Todos sabemos que el desabastecimiento de productos en la geografía venezolana, NO es un problema exclusivamente achacable al sector productivo del gobierno revolucionario, pues la mayoría de los artículos de primera necesidad que se encuentran desaparecidos o son muy difíciles de encontrar en las estanterías de los supermercados, abastos y farmacias del país, pertenecen a engendros corporativos norteamericanos como Procter & Gamble, Kimberly-Clark y Colgate Palmolive, que unifican el gran complot neoliberal del Imperio yanqui en contra de la soberanía alimentaria impulsada por el socialismo del siglo XXI.
Una gran parte de la esclavizada ciudadanía venezolana, demuestra su clásica obediencia al régimen capitalista, mediante la irracional práctica del egoísmo, del consumismo, de los saqueos, de las trifulcas, del robo a mano armada, de la ofensa al prójimo y del novedoso “bachaqueo”, que demuestra el éxito del Dios dinero y sus marcas comerciales gringas, las cuales son capaces de hipnotizar y adueñarse del cuerpo, del alma y de la razón que envuelve al noble pueblo venezolano.
Vemos que la gente se acostumbró a lidiar todos los días con las interminables colas en las principales calles de nuestras ciudades, para esperar que abran la puerta de los comercios populares y así adquirir con premura los pañales Huggies o Pampers, los desodorantes Speed-Stick o MUM, los jabones Protex o Safeguard, el champú Head & Shoulders o Pantene, las toallas sanitarias Always o Kotex, el jabón en polvo Ariel o Ace, las afeitadoras de Gillette o Schick, el enjuague bucal Oral-B o Listerine, el papel higiénico Scott y hasta las pilas alcalinas Duracell.
Por desgracia, el inconveniente de la escasez de productos en Venezuela generado por la ultraderecha internacional junto a los tentáculos de la oposición venezolana, se viene pagando con la extrapolación de los tradicionales vicios del Tío Sam en los aguerridos paisajes emancipados por nuestro Libertador. Ya todos estamos familiarizados con el diccionario de la especulación, de la usura, del sobreprecio, del acaparamiento, de la reventa y del bachaqueo, que produce una peligrosa tentación económica en el pensamiento de los corruptos, de las mafias delictivas y de los trabajadores de a pie, que se ven seducidos a olvidar los valores éticos y morales que aprendieron en sus vidas, para llenarse los bolsillos de sangre jugando con la desesperación de la colectividad.
Es consabido que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se articula con los cuerpos de seguridad nacional pertenecientes al Estado venezolano, para decomisar la tonelada de criminalidad que menoscaba la venta de los productos de la cesta básica a la sociedad civil, como la leche en polvo, el azúcar, el aceite, la sal, la harina, la margarina o el arroz, y así lograr la pronta captura, el enjuiciamiento y la privación de libertad de cualquier hombre o mujer que se disponga a desestabilizar la economía venezolana.
Entre las codiciadas listas V.I.P conformadas por los grupos vandálicos de bachaqueros, el afanoso buhonerismo que hace su agosto durante los 12 meses del año, y los clandestinos galpones que contrabandean combustible, aceite motor o materiales de construcción, queda claro que la lucha contra la impunidad requiere del apoyo estratégico de las comunidades y sus habitantes, quienes deben denunciar los hechos punibles que sospechen u observen dentro de sus localidades, para evitar que los transgresores continúen agudizando la crisis alimentaria que padece Venezuela.
No obstante, toda la problemática social causada por el desabastecimiento de productos en los suelos venezolanos, se transmuta a través del comercio electrónico y de las redes sociales. El entorno digital provisto por la Internet, viene contribuyendo con la desestabilización de la economía venezolana. Basta con navegar por los portales venezolanos de Mercadolibre, OLX, Roloeganga, ¡Québarato!, Clasf y demás sitios del ramo comercial, para encontrar todos los pañales, los desodorantes, las cremas dentales, las toallas sanitarias, los jabones, los acondicionadores de cabello y los detergentes que casi nunca se consiguen en los anaqueles de los supermercados venezolanos.
Debemos entender que los usuarios que se encargan de crear y publicar los anuncios clasificados en esos sitios de compra y venta en línea, NO son robots provenientes de exoplanetas marcianos, pues son venezolanos de carne y hueso como usted y yo, que residen en nuestro país, que tienen cédula de identidad laminada, que dejan números telefónicos de contacto, y que especulan la mercancía que ofertan al público, aprovechando el supuesto anonimato que implica el uso del ciberespacio.
