¡Qué tal, camarada¡ Emocionado por el cada vez más dinámico accionar de la Revolución pacífica, bajo el magnífico liderazgo de Maduro, pero sumamente triste por una delicada situación familiar.
La mencionaré aunque sea particular, y me disculpan porque hasta me sirve de desahogo. Dos familias esperábamos con la mayor ilusión un descendiente; una pareja, hijo y mi nuera, con mucha mayor ilusión, su primer vástago y habiendo escogido la cesárea para el 9 de este mes, requirió de una consulta médica el 3 y la lamentabilísima sorpresa, al bebé se le detuvo su corazoncito.
Imagina, camarada, qué dolor, la cesárea, que hubo que sufrir y pagar igual sin obtener el beneficio de la linda nueva vida. Lo peor es que no se sabe de qué murió. Y es la gran incógnita. Indagando, parece que se han vuelto frecuentes casos parecidos de muertes en no nacidos.
Comentaba que deberá realizarse una amplia investigación científica para determinar las posibles causas. Ver cómo se pueden evitar esos desenlaces. Camarada, por 6 días no nació y era un tremendo varón de 3.300 Kg. y 53 cm.
Mi hijo mayor que vive en Margarita estaba de vacaciones con nosotros y cuando iba a tomar uno de los ferrys nuevos participaron que se había dañado y no se sabía cuándo saldría, la arrechera y que era colectiva, y la escualidez, mayoría viajera, despotricaba del gobierno.Le permitió regresarse y compartir el dolor de familia.
Ya en Margarita me llamó para decirme que en unas tiendas conocidas donde venden equipos vio un televisor de 32” cuyo precio marcaba Bs. 33mil y te dan un 40% de descuento. Un congelador como el que compró en Puerto La Cruz en Bs. 1.200,00, lo venden en Bs.17mil. ¿Y entonces?
La gente dice que todo fue una medida de impacto para las elecciones y por eso ya no se ven las acciones reguladoras de precios y volvió la especulación, el ladronismo.
Y siguen altos los precios de los repuestos automotrices. Y zapatos y ropa.
Volviendo al caso del título y nuestro caso familiar debemos recordar que la especulación con la tristeza y el profundo dolor sigue campante.
Un detallito, la cremación que hace poco más de un año estaba en Bs.700,00 y luego pasó a Bs.1.500,00, pero ahorita, hoy, está en casi Bs.5.000,00 y no importa el tamaño del cadáver.
Se habló del costo de ataúdes y le dije al de la funeraria que ojalá la revolución apriete tuercas allí y haga como he propuesto (que luego, un día leyendo detalles históricos de la dominación colonial en Caracas coincide con mi propuesta) que todos los que vayan a ser enterrados se coloquen en sencillos féretros de tablas de pino y que para el espectáculo de la velación y hasta llegar al hueco se tapen con caparazones de diverso diseño recuperables, o sea alquiladas.
Invertir una millonada en un ataúd de lujo por 2 o 3 días y luego enterrarlo no tiene ningún sentido, por lo más cristiano que lo vean.
Indepabis, si es que revive, que se ponga las pilas en este delicado renglón.