En diciembre de 2009, nuestro comandante Chávez se declaró socialista, bolivariano, cristiano y marxista. Desconcertante declaración que ha debido conducir a nuestros líderes a tratar de entender las implicaciones que tendría para el chavismo su identificación con tan distintas visiones del mundo. Pero no fue así.
Esa omisión, aunada a la intensificación de las agresiones comandadas por el imperio y al multi clasismo del PSUV ha terminado generando “ruido” en el proceso, en el gobierno, en el partido y entre la militancia que está pasando “pela”, huérfana del estímulo y de la guía de su Maestro.
Ruidos decembrinos: el énfasis de los jefes en las victorias electorales y el llamado a celebrar en grande la navidad, obviando que la masa no está para bollos.
En el primer caso, porque esas victorias no suponen necesariamente apoyo irrestricto a nada pues, es muy probable que parte de nuestros votos en esta última elección hayan sido más en “en defensa propia” que aprobatorios.
El segundo: bolivarianos, socialistas y marxistas seguimos incitando a celebrar con entusiasmo la navidad. Festividad religiosa impuesta a plomo en nuestro país y en Nuestra América por sacerdotes participantes en la invasión imperial castellana que casi extermina física y culturalmente a nuestros pueblos originarios y a los esclavizados traídos de África para satisfacer su codicia.
No hace falta estar muy alerta para encontrar “contra ruidos” en las calles y en los medios. Muchos chavistas, aun reconociendo el gigantesco esfuerzo que está haciendo el presidente Nicolás Maduro por evitar una intervención militar, estimular la producción y cumplir con la satisfacción de nuestros derechos constitucionales, están realmente molestos porque se sienten impotentes y/o políticamente excluidos.
Rabiosos con el alza incontrolable de los precios y descontentos con la ANC, con el diálogo y con los abusos de la burocracia, chavistas leales y conscientes esperan del Presidente: mayor información; apertura a la crítica y a la participación comunal directa y creciente en asuntos de interés nacional; medidas radicales para enfrentar estructuralmente nuestros problemas; mano dura, durísima, con quienes apuestan a la destrucción y el desorden, para sacar provecho del caos o para derrocar el Gobierno y salir del chavismo.
Peticiones a las cuales adiciono un pasito adelante en favor de nuestra cultura: la celebración oficial a partir del 2018 de al menos dos nuevas fiestas religiosas en honor a nuestras raíces múltiples. Una dedicada a alguna deidad indígena: María de la Onza, Osemma o Ches vinculados con la agricultura y otra, a una deidad venerada por los negros: Orumilá dios de la sabiduría que se sobrepone al mal, Oko también relacionado con la agricultura u Oshun diosa del amor y la felicidad.
Felices Fiestas y Feliz Año