Desde La insurgencia Histórica Aborigen

Revisión etnohistórica de la Danza de las Turas de los Ayamanes (I)

Al morar en tu rostro,

Vieja Madre Tierra,

Mi alma debe cruzar

Un desierto vasto

Y desolado sola.

Nydia Ecury (Cántico a la Madre Tierra)

CON-TEXTOS Y ARGUMENTOS para la reflexión en el marco de la historia insurgente y la Re-visión etnohistórica de la danza de las Turas de los Ayamanes.

Hace algún tiempo me propuse escribir sobre la Danza de las Turas de los Ayamanes, pero luego desistí de la idea, considerando que existía ya una serie de trabajos e investigaciones realizadas por connotados historiadores e investigadores como: Miguel Acosta Saignes, Luis Arturo Domínguez, Juan Liscano, Arcaya, Alfredo Janh, Oramas y otros. Pensé, que como ya estaban plasmadas históricamente, sendas investigaciones, escribir sobre esta misma materia sería como "llover sobre mojado". Sin embargo, proseguí estudiando y analizando lo que ya estaba insertado en los textos, revistas y periódicos, comparándolos con mis experiencias presenciales, en los rituales que he venido observando desde mis 10 años de edad, en Mapararí, Estado Falcón, pueblo donde pasé mis años de infancia, donde conocí a don Cecilio Salas, quien fue capataz y fundador de las Turas de San Pedro y también fundador del Caserío San Pedro de Mapararí, y a la señora Engracia Yagurí y después en el Cerro de Moroturo, Estado Lara, siendo Reina de las Turas aquí, la señora Anastasia Perozo, a Crisóstomo "Choto" Perozo, Capataz de las turas en el Cerro de Moroturo, con quien sostuve varias conversaciones en el año 2000, así como a María Perozo, quien asume como Reina, luego de la señora Anastasia y, Alejandro cuando asume como Capataz, después de "Choto" Perozo, donde he asistido a varios encuentros de Turas y haber participado en el rescate del grupo de turas que dirigía el folclorista Ángel Carrillo Mata (fallecido) en Pampanito (Santa Inés), Con la participación de Esteban Túa, (fallecido) y Estiluber Seguerí, logramos restaurar este grupo de tura con varios niños, en el año 2002.

Partiendo de estos momentos de participación y observación he podido concebir fundamentos comparativos, entre las versiones escritas y las vivencias presenciales y testimoniales de algunos tureros, con los que he tenido conversaciones, tomando en cuenta también las diferentes informaciones históricas observadas en fuentes bibliográficas, que contienen considerables apreciaciones, plasmadas por escritores-investigadores, por lo que he considerado necesario hacer una re-visión étnohistórica, ya que es necesario entender y re-conocer que la danza de las Turas de los Ayamanes, no es sólo un ritual, no es sólo una danza, no es sólo adoración o veneración mágico-religiosa, aunque sus variadas características así lo indican, donde cada historiador-investigador ha hecho sus propias reflexiones y aportes, que en estas entregas, son tomadas en cuenta para el análisis y comprensión del sentido cultural etnográfico, que representa este ancestral ritual ayamán, que aún hoy se mantiene, a pesar de la desnaturalización cultural a la que han sido sometidas las tradiciones culturales aborígenes. Y es precisamente la razón fundamental, para el estudio y realización de estos trabajos, en lo referente al contenido mágico-espiritual-religioso, que honra la simbología integral de la Danza de la Turas de los Ayamanes, al considerar la necesidad de enriquecer los conceptos historiográficos aborígenes, en este caso, del pueblo ayamán, con argumentos, que tal vez se han quedado al margen, de las investigaciones existentes, sobre todo cuando intentamos re-visar el tránsito histórico que nos conlleve al origen de este valiente pueblo originario, extinguido y olvidado -pero no borrado del imaginario colectivo de sus descendientes- pueblo que existió al norte del hoy Estado Lara y al sur del Estado Falcón, en la República Bolivariana de Venezuela: el pueblo Ayamán, del que me siento orgulloso de ser, de alguna manera, descendiente, del que muy poco se ha escrito en comparación a otros pueblos originarios, -incluso pueblos que hoy no existen, ni siquiera por descendencia- por haber sido extinguidos mediante los métodos represivos, genocidas, por sometimiento forzoso y asimilación, en los viejos tiempos de la Conquista y la Colonia y, en los nuevos tiempos en la neo-colonización y/o recolonización, que nos ha impuesto el sistema capitalista, que desde ámbitos institucionales-oficiales impiden el interés de los pueblos, por el re-conocimiento etnohistórico ancestral y, concretamente en el caso que nos ocupa, en el presente trabajo: el pueblo Ayamán y su Danza de las Turas.

