Con el cerebro partío

Entre mentiras se vean

La verdad es que cada día la gente se convence más de que una buena parte de la oposición está lo que se llama descocada, con el cerebro partío o vuelto leña, como suelen decir algunos; porque eso de utilizar como argumento el tatuaje grabado en el pecho de un boxeador, independientemente de lo que haya sido su criticada conducta y su accionar fuera de orden, simplemente para atacar al líder de la revolución bolivariana, es un asunto para la psiquiatría del siglo XXI.

Esas realidades que observamos en la calle día a día, que las venden como ingenuas imágenes que no quiebran un plato, de algunos que se dicen representar a la oposición, avanzan en tremenda caída o picada.

Porque –y valga el ejemplo- quien va a votar en las primarias de la oposición por un individuo que sueña con ser diputado, que viene del área de la salud, cuando no se le reconocen méritos profesionales de verdadero impacto positivo en la población, y cuando pareciera estar más rayado que la camisa a rayas que utiliza en su promoción de imprenta.

¡Hay que tener el cerebro vuelto leña para votar por alguien así!

Mi vecino de oficina, me dice que eso de cerebro vuelto leña es verdad.

-¡Pero si ese señor nunca ha trabajado, pareciera que tiene un reposo de por vida!, me gritó el colega.

Un asunto es cierto, como ese señor hay unos cuantos que han vivido de ese tipo de práctica política, como es venderse como lo que no son. Y así pasan la vida, entre mentiras y mentiras, en la creencia de que el maquillaje, el peinado, la colonia, la ropa y otras cosas que venden las y los modelos a través de la publicidad, los pueden arreglar a ellos.

Continúan creyendo que las cámaras traen bisturí incorporado para operaciones especiales.

El colega se hala los cabellos y enseguida dice:

-¿Cómo se atreve ese señor a decir en un aviso que es un emprendedor social, que luchará contra la crisis hospitalaria y la mejor atención al paciente y otros terribles males que nos aquejan? Y luego él mismo responde:

-El terrible mal que nos aquejó por mucho tiempo a todos los venezolanos fue haber caído en manos de adecos y copeyanos, ¡Eso si fue un verdadero y triste drama!



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Pedro Estacio


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