Los falsos revolucionarios en instituciones y empresas del Estado, causan tanto o igual daño que la guerra ejecutada por los adversarios naturales, incluyendo aquellos con nexos en el exterior, al afectar más directamente al pueblo, a ese que acude a una entidad bolivariana para que le resuelvan los problemas y termina vejado y maltratado.
No me cabe duda de que eso dirigentes disfrazados de rojo, que han ejercido sus funciones de espaldas al más necesitado, en contra del proyecto socialista, laceran más que los opositores tradicionales del proceso.
Me explico: Creo que tanto deterioro ocasionaron los empleados y políticos del Gobierno que sabían lo de la desinversión en el sector eléctrico, como el mismo fenómeno El Niño y el calentamiento global.
A mi juicio, causaron mayor lesión esos camaradas que sabiendo que misiones como la de Barrio Adentro se venía abajo y callaron, que el garganteo de los enemigos pregonando que los CDI no funcionan o que no se debe confiar en los médicos cubanos.
En mi criterio, destruyeron más esos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, que ejercieron o ejercen funciones traicionando los principios revolucionarios al gobernar como adecos o copeyanos, que Antonio Ledezma dando colitas por Europa y EEUU.
Pienso que superior perjuicio causan esos dirigentes del Psuv agazapados, esperando oportunidad para asomarse como candidatos o a una opción de un cargo que, además de notoriedad, les garanticen muchas riquezas, que los cacerolazos de la oposición.
Considero que mayor quebranto originan los “chavistas” que al llegar al poder ponen cara de buena gente y sonrisa y mirada cándida, cuando la verdad es que son impenetrables. De frente siempre dicen sí, pero como son falsos, al voltear hacen lo contrario; para colmo, al ser derrotados lloran por regresar como si estuvieran arrepentidos, estos, mis amigos lectores, causan peor daño que Ramos Allup despotricando del proceso.
Estimo que esos políticos que fungen de corderitos ante el comandante y el pueblo durante las candidaturas y después de ganar se transforman en arrogantes, prepotentes y creen que son dueños de los municipios que los eligieron, perjudican más que los enemigos diciendo que el Gobierno nacional no le baja los recursos al Zulia.
Aprecio que menoscaban más esos rojos rojitos denunciados ante la Fiscalía del Ministerio Público y la Contraloría por corrupción, que Capriles Radonski (también acusado) vociferando que el comandante regala el dinero de Venezuela.
Chávez nunca evade responsabilidad y enfrenta los problemas que se le presentan, pero estoy convencido de que, para desarrollar mejor su proyecto socialista de la mano con el pueblo, tiene que expulsar a ese tipo de dirigentes que actúan como contrarrevolucionarios y quinta columna, quizás conformada por ambiciosos de más y más riquezas y por esperanzados de que algún día caiga, para recuperar sus intereses perdidos.
(*)Periodista
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