Un Grano de Maíz

Los modos espirituales de la dominación

Las reflexiones revolucionarias siempre se han asombrado frente a la paradoja de pueblos eligiendo a sus verdugos, persiguiendo a sus libertadores, sumidos en la esclavitud, y frustrando los intentos de redención.

¿Cómo consiguió la neoligarquía sacar al Libertador sin que el pueblo humilde reaccionara?

¿Cuál mecanismo se usó para neutralizar a los Generales que le eran fieles? ¿Por qué ese hecho se repite en la historia nuestra con espeluznante regularidad? ¿Por qué son muchos los intentos y poquísimos los éxitos?

Nosotros debemos estudiar este asunto con atención suprema, sólo de esta manera podremos defender el milagro. Veamos.

Son variados los modos que usa la oligarquía para dominarnos, sin embargo, los más poderosos son los espirituales, los que tienen que ver con el alma del dominado. Ya decía El Libertador, él, que era un guerrero: “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza".

A la oligarquía le interesa un pueblo ignorante, así será “instrumento de su propia destrucción”. Es decir, los intentos de redención perecen, y esto puede sonar duro y triste, en manos de los pueblos esclavos.

Variados son los modos que usa la oligarquía para dominarnos, pero uno destaca sobre todos y se repite con regularidad.

Las revoluciones siempre se resumen en un líder, es el alma de la Revolución, la suerte de éste está entrelazada con la Revolución, lo que a él le pase influye multiplicado en el proceso, lo que le pase al proceso se refleja en él multiplicado.

¡Si él faltare, la Revolución se frustra, de eso no cabe duda!

La oligarquía, taimada en su accionar, sabe a quién proteger y a quién atacar: No son por azar los atentados contra Bolívar, los seiscientos y tanto contra Fidel, el asesinato de Allende, de Torrijos, Lumunba, los atentados contra Chávez, contra Evo. No fue azar que dejaran escapar a Pompeyo y a Teodoro del San Carlos, mientras asesinaron a Fabricio y a Lovera.

Es así, el principal objetivo de las oligarquías es el líder.

Cuando la Revolución avanza, cuando el líder se consolida en el apoyo popular, y también en la madurez revolucionaria, entonces activan todas sus fuerzas, entre ellas y con más bríos a sus plumíferos y filosofastros internos, es lo que se llama la quinta columna, la encargada de preparar el terreno para quitar fuerza al líder.

Eso están haciendo aquí en nuestra Revolución, recordemos los ataques a Bolívar, lo acusaban de querer ser dictador, monarca, y de mil infamias más, al punto que en su lecho de muerte nos dijo: "Colombianos (…) Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos han abusado de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad".

Consiguieron que el pueblo de Bolívar desconfiara de su desprendimiento, esto nos da medida de la fuerza manipuladora de las oligarquías, contra ese monstruo nos enfrentamos. Los venceremos.

¡Chávez es Socialismo!

¡El Nobel para los Cinco!


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Antonio Aponte

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