Esperando tener tiempo junto a mi hija para hacer las compras de la casa, la que se hace una vez al mes, nos vamos un mediodía a una de esas cadenas de mercado que inventó el capitalismo, que ahora regula ventas por números de cédula, no para evitar colas, sino para vender más, aunque al que vamos, no está identificado en esas cadenas, porque hasta los famosos chinos tienen su asociación que los protege, ellos compran por producción, ejemplo, compran una producción de harina de maíz, de pasta, de arroz, etc. Nos agarra una cola de carros para entrar, vaina que no nos extraña, pues a esa hora sale la muchachera de los colegios y este queda en el frente de uno de esos colegios, pero si, era inusual esa muchedumbre.
Nos vamos apuraditas para entrar y salir rápido, cual es nuestra sorpresa que nos encontramos una pelotón con los carritos llenos hasta los tequeteques, de café en empaques de ½ Kg., envases de igual capacidad de margarinas y pastas reguladas de 1 Kg., todos con lo máximo que se permite o sea cuatro por persona, saquen la cuenta, 2 kgs., de cada rubro por persona, ahora, ¿Cómo hacen para presentar una cedula con el número correspondiente cada día?. Fíjense:
Será porque me preparo psicológicamente para hacer este tipo de paseos, que me resbala la multitud, pero mi compañera le da el ataque de locura y en medio ese ataque optamos por dejar el pelero, junto con el carrito lleno de todo, menos de los productos regulados.
En la cola, una chamita, que por su vestimenta y lenguaje, se veía que era una mandadera de oficio, no es por discriminarla por su vestimenta y actitud, porque soy tan igualita a ella, que no me destaco en el gentío, sino por su comportamiento. Cargaba un teléfono de esos que llaman inteligentes, y hablaba con alguien, que le llamaba, le afirmaba algo, y contestaba: “de acá voy a locatel, ya me dijeron que van a sacar pañales y papel”. Le digo a mi hija, vámonos de esta mierda, así como escribo, cuando iba de salida por uno de los pasillos del local, vi otro montón de gente con bolsas del Central Madeirense, con paquetes de harina PAN, la misma del monopolio POLAR, en so si mi fijé, como ya venía indispuesta de adentro, murmuro para que me escucharan los dueños de las bolsas o sea los bachacos y bachacas: “’¿No se qué hace el gobierno que no coge a los bachacos y les mete lo que acaparan, por donde Gómez le metió los plátanos a su compadre, y los mete preso a toditos o los amarra parados en un poste frente a la autopista?”, todos se cagaron de la risa, como riéndose del pueblo o sea que a los bachacos les importa un comino que les digan así , pareciera que es un honor ser delincuentes sin ley.
Lo mejor que haría nuestra revolución es, castigar a los bachacos, por delincuentes, meterlos presos o llevarlos a limpiar las líneas del tren a mano limpia con grillos en las patas, que importa si vienen los derechos humanos a meter la mano por ellos, se ponen al lado para que los cuiden.
¡Nicolás, mano dura contra los traidores de la patria, el pueblo te apoya, no le pares a los habladores de oficio, siempre habrá!.
Es que no volverán ni que San Juan baje el dedo.