Una amiga me lanzó esa pregunta en una conversación, mirándome fijamente y sin previo aviso: “¿Cuánto tiempo tarda la gente en acostumbrarse al hambre? Y mas allá de eso ¿Cuánto tiempo tardan los niños?”.
Es una pregunta cargada de angustia; luego continuó: “Sigo dando palos de ciego buscando algo para llevar a la casa mientras espero que mis niños se acostumbren a lo de comer poco, creo que es más fácil que esto último pase a que yo logre abastecer la despensa como para que coman tranquilos”
Así está la situación en el común de los hogares, la gente anda pariendo por un poquito de comida; se consigue sin problemas carnes y pollos ¿Pero a qué precio? ¿Todo el mundo puede comprar en cantidad suficiente?; Se consigue con facilidad frutas, legumbres y verduras ¿Pero a qué precio? ¿Todo el mundo puede comprar en cantidad suficiente?; se consigue sin problemas todo lo referente a charcutería ¿pero a qué precio? ¿Todo el mundo puede comprar en cantidad suficiente?...
Con algo de dinero, se puede comer pollo con papas, carne con papas, pescado con plátano; pero lo que rinde en una casa y lo que hace economizar a la hora del presupuesto es lo que desapareció: spaguetti, pastas, arroz, granos; harina de maíz precocida, harina de trigo, margarina, salsa de tomate, mayonesa (ya se acabaron las ensaladas rusas o las de repollo y zanahoria que llenaban cualquier plato como complemento), no se consigue además azúcar, aceite, leche, huevos, entre lo mas esencial.
Es doloroso para cualquier padre o madre de familia tener que rogar que los niños se acostumbren al hambre para ellos no sufrir de tanta angustia, es doloroso para cualquier padre o madre de familia salir a la calle y no poder llegar a la casa con un pan bajo el brazo.
Somos animales de costumbre y según la teoría de Darwin se aplica lo de la selección natural donde sobrevive el más fuerte, pero esto que estamos viviendo es antinatural; una clase que se ha dedicado históricamente desde los siglos de los siglos a lanzar algo a los estómagos de sus “clientes” mientras ellos se llenan los bolsillos, están boicoteando su actividad económica natural como presión a un pueblo al que decidieron castigar por haberle dado el poder político a Chávez y su chavismo.
El pueblo se encuentra acorralado y solo el orgullo nos permite a algunos pasarnos por el orto sus presiones, pero llegará el momento en que no será sostenible esa pasividad del pueblo que trata de respirar mientras un grupo minoritario se empeña en empujarle la cabeza dentro del agua y solo le permite pequeñas bocanadas de aire como para mantenerlo ahí, o nos acostumbramos a respirar a medias o nos sacudimos ese yugo de un vez por todas.
Todo tiene solución, pero en nuestro caso la cosa esta bastante complicada:Una solución sería estatizar, de una vez, todos los medios de producción; pero conociendo el grado de ineficiencia y corrupción del estado actual sería una catástrofe irreparable.
Otra solución sería entregarles a los empresarios el manejo del banco central y las divisas extranjeras, como plantean; pero conociendo el grado de perversidad y corrupción del empresariado actual sería una catástrofe irreparable.
Otra podría ser atraer inversión extranjera para que vengan a producir aquí y se acaben los monopolios y el chantaje, pero eso es imposible debido a la imagen de riesgo del país que se ha difundido a nivel internacional; ya los empresarios se encargaron de ahuyentar a cualquiera que quisiera venir para acá a quitarles la manguangua que tienen; con la campaña que han realizado de manera tan eficiente ya se aseguraron de que nadie va a venir; además los grandes empresarios de aquí están asociados, por efectos de esa ley natural, con los grandes empresarios mundiales y entre bomberos, dicen, no se pisan las mangueras.
Llegar a un acuerdo donde las cosas vuelvan a sus estados naturales sería lo ideal: un estado capaz de incentivar al productor y lograr acuerdos de beneficio mutuo y un empresariado capaz de negociar, sin presiones ni chantajes, mejores garantías para su capital.
Mientras los empresarios se empeñen en lograr el poder político para desde ahí aumentar sus negocios y los políticos se empeñen en enfrentarlos sin estrategia económica no saldremos de este atolladero y un desastre social de magnitudes increíbles nos pudiera tocar.
No podemos permitir que nuestros niños se acostumbren al hambre para no sentirnos frustrados al llegar a casa sin nada, debemos llegar a un acuerdo para que los productos básicos regresen a los anaqueles.
Eso de los ClAPs a mí en lo particular me parece que, además de ser una idea absurda, degenerará en mas corrupción, ¿Cómo carajos ahora en pleno siglo 21 vamos a vivir esperando que nos lleven una bolsa de comida a la casa?¿Los del consejo comunal?, seguramente habrá algunos que funcionan, no lo dudo, pero donde vivo los llaman “Consejo Criminal”.
Ni las colas ni los claps pueden ser un modo de vida, producción, transparencia, distribución ahí está la clave para salvar a la patria que heredamos de Chávez en estado embrionario.
Comprar comida en la calle (en el exterior) puede servir por un momento pero así tampoco podemos vivir y menos con los ingresos disminuidos por la caída del precio del petróleo.
La oposición captó para sí al empresariado en su estrategia contra el gobierno y este al ver la incapacidad de los políticos les quitó el lugar y se transformó en el brazo ejecutor de los planes de conspiración para tomar el poder político que aquellos no logran tomar con lo que debería ser el proceso natural: el voto.
El Estado debe estar en capacidad de negociar con estos y darles mejores prebendas inmediatas de las que la oposición les está ofreciendo a futuro o de las que ellos puedan lograr, también a futuro, si logran desplazar definitivamente a los político de la oposición.
El empresariado es negociante, por los siglos de los siglos han vivido de los negocios, es por ahí por donde el estado debe empezar para separarlos de la oposición y que todo vuelva a los cauces naturales normales.
Si la guerra es económica, tanto el enfrentamiento como la negociación deben ser con los empresarios y no con los políticos de la oposición, aquellos que sigan en sus procesos de revocatorio o de boicot a través de la AN.
Pero el estado y los empresarios deben enfrentarse definitivamente para poner solución a esto que nos lleva locos ya.
No nos podemos acostumbrar al hambre y menos nuestros niños.