Un caso de surrealismo posmoderno en Tabarataria

BCV, Banca y Revolución

En el mundillo revolucionario de aquí y del mundo, es francamente antipático el tener que criticar a la “revolución” que encarna la esperanza del Socialismo del Siglo XXI y el Alba de Pacha Mama, no obstante, creemos algun@s, el callarnos ante situaciones extremas de degradación ética notorias y evidentes, mas de difícil concreción jurídica – dado que el triste fenómeno abarca también notoriamente al Poder responsable de la administración de justicia – implicaría cohecho por omisión, o silencio cómplice, porque, aunque el grueso de la ciudadanía no tengamos acceso a los grandes medios de comunicación social – y para el caso en consideración, menos aun a los del sector oficial -, sí tenemos acceso a medios alternativos en los que, bajo nuestra propia responsabilidad, podemos airear nuestras preocupaciones y observaciones en forma responsable y civilizada, lo que constituye uno de los más importantes logros del Proceso Social en marcha, no siempre del agrado de quienes, por debajo de la autoridad presidencial, de hecho y no siempre en sintonía con ella, nos gobiernan cotidianamente, ni de quienes se les oponen sistemática y solapadamente al servicio de intereses sectoriales y de clase sin solución pacífica o democrática vislumbrable... ni dentro del “Proceso”, tal como se viene desarrollando, sino precisamente por la distancia ética e ideológica que observamos y sufrimos entre lo declarativo y lo ejecutivo que día a día se consuma. Más que distancia, podríamos decir oposición, negación o contradicción flagrantes. Y no se trata únicamente de situaciones ética, moral y legalmente enjuiciables y condenables, sino también y gravemente, de decisiones supuestamente técnicas en frontal conflicto y contradicción con sus propósitos, tanto supuestos como declarados.

Francisco Faraco, un crítico que consideramos intelectualmente facultado y socialmente sensible, por lo tanto técnicamente objetivo, pagó recientemente con cárcel la publicación de sus razonables preocupaciones y acusaciones, jurídicamente insustanciables bajo las circunstancias de la administración del derecho que la reciente expulsión del ex magistrado Velásquez Alvaray ha redundado en manifestarnos: como en tantos otros ámbitos de la vida ciudadana, vivimos en la selva legal del “might is right” (Hobbes).

Tal adversa realidad no parece amilanar a algunos ciudadanos. Recientemente, un ex alto cargo del BCV llamó la atención sobre las pérdidas de nuestro instituto emisor; Faraco se hizo eco y las explicó. Per contra, casi inmediatamente, su acusado, Tobías Nóbrega, salió en defensa del Banco Central y posteriormente (UN del sábado 27.05), la voz más respetada y creíble del Directorio del BCV, el Profesor Domingo Maza Zavala, entró en la “palestra” para tranquilizarnos con su explicación sobre la naturaleza de las pérdidas transitorias de nuestra institución financiera cupular. Sus honestas explicaciones refuerzan nuestra preocupación… respecto a los procedimientos de nuestra “revolución” que, como personeros comprometidos de la Contraloría Social y de la Promoción del Poder Popular, nos sentimos obligados e interpretar y transmitirles…, como sigue:

Estado y Banca

En un trabajo anterior (“DEUDAs”) nos cupo la responsabilidad de explicarles la naturaleza y composición de nuestra DEUDA. Allí se resaltaba – entre otras cosas sorprendentes como la “Deuda Privada Financiera” de US$9.000mm anunciada por la Sra. Presidenta de CAVIDI y la deuda contingente de BANDAGRO – que gran parte de la Deuda pública, supuestamente interna, está doblemente denominada (en Bolívares y Dólares), o sea, externalizada, lo que, aparte de significar una extraña dádiva para la banca nacional – en gran medida poseída por la gran banca internacional – eliminaba buena parte de su funcionalidad como instrumento de política monetaria, financiera y económica interna. Si adicionalmente consideramos los mecanismos de captación de los depósitos del sector oficial de que la banca se vale – ampliamente cubiertos por la prensa de denuncia: LR, VDía, LVdM, etc. -, el escándalo contrarrevolucionario es de “órdago…” Como para que nos preguntemos si esta “revolución” – cueva de ALIbabá y banqueros, comisionistas y funcionarios cohechores - merece el apoyo de la gente decente y honestamente revolucionaria… Pero, había más…

Al comentar la reciente adquisición por la Nación de bonos de la deuda argentina, concluíamos: “Otra “viveza” característica de nuestra ya mentada y rica “picaresca criolla”… Pero con esa “jugada”, además, se está provocando el restablecimiento de un pernicioso precedente pasado causante de desastrosa distorsión en las operaciones de nuestra banca: la tenencia – ahora, más que autorizada, solicitada – de divisas, valores y otros activos denominados en ellas, en sus balances, lo que hasta la fecha estaba específicamente limitado por normativas emanadas del BCV en los tiempos finales de Caldera II, a propósito del gran crack bancario. De volver a suceder – por obra de la “(re)creatividad financiera” del Ministro Merentes -, pronto volveremos ver a la banca acumulando activos en dólares, restringiendo su tímidamente renaciente intermediación y jugando a estimular nuevas devaluaciones…, con enorme ganancia parasitaria. ¡Bravo Dr. Merentes!”

Pues bien… En el periódico QD de hoy – Viernes 2.07, página publicitaria de Solfin, leemos: BCV autoriza a la banca a aumentar el límite máximo autorizado de la posición global neta en moneda extranjera de 15% hasta un 30% del total de su patrimonio (…)”.