Si usted justo en este instante accede a las páginas de Mercadolibre, OLX, Roloeganga, ¡Québarato! o Clasf, podrá apreciar los anuncios de seres inescrupulosos que se dedican a rentabilizar la ausencia de artículos de primera necesidad en nuestro país. Por ejemplo, es común que los delincuentes cibernéticos disfrazados de comerciantes serios y responsables, vendan paquetes y bultos de pañales desechables a un costo visiblemente superior al precio regulado por los entes gubernamentales. Ellos sugestionan el discernir de los posibles compradores, colocando fotografías de los productos en venta y frases como “Ahórrate la colita y el tiempo de espera”, “Pregunta sin compromiso y luego cuadramos”, “¿Cuánto me dan por estos combos? o “Te dejo mi pin para que hablemos mejor”.
Esos vagabundos son tan descarados que agregan números de cuentas bancarias, direcciones precisas de sus domicilios y otros datos de carácter personal, con los que fácilmente podrían ser atrapados por los cuerpos policiales en flagrancia. Si supuestamente es casi una utopía encontrar un pañal desechable para bebé o adulto mayor en los automercados, nos preguntamos ¿Cómo es posible que ellos ofrezcan bultos y paquetes de pañales de todas las tallas y de todos los colores? ¿Será que los pañales, los desodorantes y los jabones provienen de los saqueos y de las mafias internas que laboran en las cadenas de hipermercados? ¿Por qué no tienen miedo de ser denunciados y encarcelados por los entes judiciales venezolanos?
Lo peor, es visualizar el gran número de venezolanos que están dispuestos a comprarle la mercancía con sobreprecio a esos especuladores, sin percatarse que se están volviendo cómplices del delito, y lo que es más grave, ponen en peligro su integridad física al citarse personalmente con desconocidos, a riesgo de que se trate de una estafa, un secuestro, una extorsión o un atraco. Cuando se les pregunta a los vendedores cómo hicieron para conseguir la invaluable mercancía, vemos que algunos afirman que tienen “proveedores” secretos que les surten los productos, otros son más sinceros y reconocen que los obtuvieron de Farmatodo, mientras que el resto de los malandros se niegan a responder la interrogante, borrando de inmediato la pregunta para evitar que los clientes duden en comprarles sus productos de aseo personal y alimentos de la cesta básica.
Aunque las personas pueden llamar y denunciar a esos parásitos a través del 0 800 RECLAMA (7325262), 0 800 LOJUSTO (5658786) o 0 800 SABOTAJE (72268253), es evidente que muchísimos venezolanos prefieren ser parte de la desestabilización mediática que afronta el país, utilizando las redes sociales de Facebook, Twitter y WhatsApp, para chatear y compartir los hipervínculos de las publicaciones, darles un inconsciente “Me gusta” a los delincuentes, e incrementar la oferta y la demanda de los artículos de primera necesidad. Son muy pocos los cibernautas venezolanos que denuncian esas irregularidades. Generalmente, cuando reciben los productos se quedan calladitos, y cuando son estafados deciden denunciar al revendedor para cobrar venganza.
No olvidemos que los especuladores cibernéticos se alimentan de la cartera del proletariado. La psique del comprador sabe que lo están timando con esos elevados costos, pero el ego de demostrarle a los vecinos, amigos y colegas que pudo comprar ese paquete de pañales que los demás no lograron adquirir, es suficiente motivación para gastar grandes sumas de dinero y sentir que fue más “vivo”, más “mañoso” y más “astuto” que el resto de los compatriotas venezolanos.
Recuerda que si no eres parte de la solución, eres parte del problema. La venta de productos con sobreprecio a través de las redes telemáticas venezolanas, es un verdadero negocio redondo que ocurre todos los días, y que acrecienta la crisis del sector productivo venezolano. Allí no valen los sistemas biométricos, las capta-huellas ni la generación de citas programadas. El mencionado escollo cibernético NO ha sido atacado eficazmente por el gobierno venezolano, permitiendo que la especulación y la usura se sigan apoderando del tricolor patrio.
