La corrupción bancaria siempre ha sido un mal de males de nuestra estructura política por la sencilla razón que desalienta y desencanta a la ciudadanía. El presidente bolivariano, Hugo Chávez Frías, debe redimensionar la burocracia financiera porque ha tenido mucha permisividad y la banca privada ha generado un espacio artificial de deudas. Estos banqueros han tenido una avaricia sin límites y sus inversiones han sido muy especulativas.
El presidente, esta obligado a abrir un debate para que la Oficina de Supervisión Bancaria aclare como creció la burbuja financiera del país y los intereses bancarios con el proyecto de país que se lleva en el país.
Para quienes creemos en un proceso de transformación social, el anuncio del presidente es terrorífico, es que, la vara los midió a todos por igual y, los banqueros tienen sus amistades de ideología. Hace falta un tratamiento radical, sobre este mal acompañado de mucha transparencia. Lo que sabemos, es que éste tema debe ser tratado con mucha decisión, radicalidad y valentía. Es menester un cambio de mentalidad y cultura que impidan que los casos de corrupción bancaria se sucedan unos tras otros y queden los agentes libres.
No basta, inyectarle a las entidades bancarias billones de dólares o bolívares para evitar el derrumbe financiero. Es necesario ejecutar leyes adecuadas que permitan un buen manejo de los capitales y que el ahorrista se movilice con plena libertad.
Venezuela, busca el derecho de competir en el siglo XXI como un Estado que posee una sólida estructura económica y social. Nuestra historia, nos define como un Estado que tiene bien definido sus objetivos y, ante cualquier presión, el pueblo se unirá para asumir el riesgo. En estos once años hemos demostrado que en libertad, somos capaces de luchar y construir un futuro para que nos sintamos como imagen del país y el debate a ocupar es la discusión política mundial. En estos términos, la crisis bancaria estará presente, siendo compromiso de todos luchar para formar nuevos liderazgos financieros que nos permita no estar ausentes de las luchas populares.
Hay que tomar decisiones para asumir riesgos. De esta manera construimos un nuevo Estado con una imagen bancaria sólida, que, le permitirá a un denso sector poblacional trabajar con un compromiso con la fe de ese tiempo, como es el socialismo.
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