituyendo la Compañía Británica de las Indias Orientales con los mismos financistas y los mismos objetivos de mercado y el apoyo de la Corona británica. Expresamos estas ideas porque la cooperación entre el Reino de Holanda y los EEUU de América siempre pasará por la consulta previa y necesaria al Foreign Office británico, Reino británico que, a su vez, controla las políticas de defensa y política exterior de una serie de naciones de El Caribe Oriental bajo la organización de la Commonwealth. En última instancia, cualquier accionar en el orden militar podría estar perfectamente coordinado por los responsables militares y de política exterior de los tres países nombrados. Un ejemplo claro de esa realidad fue la “Guerra de las Malvinas” y los acuerdos en el seno de la OTAN.

Continuó su exposición el diputado Figueroa recordando que el Pentágono instaló bases en Paraguay, Honduras, base a la cual se le realizó una reingeniería después de haber cumplido con sus objetivos militares durante la “guerra civil” que se desarrollaba en El Salvador, según las necesidades temporales y proyectadas y la base de Manta, base cuyo acuerdo fue denunciado por el Presidente Correa dentro de los acuerdos correspondientes. Dentro de ese escenario descrito por el diputado Figueroa, el Pentágono mostraría evidentes debilidades geoestratégicas sobre el Atlántico Sur que trataría de solucionar buscando acuerdos militares con el actual Gobierno francés para instalar una base de reabastecimiento en la conocida “Guyana francesa”, departamento de ultramar francés con todas las implicaciones que tiene ser un “departamento de ultramar”. Bien se conoce que el Gobierno brasileño ha decidido e informado al Gobierno de Washington, por ende, al Pentágono, que el soberano territorio brasileño, a diferencia, por ejemplo, de España y Alemania, por nombrar, no será “hogar” de bases norteamericanas en cualesquiera sean las modalidades que se utilicen lo cual implicaría una “denuncia tácita” del TIAR.

Cabe la lógica inquietud ¿cuál sería la preocupación real del Poder establecido norteamericano hacia los países al sur del rio Bravo cuando, como es de conocimiento público, la única alteración militar que está en continuo proceso bélico, es la “guerra civil” en Colombia? Es evidente la asimetría entre las realidades bélicas colombianas, mas aun cuando el propio Gobierno bogotano manifiesta continuos triunfos militares, capturas y derrotas a los “ejércitos populares” colombianos gracias al Plan Colombia bajo los objetivos de la “Doctrina de la seguridad nacional”, y el muy importante despliegue del parque militar norteamericano de tecnología de punta tanto en las bases referidas más arriba como las bases colombianas antes del reciente acuerdo alcanzado por ambas partes, colombiana y norteamericana.

Es evidente que debe haber una muy importante razón de Estado para que el Poder establecido norteamericano se haya preocupado por las diferentes decisiones de Política de Estado latinoamericano que comenzaría, a decir del diputado Figueroa, con la decisión del Presidente panameño, Omar Torrijos, siguiendo con “hechos históricos” que han permitido el despegue, desarrollo y profundización de la “conciencia popular” de las sociedades latinoamericanas. Pero ¿es esa la única razón que ha obligado al Pentágono a rediseñar su política militar en y hacia la Región americana? Consideramos que no es la única razón.

En primer lugar, es el diálogo permanente entre el “Poder establecido” y las razones de ser del sistema capitalista. Ese diálogo implica un permanente interaccionar entre los objetivos y necesidades entre ambas realidades, algo así, como una relación “parasitaria” natural entre el significado que contiene el “Poder” y su necesaria supervivencia con el sistema capitalista; quizás ello haya sido la razón de ser del fracaso de la praxis soviética al no comprender la importancia que tiene el sistema capitalista para el Poder; mientras que el establecimiento chino ha comprendido esa ecuación sabiendo utilizarla en función de un proyecto de “Política de Estado”, en las siguientes etapas: el rescate, restructuración y despegue de la economía china post-Revolución Cultural sobre realidades objetivas internas; como segunda etapa, la consolidación de una economía de exportación descargando las obligaciones taxativas al sector campesino chino para emplear la “plusvalía” en la reestructuración de las empresas básicas y la reingeniería del sector militar; en tercer lugar, en la etapa del poder económico, como se observó con el rescate de las economías asiáticas producto de la “crisis del bath” tailandés, logró establecer “reglas de respeto mutuo” sobre realidades de las economías y los mercados; en cuarto lugar, frente a la crisis financiera global y las previas adquisiciones de bonos del Estado norteamericano, el establecimiento chino va “negociando” realidades políticas, económicas, militares y geopolíticas y geoestratégicas con el Poder establecido norteamericano. Esas realidades van demostrando el proceso de “soft landing” del Imperialismo norteamericano y la de sus políticas imperiales.

Sobre esas realidades arriba expuestas, al Poder establecido norteamericano junto al poder que representa Washington solo le quedarían dos caminos: aumentar su presencia en el continente africano, prueba de ello ha sido la reciente visita de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, a diferentes países del África. El segundo camino se correspondería con la recuperación, control y consolidación de su “patio trasero”, es decir, la Región al sur del rio Bravo (rio Grande para los gringos y los “pitiyanquis” criollos). En el primer escenario, es decir, en África, la competencia es, sencillamente, feroz. En el segundo escenario, si el Poder establecido norteamericano decide repetir pasadas historias sin considerar las realidades socio-políticas y económicas actuales de la Región, posiblemente, se encuentre con fuertes resistencias sociales y de sectores políticos suramericanos. ¿Por qué?