En enero del 2015, la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde), alertó sobre el problema de la especulación en medios digitales teorizada como “Bachaqueo 2.0”, y se refirió al artículo 62 de la Ley Orgánica de Precios Justos, que prohíbe y sanciona la comercialización informal de rubros regulados en Venezuela, con pena de hasta tres años de cárcel y multas de hasta 10 mil Unidades Tributarias para los subversivos. Sin embargo, genera discordia que la Sundde exprese que el Bachaqueo 2.0 sea “una nueva modalidad de contrabando”, sabiendo que el libertinaje en los portales de comercio electrónico, lleva bastante tiempo gravitando en las redes de Venezuela, y tampoco detalla un plan de ataque efectivo que suponga una pronta salida a ese flagelo cibernético.
Si todos los días se revenden los productos de higiene personal en los portales de Mercadolibre, OLX, Roloeganga, ¡Québarato! y Clasf. Si todos los días aparecen los datos personales de los revendedores que cometen el delito tipificado por la ley. Y si todos los días se agudiza la crisis económica que aqueja a nuestro país, entonces nos volvemos a preguntar ¿Qué están esperando los organismos públicos venezolanos para atrapar a esos infractores y obligarlos a confesar de dónde sacaron esos bultos de pañales desechables, esa torre de desodorantes y champús, esa tira de afeitadoras selladitas y esas cajas llenas de jabones en polvo?
Nunca ha sido fácil que los delitos informáticos relacionados al e-commerce y al phishing se castiguen con la celeridad que ameritan los casos presentados. El problema NO radica en la falta de estatutos legales predefinidos, sino en la actitud pasiva que conllevan los burocráticos gobiernos de turno a escala global, buscando responsabilizar solamente a los usuarios que se inscribieron en los portales de comercio electrónico, sin leer los términos y condiciones de uso que los transformó en víctimas o victimarios del delito. Pero, jamás cuestionan las arbitrariedades legales que cometen los portales como Mercadolibre.com, para que el comercio electrónico se convierta en un auténtico mercado de pulgas.
En Venezuela, el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), viene en franco ascenso en todo el territorio criollo. Debemos comprender que la globalización tecnológica está cambiando el destino holístico del Mundo. La deshumanizada brecha digital cada día se acorta mucho más, y por eso, cada vez más personas verdes y silvestres tienen a su alcance sofisticados dispositivos móviles (Smartphones, Laptops y Tablets PC), que permiten accesar a los servicios de la Web sin distingo de razas, colores o credos.
Es cierto que las redes sociales vienen ayudando a que la ciudadanía se informe en qué supermercado llegará el desodorante Rexona y a qué abasto no llegará el papel higiénico Sutil Premium. Pero, también han contribuido a interceptar camiones repletos de pañales para saquearlos en plena vía pública, para forzar la santamaría de la tienda que ofrece zapatos al 2x1, y para romper los vidrios de la farmacia que vende el Atamel de 500mg. Tenemos que reconocer que tanta interacción virtual nos tiene presos en una constante manipulación informativa, en la que los factores de poder y grupos de opinión contrarrevolucionarios que operan en el país, se dedican a crear campañas de desinformación llenas de hostilidad, zozobra y mentiras que afectan la salud mental de la población.
La oposición venezolana es tan tonta, que no se da cuenta que sus propios ídolos capitalistas estadounidenses, son los grandes culpables del prolongado desabastecimiento de artículos de primera necesidad que sufre Venezuela. Viven ciegos en la ignorancia, y por eso caen en el automatismo de criticar al gobierno socialista por todo el caos urbano que se ciñe en las calles venezolanas.
Esa triste realidad es aprovechada por los revendedores, que sacan partido de la confusión, del malestar y de la impotencia de los venezolanos, para ofrecer ilícita mercancía de venta libre a los consumidores. Muchas de las personas que hacen largas colas frente a un Bicentenario o Mercal, solo pretenden comprar alimentos regulados y electrodomésticos a precio justo que ofrece el programa “Mi casa bien equipada” y “Venezuela Productiva”, para luego subir esos artículos a las redes sociales y revenderlos en los portales de comercio electrónico, esperando que la leche Casa, que el Vtelca Victoria, que el pollo Sadia, que la lavadora Haier, que el aceite de maíz Diana y que el Orinoquia Bucare Y330, se venda con un margen de ganancias superior al 300% del precio real de venta al público.
