¿Min alimentación vs claps?

Puesta en marcha la Misión Abastecimiento Soberano, surge la pregunta: ¿Un  ministerio de alimentación para qué? Creo que el ministro Padrino López podría estar mostrando que controlando las importaciones desde los puertos hasta el consumidor final, a través de los Claps, otras dependencias burocráticas son innecesarias. Sobre todo si la organización del poder originario como proceso de control del poder constituido, se va fortaleciendo y el Congreso de la Patria se libera de la burocracia y sus tareas esenciales son las que el presidente Maduro ha fijado: la renovación y el renacimiento como proceso de maduración del poder constituyente, sin el peso decisivo de gobernadores y alcaldes. Si este congreso se relanza por este camino, el presidente contaría con un apoyo esencial para las políticas que está impulsando.

Según información que circula, de los alimentos que han llegado a nuestros puertos hasta julio de 2016, más del 93% ha sido entregado  al capital privado para ser procesado y/o empaquetado, y a las empresas pública sólo cerca del 7%. Del maíz blanco sólo el 26%  ha sido entregado a las empresas públicas para ser procesado. Del trigo, el 8.6%. Del aceite crudo de soya el 25% y del frijol de soya el  16%. Del azúcar el 5%. Entonces,  ¿desde dentro del gobierno se ha conspirado para favorecer la guerra económica?

Las empresas públicas tienen capacidad de procesamiento. Sin la derrota de aquella burocracia que pueda estar conspirando con el capital transnacional, es difícil derrotar la guerra económica. El presidente Maduro, de cuyo esfuerzo soy solidario, debe recibir todo el apoyo para derrotar esta conspiración.

Respaldo la posición de José Vicente Rangel sobre el castigo a los corruptos. En la calle existe la creencia de que hay  un entramado de funcionarios públicos, miembros de la oposición, representantes del capital transnacional y mafias, que alimentan el bachaqueo corporativo, y que ese bachaqueo está encabezado por Polar, Cargill, Coposa, Monaca y bancos asociados.

Un horizonte como el que vengo dibujando, puede unir al pueblo chavista y no chavista y el discurso del presidente podría romper la polarización perversa que favorece a la oposición uniendo a todo el pueblo generando una nueva hegemonía patriótica camino al socialismo. El pueblo unido jamás será vencido.



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Julio Escalona


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