En primer lugar, Brasil ha asumido su rol como “poder continental” y ello no puede ser negado por Washington ni por el Pentágono como se ha venido demostrando con las recientes declaraciones del establecimiento brasileño; es obligado precisar que no es, solamente, porque el Presidente brasileño sea Lula sino porque es esa la Política de Estado del Estado brasileño que permanecerá en ejecución post-Lula. Seguidamente, las realidades de la estructura significativa de la Revolución Bolivariana han venido teniendo un impacto en amplios sectores sociales de las sociedades del continente americano; a ello se le han adicionado las realidades económicas globales en los sectores de las materias primas, biodiversidad y posicionamiento geográfico que son favorables a los países de la Región.

¿Es los EEUU de América aún una Potencia mundial? Si lo es pero las políticas establecidas por el Poder establecido norteamericano en y llevadas a la praxis durante el siglo XIX son y están “outdated” (ajenas a los tiempos históricos actuales de la Región americana) ¿Podría el Poder establecido norteamericano junto con el establecimiento político washingtoniano tomar decisiones de Estado para proponer acercamientos “inteligentes” bajo los “Cinco Principios de Bandung” en sus relaciones globales con la Región americana? Definitivamente, la respuesta es negativa. ¿Por qué? Solamente manteniendo un seguimiento a la oposición que están desarrollando las derechas norteamericanas y el establecimiento gringo a las propuestas de “serios cambios” socio-económicos con afectaciones favorables hacia los sectores populares en los contenidos de las propuestas de Barack Obama a favor de los más desposeídos incluyendo a la clase media de la sociedad norteamericana junto a las públicas acusaciones contra Barack Obama al calificarlo como “comunista” y/o “socialista”, es obligado además de imprescindible aceptar que el Poder establecido norteamericano no está dispuesto a cambiar las “reglas del juego” capitalista aun dentro de la perfectibilidad posible en las estructuras del capitalismo no solo a lo interno de los EEUU de América cuando menos hacia lo que han considerado, históricamente, como su “patio trasero” y su real y objetiva supervivencia como Poder mundial.

En ese escenario ¿cómo desarrollará los EEUU de América sus políticas de la relación “dominación/dependencia” para ir, paulatinamente, recuperando, posicionándose y consolidando su poder en lo que consideran, ideológicamente, entre otras reales razones, su “patio trasero” y su “mare nostrum” como consideran a El Caribe tanto el oriental como el occidental a pesar de Cuba? Además de las “pequeñas y casi intrascendentes” bases militares en Honduras, Aruba, Curazao y Paraguay mas dedicadas a inteligencia y “reacción rápida” y muy específica pero, totalmente, inútiles cuando se trata de desarrollar acciones militares de larga envergadura como serían: invasiones como la sucedida en territorio ecuatoriano pero expansivas y permanentes; defensa de “rutas marítimas” sobre el Atlántico Sur y el mar caribeño; control de los centros de producción de “materias primas” como son las reservas minerales, petroleras y de gas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil junto a alcanzar el control sobre la “biodiversidad amazónica” y los centros de producción alimentaria en función de la crisis en desarrollo de las necesidad de alimentos que tendrán un fuerte impacto cuando el consumo se eleve, considerablemente, en la India, Paquistán, Bangladesh, los Tigres Asiáticos y, por supuesto, en Europa; dentro de este contexto entraría además de la Argentina, el sureño país del Uruguay; la necesaria dominación de las economías suramericanas para lograr el control de las “inversiones extranjeras”, particularmente, aquellas procedentes de China, Rusia, Irán, entre otros países. Este es el real, objetivo y necesario escenario a solucionar para que el Poder establecido norteamericano, el poder washingtoniano y la obligada permanencia del capitalismo hiper-globalizado tendrá que enfrentar los EEUU de América.

Pero ¿Cuál es el “protagonismo inducido” de Colombia en esta fiesta de intereses de Potencias? La real asimetría de poder militar entre Brasil y Colombia es evidente más cuando el Brasil es uno de los vendedores de armas a Colombia, posiblemente, después de los EEUU de América e Israel. La objetiva asimetría entre Argentina y Colombia en el campo agrícola y la producción de alimentos como factor estratégico a futuro, también, es evidente y a favor, por supuesto, a la Argentina. La asimetría en cuanto a reservas y producción de gas entre Bolivia y Colombia es, públicamente, conocida a favor de Bolivia. Los países suramericanos con importantes reservas de minerales como las existencias en Chile, Perú, Bolivia de los cuales adolece Colombia. Claro, en lo que Colombia “se lleva en los cachos” a todos los países suramericanos es en la “cultivo, industrialización, empaque y distribución y exportación” de cocaína, heroína y mariguana, solo siendo superada la producción de mariguana por el estado de California, en los EEUU de América. Entonces ¿Cuál es la razón real de ese “inducido protagonismo” al cual la ha llevado el Poder establecido norteamericano al punto de que haya “explotado” una grave crisis política, diplomática continental? Las preguntas y las respuestas las dejamos a la discusión de los “consejos comunales”.

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Miguel Ángel del Pozo


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