La gran revolución rusa la comenzaron las mujeres trabajadoras textiles de Petrogrado con aquella huelga que estalló el 27 de febrero (8 de marzo en el calendario occidental) de aquel inolvidable año de 1917. 3 años antes la secretaría internacional de mujeres socialistas dirigida por Clara Zetkin, había propuesto esa fecha como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lo que hace suponer que aquel conflicto fue programado para que comenzara ese día para reforzar la fecha escogida por la líder de todas las mujeres proletarias del mundo.
En torno a la fecha del 8 de marzo hay toda una manipulación imperialista que se propuso amainar el carácter comunista que tiene la conformación de una razón y de una praxis científica de la lucha de las mujeres por la liberación por la construcción del socialismo. Para ello inventó una supuesta quema de 129 mujeres costureras en fábrica de Nueva York el 8 de marzo de 1857
Las ideas marxistas habían sido tomadas y discutidas en el seno de las trabajadoras de la industria textilera de Nueva York, fueron esas ideas las que condujeron las acciones del levantamiento de las 20.000 mujeres costureras en 1909 exigiendo entre otras reivindicaciones la reducción de la jornada laboral de 15 horas a 10; la construcción de salidas de emergencias y el derecho al trabajo sin estar enceradas como prisioneras. Esas mismas ideas promocionadas y discutidas por el partido socialista de los EEUU, guiaron a las trabajadoras en la movilización y en la lucha hasta llegar a aquel 25 de marzo de 1911 cuando se produce un pavoroso incendio en las instalaciones de la fábrica Triangle donde mueren calcinadas 147 trabajadoras; resultando heridas un gran número del colectivo de obreras a consecuencias de que laboran encerradas bajo llave, y en pésimas condiciones de trabajo. La mayoría de aquellas mujeres trabajadoras eran inmigrantes de Europa.
En 1921, la Conferencia de las Mujeres Comunistas aprueba, en la 3ª Internacional, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora y decreta que a partir de 1922 será celebrado oficialmente el 8 de marzo. Clara Zetkin escogió el rojo como el color de la divisa de las luchas de las mujeres del mundo para liberarse del yugo del hombre, y de la opresión capitalista. Ese color fue sustituido por el lila que impulsaban las mujeres de la clase media y de la pequeña burguesía inglesa, muy influenciadas por el anarquismo; y que al igual que la organización de las mujeres socialistas del mundo reclamaban el derecho al sufragio femenino.
La ONU declara en 1975 la década de la mujer, la UNESCO declara en 1977, el 8 de marzo como el Día internacional de la Mujer tomando como referencia el mito del año 1857.
El aparato mediático imperialista ha manipulado fechas, pero más que eso, ha tergiversado los verdaderos motivos de la lucha de las mujeres del mundo. Quitándole la connotación de trabajo al enunciado de la celebración, retoma el antiguo proceso de utilización de las mujeres como mercancía sexual y para que estimule y encabece hábitos de consumo propios del sistema capitalista.
El más grande opresor de las mujeres es el capitalismo. ¡Vivan las mujeres en su lucha por construir el socialismo, la paz, la alegría, la autosuficiencia, la plena igualdad ante los hombres, la maternidad y el amor!
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