“Cuando es más corrupto el estado, hay más leyes”
Tácito…
La "contradicción" del proyecto bolivariano está en el origen de los nubarrones que esta viviendo Venezuela, son una de las causas de la nueva crisis de esta nación.
Los próximos meses pueden reproyectar el futuro político de nuestro país. La revolución bolivariana sigue marcada por una profunda contradicción.
Hugo Chávez despertó a las mayorías de las masas a través de movilizaciones sociales sacándolas de su apatía. Ellas se sienten protagonistas de lo que sucede en el país. Millones de personas, antes sumisas, ahora opinan. Y lo hacen desde un Consejo Comunal, las mesas técnicas de: de agua, de salud, tierras urbanas, educación etc. la movilización social fue desencadenada por el gobierno bolivariano, y depende fuertemente de él. Los Consejos Comunales, piedra de tranca del nuevo proceso político, acostumbraban a tomarse en serio todas las propuestas de debate lanzadas por el presidente. Pero ahora cuando ven al presidente anunciar medidas decididas en forma unilateral de las cuestiones en la que estaban inmersos. Ahora no es igual porque se sienten como convidados de piedra.
La crisis que se entremezclan en la Venezuela actual está relacionada, para bien o para mal, con el carácter contradictorio fundamentalmente en lo ideológico dentro del chavismo.
Se apela a la mayoría de los más pobres para enfrentar las elites de la oligarquía. Pero no ha sido capaz de delegar en las mayorías parte de su liderazgo político… esto ha producido ineficiencia, conformismo, y personalismo, en la gestiones del gobierno.
La crisis eléctrica, es uno de los síntomas mas grave que esta enfrentando el gobierno bolivariano. La falta de electricidad se está volviendo cada vez más severa, no tiene solución a corto plazo y causará un apagón que podría destruir la economía nacional.
Se anuncian nuevos racionamientos en breve: se habla de cortes de suministro de cuatro horas diarias, cinco días por semana, (El solo anuncio de traer a Ramiro Valdez como asesor para solucionar el problema eléctrico, ha causado pánico en la población) tanto para los hogares como para el sector productivo. Aunque existe una causa natural: la prolongada sequía, devastadora para un país donde el 70% de la electricidad depende de la energía hidroeléctrica. El embalse del Gurí que produce más de la mitad de la energía generada, pierde unos 10 centímetros por día. Las causas de las fallas eléctricas no se pueden culpar sólo al clima. Como le ocurrió a Brasil a fines del siglo XX, las razones de los apagones se encuentran también en la ineficacia, la incapacidad en la planificación y la mediocridad gerencial.
Uno de los errores de la cultura personalista es juzgar que, para dirigir bien una empresa o un sector de la economía, basta con el solo compromiso político.
En el plano económico, el segundo gran problema venezolano es el riesgo por la alta inflación y el desabastecimiento y la especulación, causados por una gran caída del Bolívar frente al dólar.
El 8 de enero, el gobierno se vio obligado a abandonar la política de control de cambios fijo que mantenía desde 2003, y de una cotización de 2,15 bolívares por dólar, establecida en 2005. En el mercado paralelo, la divisa estadounidense costaba el doble, y un volumen cada vez mayor de transacciones se celebraban fuera de los canales regulares o legales.
La depreciación del Bolívar fue del 100%, pues el dólar pasó a valer 4,30 bolívares para la mayoría de las operaciones económicas, con excepción de una pequeña cesta de productos de primera necesidad (como alimentos y medicamentos) y de las compras gubernamentales, que se benefician de una cotización de 2,60 bolívares por dólar.
Para una economía que importa casi todo, la tendencia es a una inflación sin control. La clase media salió desesperada de compras, causando un severo desabastecimiento.
La burocracia bolivariana repite los errores de los gobiernos de la IV República al no enfrentar la enorme dependencia petrolera del país. En los años en que el precio del petróleo se dispararon en el mercado internacional, ingresaron toneladas de dólares a Venezuela que el país se daba el lujo de comprar todo en el exterior.
Pero, cómo enfrentar ahora un teatro de guerra social en el que se combinan racionamiento de energía eléctrica, desorganización económica e inflación acelerada.
La actual crisis venezolana entra en un terreno minado para las elecciones parlamentarias que se celebrarán el 26 de septiembre.
La oposición, parece, ya no cometer los errores en los que incurrió en el pasado, cuando abandonó la contienda en el 2005, y quedó fuera del parlamento.
Ahora hace cálculos a mediano y largo plazo. No transformara (al parecer por ahora) las protestas callejeras de las últimas semanas en un intento de golpe de Estado, como lo hizo en abril del 2002. Tratará de mantenerse unida y articulada.
Si la crisis económica se acentúa, no debe descartarse que la oposición se alce con la mayoría en la Asamblea Nacional, privando al presidente del control que ejerce para consolidar la revolución bolivariana, en un momento crucial para el proyecto socialista.
De esto suceder, todavía quedarían espacios para la rectificación. No se trata de abandonar todos los logros alcanzados. Implicaría, por lo tanto, un poder menos personalista, más abierto a las divergencias y a la necesidad de tejer alianzas sociales y políticas.
El proyecto bolivariano de esta gran cuestión del 26 de septiembre, depende el futuro inmediato de Venezuela.
Percasita11@yahoo.es