Pildoritas 13 (año VIII)

Las colas, hueso duro de roer

En los últimos días se ha notado el abastecimiento de algunos productos que habían desparecido desde hace largo tiempo de los anaqueles, sin embargo las colas continúan incluso creciendo y en muchos casos y causando frustración y rabia a quienes cuando ya están cerca de tener acceso al producto, les dicen que este se terminó, lo cual suma diariamente un número que se acumula y al cual no sería equivocado, ubicar entre quienes en el momento de votar lo hacen nulo, votan contra la revolución o simplemente se abstienen, contribuyendo a que uno de los objetivos de la derecha se cumpla con las consecuencias impredecibles si llegaran a apoderarse de la mayoría en la Asamblea Nacional.

El anuncio del Superintendente Andrés Eloy Méndez, recién juramentado de acabar con las colas cayó en el vació, pues estas se han incrementado incluso en los expendios oficiales de Mercal y Pdval.

Esas colas, bien sabemos, se han convertido en un arma para soliviantar a la población, para facilitarle las cosas a los bachaqueros, lo cual quedó plenamente comprobado en el video presentado por el Presidente en su mensaje ante la AN.

Dichas colas no existirían si quienes están al frente de los establecimientos expendedores no se prestaran para contribuir a su formación, simplemente con ubicar el producto por el cual colocan a la gente a hacer cola, detrás de cada caja registradora y que quien esté en la caja pregunte al cliente si lo va a llevar o no, bastaría para que las colas externas se acaben y sólo se hagan las normales frente a las cajas, eso sí que todas estas estén operativas y que donde se pueda se incrementen.

No sé si se han dado cuenta, al menos aquí en San Cristóbal, sucede, que cuando aparece un producto, por ejemplo el papel higiénico paralelamente desaparece otro, como el arroz, el azúcar, el aceite, es decir productos indispensables, de primera necesidad. Ello con toda seguridad es fríamente calculado para que como quien dice, se tape un hueco pero se abra otro o más, y así se mantenga el descontento de la gente y el objetivo de la derecha incólume.

La contrarrevolución sabe que por la vía de las guarimbas ya no tiene nada que buscar, la guerra económica que es un factor que hasta ahora sigue haciéndole gran daño a buena parte de la población y si somos realistas hay que aceptar que es un hueso duro de roer, mientras no se termine sigue haciendo mucho daño y no olvidemos que por ser este un año electoral, la derecha va a hacer hasta lo, imposible por mantenerla.

Por otro lado, como sabemos, buena parte de la distribución y comercialización en general, de bienes está en manos de factores abiertamente cuadrados con la derecha, la facilidad de comunicación a través de celulares, le permite a los diferentes eslabones de las cadenas de distribución, ponerse de acuerdo para decidir qué producto que garantice el aumento de la rabia de la población, sacan del mercado en los días subsiguientes y así vemos cómo cuando hay una falla de un artículo, dicha falla se repite en casi la totalidad.

Es prácticamente una carterización acordada por todos los factores de la cadena de distribución, lo cual, aun cuando el gobierno ha logrado algunos éxitos, al descubrir acaparamientos y dar algunos golpes al contrabando, son logros que no alcanzan a erradicar el problema, razón por la cual el pueblo sigue padeciendo las consecuencias de acciones bien planificadas por la derecha nacional, en la búsqueda de derrocar al Presidente Maduro.


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Saúl Molina


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