No nos hizo esperar mucho la confirmación de nuestro pronóstico… Es natural; sin tal perniciosa autorización, la banca no podría participar en la adquisición de los bonos argentinos que el Ministro Merentes quiere venderles. Como ya indicado, esta decisión traerá consigo toda una gama de efectos perniciosos con la potencialidad de encaminarnos de vuelta a las penurias financieras de 1993…

Esta decisión, ¿ha sido autónomamente decidida por el Directorio del BCV sin presión alguna? Triste sería, si bien coherente con la que sigue…

El BCV, los banqueros y los depósitos “OverWeek”

Aparte de todos los beneficios ventajistas otorgados por este Proceso a la banca, había uno más, del que no sabíamos antes de la diatriba de la semana pasada, originada por las declaraciones de un ex alto funcionario del BCV , a las que se sumó Francisco Faraco (LR 28.06), que nos dijeron de sus pérdidas transitorias originadas en los certificados de depósitos a corto plazo, u “Overweek”, como los estamos denominando.

Según explicación del Prof. Maza Zavala: “tales instrumentos le permiten a la banca depositar en el BCV excedentes opertativos por períodos muy cortos de tiempo” (entre una y tres semanas); tales depósitos le rinden a la banca intereses del 10%.

La explicación ortodoxa que se nos da, es que tales depósitos succionan dinero en circulación, y por tanto actúan como reguladores del circulante y mitigan la inflación.

Con todo respeto, Profesor Maza, su explicación es una falacia. Y permítame, modesta y respetuosamente explicarle por qué:

(Esta explicación, como otras acaloradas y contrarias que, en trifulca intelectual a veces sostengo con mi muy respetado Maestro Francisco Mieres, va dirigida a otro Gran y muy respetado Maestro de las generaciones actuales de economistas que tratamos de vislumbrar la verdad económica que nos conviene).

a) Dado su muy corto plazo de colocación y la calidad del deudor (BCV, que como usted bien expresó: “Nunca el instituto emisor incurrirá en insolvencia”), con buen criterio gerencial, la banca, en términos operativos, considera tales depósitos como “disponibles”, o sea, como si los tuviera en su propia caja, por lo tanto su existencia en nada va a alterar sus políticas ni hábitos de comportamiento de intermediación, de cualquier modo bastante escuálidos por cierto;

b) Al no poderlo considerar un instrumento válido de regulación monetaria, no nos queda alternativa sino categorizarlo como lo que es: una generosa dádiva más del Proceso al buchón e insolidario sector bancario, en el que es predominante la presencia del sector financiero internacional. Sus beneficios han venido siendo exagerados, y continuamente los liquidan a sus principales y expatrían; su reinversión es la mínima necesaria para poder “ordeñando” el mercado.

c) Ya que el BCV está teniendo algún éxito en racionalizar las tasas de interesas activos – que para el sector agrícola estarían en el orden del 15% -, el pagarle a la banca un 10% sobre su excedente operativo colocado en el BCV, luce como una barbaridad, puesto que entre prestar con alto riesgo al 15% y obtener un 10% por no hacer nada, la mayoría de los banqueros sensatos van a optar por lo segundo. O sea que el BCV está compitiendo con y desestimulando la intermediación financiera de la banca, que prefiere ganarse ese 10% y mantener el máximo de caja disponible… y estar en la mejor posición posible para comprar los papeles de Deuda que el Dr. Merentes – Finanzas – ponga en el mercado.

d) Esas colocaciones (“Overweek” las llamamos así por analogía con los “overnight”) son prácticamente “a la vista”. Aproximadamente el 25% de los depósitos de la banca provienen de cuentas de ahorro “a la vista” – de libretitas de ahorro”; Saben el Dr. Maza y el honorable Directorio del BCV, ¿Cuánto paga la banca por tales ahorros? Obviamente sí…, los lectores también; ellos son los sacrificados ahorristas. Digámoslo: ¡3% máximo!

e) El monto a la fecha de tales colocaciones según el Dr. Maza Zavala se ubica en los Bs. 36,1 billones – casi igual a la cartera de créditos de la banca, que en Diciembre 05 se ubicaba en Bs. 37,98 billones – . Al 10%, esos dadivosos certificados de depósito a corto plazo, le rinde a los bancos la nada despreciable cifra anualizada de Bs.3,6 billones… Una maravilla, si consideramos que su capital social asciende a sólo Bs. 2,2 billones, para un patrimonio total – después de “ajustes por inflación” y otras “creatividades” asesoradas - de Bs. 9,5 billones.

Si revisamos el Directorio del BCV, la mayoría de los nombres que encontramos, comenzando con su honorable Presidente, parecemos contar con una nómina mayoritariamente tranquilizadora, tanto humana como profesional y revolucionariamente – mucho más de lo que podemos expresar sobre otras instituciones fundamentales del estado -. Si a tal conjunto de honorables ciudadanos nuestro sentido de responsabilidad social nos fuerza a expresarles lo que antecede – y no por el gusto de fregar ni alarmar -, nada extraño que quienes le dedicamos esfuerzo a la tarea de tratar de definir el Socialismo del Siglo XXI – supuesta ideología en proceso de definición de la Nación y el Proceso para su previsible implementación constitucional – caigamos en lagunas de duda que ofuscan nuestra tarea…

Nos anima la esperanza – remota - de que la expresión de nuestras inquietudes nos ayude a resolverlas.


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PauliNonius


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