El trío perfecto NiMaMo, TaElAi y PeRaTeRu, todos preñados de buenas y mejores intenciones, leales siempre, traidores nunca, los cívico militares policiales, que, con sobradas experiencias en sus áreas, han dado muestras de lo que son capaces, de los mayores actos de desfalco a la nación, de corrupción generalizada y de traición a la patria. Delitos que no prescriben y de los cuales son responsables desde la cabeza del Estado, que debería poner su cargo a la orden, si tuviera una gota de dignidad, si la honestidad y el honor fueran su divisa, como el más conspicuo del chavismo, no del madurista, que llevan once años cargando sobre sus hombros este bacalao, donde el que no pica, vuela.
Son traidores al juramento, ante Dios, ante la bandera, ante sus instituciones, ante el soberano, el pueblo venezolano, y al proceso de cambios revolucionario y chavista, con el cual se dio inició a la refundación de la V República, a la que le han propinado sucesivas descargas de dagas envenenadas, hiriendo de muerte a la república, que ha llevado más lodo que una batea. Se han llevado el chivo y el mecate, y aquí, al parecer, no ha pasado nada.
La impunidad bien gracias, asistimos a la ruina de la nación, y nada ocurre, al parecer así somos y así seremos, venimos asistiendo desde hace once años continuos, donde Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) a sido expurgada, entregando los recursos y apropiándose de las divisas, desviadas y enviadas hacia paraísos fiscales, por los funcionarios nombrados por los miembros del ejecutivo, encabezado por el propio presidente, el segundo a bordo, el tercero al bate, junto a la madrina del equipo, y todo queda en familia.
Ahora tendremos DeRo, y AiSa como sustituta y sustituto, y que siga la función, que para luego es tarde. Con tales asuntos de Estado y de gobierno, y con amigos así, no hay enemigo que los supere, porque son los que están y están los que son, que se pagan y se dan el vuelto, pero a la hora de la verdad, todos a coro cantan, De tin marín de dos pingüé, Cúcara, mácara, títere fue, Yo no fui, fue Teté, Pégale, pégale, al quien fue.