“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la practica”.
Aristóteles…
Mucho se ha hablado infinidades de veces
que la educación no es llenar una botella vacía sino
prender la luz de la iluminación. La educación sobre toda la política
es enseñar a pensar y no sólo aprender a tener conocimientos. Éstos
se forman con el hábito del análisis profundo con
base a la gestiones de gobierno que se realizan. Hoy en día sabemos
mucho pero analizamos poco lo que sabemos.
Estudiar y analizar las fallas de la revolución bolivariana es decisivo para ubicarnos con criterios propios en el interior de construir la sociedad socialista de justicia y de derecho. En caso contrario, seremos simplemente unos fracasados ideológicos, condenados a repetir modelos y fórmulas que fracasaron históricamente en la orbita del socialismo real. Para que la revolución bolivariana se consolide, de verdad, necesitamos ser críticos, creativos y cuidadores de no caer en el modelo estatista y represor de las ideas, opiniones y el de las libertades.
Somos críticos cuando situamos cada cosa o evento en su contexto doctrinario, social e histórico. Todo en el arte de la estrategia implica
también intereses, que crean ideologías, que son formas de justificación y a veces de encubrimiento de mediocres, aduladores y corruptos en el poder. Ser
crítico de los actos de gobierno es desenmascarar a todos los que tienen
intereses escondidos
y sacar a flote las marramuncias, y las conexiones ocultas. La sana
crítica también es
siempre autocrítica. Sólo así se abre espacio para un debate que corresponde mejor a lo real, siempre mutante. Accionar críticamente
es dar buenas señales de aquello que queremos mejorar eso implica también
situar a la dirigencia revolucionaria y al pueblo en el la dirección
general de las cosas y de las transformaciones políticas, económicas
y sociales en evolución.
Tenemos que ser críticos y a la vez creativos
cuando queremos avanzar más allá de las gestiones de gobierno
convencionales e inventar maneras sorprendentes de conducirnos a nosotros
mismos y de ubicarnos en las realidades del mundo globalizado; cuando
se establecen relaciones nuevas en el ámbito internacional.
Debemos en esta área identificar las potencialidades de la realidad
y proponer innovaciones y alternativas consistentes y viables. La creatividad
es dar alas a la imaginación en las acciones de gobierno.
La improvisación y los ensayos, a veces hacen olvidar la razón que
nos pone los pies en la tierra y nos garantiza el sentido de las realidades.
Somos triunfadores cuando prestamos atención a los valores que están
en juego, atentos a lo que realmente interesa, y preocupados por el impacto que nuestras ideas y acciones pueden causar en la población. Para avanzar
en la construcción del nuevo orden social. No nos contentemos solamente
con clasificar y analizar pequeños datos de avances logrados, sino
cuando sabemos evaluar a las personas, proyectos y valores que están
detrás de ellos. Por eso, cuando se jerarquizan las prioridades en
las acciones de gobierno lo que es urgente y lo que no lo es, cuando
establecemos prioridades y aceptamos los procesos consolidados.
En otras palabras, ser revolucionario es ser ético, personas que ponen el bien común por encima del bien particular, que se hacen co- responsables de la calidad de vida de su pueblo, y que le dan mucho valor a la dimensión espiritual, importante para el sentido de la vida en comunidad.
Para que la democracia bolivariana avance y no sea una botella vacía por la cual muchos pendejos se quieren pelear, hay que avanzar impulsando la democracia /participativa, con profundos análisis reflexivos, conjugando valores humanos, sociopolíticos prácticos, desarrollando una cultura realmente solidaria y alternativa. Para que todo esto sea posible hay que desmalezarle la mente a los que se aferran a un dogma conservador de la vieja izquierda. Hay que llevar por delante un reto con una densidad critica y autocritica en lo personal, lo colectivo, lo psicosocial, superando y dejando atrás los oprobiosos sectarismos y dogmatismos culturales.
La corrupción generalizada y la inversión de valores han llevado a muchos dirigentes de buena voluntad a ser victimas del perverso oportunismo. Es sumamente importante a estas alturas del juego, analizar las causas y efectos que los producen.
Por otro lado los que “desvían” al gobierno hacia la represión. Será que están inmersos y son parte activa de la corrupción. Hay que tener demasiada miopía política, social y humana, para no percibir los efectos catastróficos que están sembrando en la población venezolana la horrible inseguridad, la dura represión a las libertades constitucionales, el terrorismo de estado y judicial por parte de algunos funcionarios en contra de grupos opositores, (entrampando al gobierno en unas causas efectos de engaño a la opinión publica, la cual no se chupa el dedo). Hay que activar mecanismos de defensa políticos para frenar la ofensiva opositora, con argumentos y actuaciones contundentes, sin caer en la violación de los derechos civiles y políticos de las personas, exhibiendo una lógica indeclinable en la defensa y avance de la revolución bolivariana.
Siempre un alma grande está por encima de la injuria, de la injusticia y el dolor…Porque hoy en pleno siglo XXI, está más presente y actualizada la alternativa formulada por Rosa Luxemburgo:”Socialismo o Barbarie”…La actual crisis del socialismo es una crisis del significado e interpretación del socialismo.
Percasita11@yahoo.es