La corrupción permite-justifica el mega-contrabando: al erradicarla enmendamos el entuerto

Ante todo, nos toca felicitar al gobierno por los esfuerzos manifiestos en la lucha contra el contrabando.

Pero el contrabando a gran escala (los tonelajes indican que es una industria) es solo apenas una de las secuelas del alto grado de  corrupción reinante en el país.

¿Cómo pueden llegar a las zonas fronterizas semejantes convoyes de mercaderías, alimentos y combustible?

Es lógico pensar, como lo sugiere un columnista de aporrea, que la progresión que culmina en las zonas fronterizas (y estados aledaños), se inicia con la permisibilidad que otorgan organismos oficiales para que los rubros del contrabando puedan entrar en esa cadena.

Un estudio muy clarificador de los modus operandi de las mafias del contrabando lo demuestra Manuel Sutherland en su artículo Aumento del 21.693,21 % en la importación de carne, caída del consumo y escasez de la misma (http://www.aporrea.org/ddhh/a193540.html); allí puede inferirse que a partir de los carteles de la corrupción que hacen vida en el gobierno y sus instituciones, se deriva una cadena que genera excedentes (y otros no auditables) en productos importados  que sencillamente, no existen en los mercados regulares porque son destinados al mercado negro y finalmente, al contrabando.

Lo expuesto por Sutherland en este pequeño ensayo-investigación, es suficiente prueba como para que las comisiones respectivas de los organismos contralores y auditores de la nación tomen carta en el asunto. Si esto sucede con la carne, que se llega a exportar en toneladas faltando en los supermercados del país, como no imaginar que se está presentando algo similar con productos no perecederos que por su condición, permiten un acopio y almacenamiento menos presuroso.

Según algunos burócratas y seudoanalistas al servicio del gobierno, la escaces de carne que se ha presentado en el mercado nacional se debe a:

...el pueblo obrero (no la burguesía) consume “demasiado. Para ellos, la clase obrera debería tener sólo lo “justo”, lo mínimo de subsistencia. Esta “gente” asevera que el consumo de carne se ha disparado por la escasez de carne que ven en los supermercados. Ese hiperconsumo es el supuesto culpable de la importación recrecida. (Sutherland)

Cuando en realidad el fraude comienza en la ASIGNACIÓN DE DIVISAS PARA LA IMPORTACIÓN que lubrica este sistema de corrupción que tiene su delta en el contrabando:

“Lo clave es el fraude que realiza la burguesía parasitaria a través de CADIVI, más de 150 mil millones de dólares, para llevárselos al exterior, para convertirlos en dólar negro,(…)”

Vladimir Acosta (citado por Sutherland).

La guadaña que pode esta irregularidad debería entonces comenzar en los importadores y sus cómplices en la asignación de divisas, porque sin ellos no hay productos desviables al contrabando.

Por otra parte; los productos que se expenden en los supermercados son los no regulados: arroz saborizado, harinas combinadas, compuestos a partir de leche... la otra parte, la que se supone que está regulada y forma parte de la canasta básica y tiene el subsidio que otorga el estado para su producción, se va del país por los caminos del contrabando.

Los pequeños operadores del contrabando, independientemente del daño que hacen a la sociedad, no son comparables a aquellos que transportan grandes tonelajes en camiones, gandolas y hasta en convoyes de bidones y recipientes, que amarrados, se deslizan por nuestras vías fluviales ante los ojos de todos. Estos operadores son mafiosos de gran calado que poseen bienes de capital para contrabandear con avionetas, lanchas,  camiones pesados, gandolas y containers.

Es entonces deducible que la cadena del contrabando cuenta con el apoyo de funcionarios de los cuerpos de seguridad y sectores de la Guardia Nacional, y digo la Guardia por ser esta la encargada de custodiar fronteras, carreteras, autopistas y muelles (el ejército lo hace en ocasiones especiales).

La seguridad de la cadena delictiva se vulneraría solo cuando están cerca de su destino y ya los efectivos de la cadena de corrupción no tiene jurisdicción para protegerla, o cuando se realizan operativos especiales como el que estamos presenciando actualmente.

¿Puede existir el contrabando de estas dimensiones sin la complicidad de sectores protegidos por el manto constitucional?

¿Puede verse el contrabando como una actividad ajena o distante de la corrupción?

...creo que no, y por ello la tarea principal para el adecentamiento de la administración pública y saneamiento de la economía debe seguir apuntando y lanzándose a la diana principal: LA CORRUPCIÓN.

salud!!!



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Diego Silva Silva

Compositor- Guitarrista- Investigador-Articulista-Conferencista. Licenciado en Educación. Ha recibido, entre otros reconocimientos (en las áreas de la música sinfónica, de cámara, electroacústica): Seis Premios Nacionales de Composición, Siete Premios Municipales de Música; el Premio Latinoamericano de Composición Casa de las Américas; ha presentado sus obras en Moscú, EEUU, Cuba, Nicaragua, Francia, Inglaterra, España, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Siria y Canadá; Investigador de la música del pasado colonial de Venezuela (restauró un extenso legajo de Canciones Patrióticas Sinfónico Coral caraqueñas desconocidas); ha estudiado las diferentes manifestaciones de la gran diversidad que representan las músicas de América y el mundo no occidental; fue asesor del departamento de investigaciones culturales del Ministerio de Cultura de Nicaragua (1983-1987); fue Vice-presidente de la Sociedad Venezolana para la Música Contemporánea y Presidente de la Comisión Artística de la Orquesta Filarmónica Nacional. Ha dirigido la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Municipal de Caracas, de los Llanos, de Falcón, de Aragua, la Filarmónica y otras agrupaciones orquestales incidentales. Ha sido guitarrista acompañante de: Gloria Martín, Alí Primera, Lilia Vera, Cecilia Todd, Los hermanos Godoy, Isabel Parra entre otras y otros. En los años 70 fue miembro Fundador de la Camerata Renacentista de Caracas en donde se desenpeñó como laudista, vihuelista, violinista y percusionista.


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