También revenden productos de las transnacionales Nestlé, Kellogg’s o Kraft Foods, que se consiguen por los caminos verdes en los supermercados de la empresa privada, y que abarcan a las galletas, a las compotas, a las bebidas en polvo y a los cereales. Pero lo más increíble, es que muchos venezolanos deciden efectuar depósitos bancarios y transferencias electrónicas a esos malhechores, para obtener los productos que se encuentran limitados en las tiendas del país. Por eso, consideramos relevante indagar sobre el clima delictivo que se respira en los portales de Mercadolibre, OLX, Roloeganga, ¡Québarato! y Clasf, ya que la mayoría de esos cibermedios permiten publicar gratuitamente los productos, NO se responsabilizan de los actos delictivos cometidos, y están muy bien posicionados en los motores de búsqueda de Google, lo que sin duda aumenta el vicio de la especulación en el horizonte bolivariano.
Es lamentable que la enfermiza especulación establecida en los portales de comercio electrónico venezolanos, sea vista como una elitesca ilusión óptica ajena a la conflictiva realidad que sufre el proceso revolucionario. Es allí donde se viene originando un foco de desestabilización económica, que no discrimina el poder adquisitivo del pueblo venezolano. Le recordamos a la Superintendencia de Precios Justos, a la Contraloría Social, al Sistema Bolivariano de Inteligencia Nacional y a las fiscalías del Ministerio Público, que el Bachaqueo 2.0 sobrepasa los dimes y diretes de las redes sociales, y se acentúa en los portales de Mercadolibre.com.ve, OLX.com.ve, Roloeganga.com.ve, Quebarato.co.ve y Clasf.co.ve.
A continuación te ofrecemos una serie de recomendaciones para escapar de la inyección consumista y vivir en armonía con la Pachamama. Usted puede confeccionar sus propios pañales reutilizables y ecológicos, empleando franelas o telas de algodón que ya no usas, y utilizando patrones de corte y costura muy simples. Aquí te dejamos un link de Youtube para que te sirva de guía visual.
Ya hemos indicado en anteriores escritos publicados en Aporrea, que hay una gran cantidad de aceites esenciales y hierbas aromáticas (lavanda, manzanilla, limón, romero, jazmín, naranja, rosa, coco, menta, sándalo), con los que se pueden preparar perfumes, desodorantes, champús y cremas dentales que nos mantienen bien limpios y relajados para realizar las actividades cotidianas. Esos ingredientes los venden en tiendas naturistas a un precio realmente módico. Incluso, puedes pedirle a los vendedores que suelen ser personas amigables y comunicativas, que te indiquen el paso a paso para la elaboración del producto, o que te vendan artículos naturales ya elaborados para la higiene personal.
De igual manera, puedes comprar bicarbonato sódico, que lo venden en cualquier farmacia, abasto, bodega, o hasta es muy probable que lo tengas guardado en algún rincón de tu casa, y al mezclarlo con agua potable y los mencionados aceites naturales, podrás tener tu propio detergente de ropa, suavizante y limpiador multiusos. Aquí te anexamos un link con fórmulas caseras.
A veces tenemos libros de cocina, que se hallan llenos de polvo en una olvidada gaveta del hogar, en los que aparecen sabrosas recetas, jugos e infusiones que se preparan sólo con verduras, legumbres y frutas, lo cual aparte de ser muy saludable para todos los venezolanos, ayuda a que el vegetarianismo le gane la batalla a los mataderos de mamíferos y aves. Aquí te dejamos un link para que te atrevas a cambiar tus hábitos alimenticios.
Vimos que la mejor alternativa para combatir el Bachaqueo en Venezuela, es tomando el control de nuestro estilo de vida, y soslayando la extrema dependencia a las marcas comerciales extranjeras. El gobierno revolucionario debe aplicar la ley y acabar con la guachafita cibernética. Usted puede visitar la página Web oficial de la Sundde, y conocer la dirección de sus oficinas a nivel nacional para formalizar la denuncia http://www.
Desde nuestro cibermedio Ekologia.com.ve te recomendamos NO comprarle artículos de primera necesidad a las mafias delictivas que se ocultan en las redes sociales y en el comercio electrónico. La ausencia de esos productos en los supermercados venezolanos, es una grandiosa oportunidad para reflexionar sobre nuestras carencias espirituales, que nos permitirá iniciar una etapa de auto-descubrimiento, agudizar el poder del pensamiento crítico y rechazar el efecto borrego que vende el Imperio yanqui.