Santo Tomas fue uno de los apóstoles de Jesús que no creía que él había resucitado y pidió poner sus dedos en las llagas y orificios causados por la crucifixión.
Pues así como Santo Tomas deberíamos hacer los Venezolanos para creer la sarta de mentiras que cada día nos invaden de ambos bandos.
El día que yo vea a un político de la alta esfera (sea de derecha o izquierda) haciendo una cola a las 3 am para comprar una harina de maíz precocida, puede ser que crea que le afecta la crisis alimentaria.
El día que yo vea a un político atenderse en un CDI y realizar el viacrucis para comprar las medicinas en todas las farmacias posibles, ese día creeré que le afecta la crisis de salud.
El día que yo vea a un político viajar en metro (sin escoltas) en hora pico para llegar a su oficina o montarse en las perreras (camión donde la gente parece ganado) para llegar a su destino, ese día creeré que le afecta la crisis de transporte.
El día que yo vea que bajan de peso como la mayoría de nuestro pueblo y no engordan como cochinos, entonces ese día creeré que les afecta la crisis.
Estamos mal acostumbrados a ver y saber que los políticos viajan, tiene derecho a cerrar un piso completo de una clínica solo para ellos, se ven con médicos en Houston o Francia, detienen el tráfico para poder circular sin cola en sus camionetas, de paso colocan en diciembre sus mesas full de comida y aún creer que están con el pueblo.
Seamos como Santo Tomas, Ver para creer.