Podemos observar, que respecto a este pueblo, ha habido una manifiesta apatía y desidia histórica por parte de quienes han escrito la llamada "Historia Oficial", lo que nos debe hacer reflexionar, porque, es, que desde la misma escuela donde nos han formado desde niños, nos han enseñado la historia mediante una metodología, que nos orienta DE MANERA QUE APRENDAMOS A NO DARLE IMPORTANCIA AL ESTUDIO HISTÓRICO. Lo que nos han enseñado en nuestras escuelas, son elementos superficiales, no interpretativos de la historia, con la finalidad de que no reconozcamos nuestra auténtica identidad y eso, al sistema capitalista le ha dado resultados; y sin que nos demos cuenta, hemos caído en esta funesta trampa, que desdibuja el sentimiento cultural heredado de nuestros ancestros y atenta contra la cultura y tradiciones vernáculas y nos automatiza, hasta hacernos borrar de nuestra memoria, la imagen que rige el imaginario histórico de los pueblos aborígenes, convirtiendo así, a la gran masa popular en un elemento apático, indiferente y apacible, sobre los asuntos socio-históricos y culturales, desde el sentido crítico, lo cual nos ha convertido en una colectividad inducida al des-conocimiento de los principios fundamentales que conforman los elementos constitutivos de la cultura y el re-conocimiento de las raíces que han contribuido al surgimiento de los pueblos, desde su génesis, hasta convertirnos en una sociedad sin presencia y evocación histórica, perdiendo así, una singularidad humana, como lo es la capacidad tangible de la sistematización de las constantes acciones de la historia, ocurridas en los diferentes momentos de la vida comunitaria; cuyas metodologías de enseñanzas nos han hecho cambiar y borrar de la evocación colectiva, a través de códigos subliminales, que nos han distorsionado la realidad auténtica de las acciones realizadas por los pueblos, que se ha hecho efectivas a través de los medios de comunicación masiva, con que cuenta el sistema capitalista, para oprimir, explotar y dominar; han intervenido en la distorsión del acontecer imaginario de los pueblos, haciéndolos perder el sentimiento histórico, mítico y místico tradicional, como identidad popular. Bien lo decía el sabio Simón Rodríguez, maestro del Libertador Simón Bolívar: "El que pretende reinar: no trata de elevar al Pueblo a su dignidad no trata de enseñar para que lo conozcan, no trata de dar fuerzas para que le resistan". Y precisamente eso ha hecho el sistema capitalista imperante.

Por tal razón es bueno que se sepa, que en nuestra región: Sur de Estado Falcón y Norte del Estado Lara, aún residen las raíces vivas, de un pueblo originario que se creía sin descendencia, víctima de la conquista, la colonización europea y el neocolonialismo, asimilación, sometimiento esclavista, aniquilación y despojo de sus tierras: un pueblo que se negó a des-aparecer, y que hoy sus raíces emergen por sobre la sombra nefasta de la dominación colonial y neocolonial, por alrededor de quinientos años de resistencia étnica, que hoy, gracias a las políticas que el Gobierno Bolivariano ha implementado para la preservación y pervivencia de los pueblos aborígenes que conviven en territorio venezolano; sus culturas ancestrales y el respeto a sus espacios naturales, a través de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que contempla en el artículo 121:

"Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y lugares sagrados de culto. El Estado fomentará la valoración y difusión de las manifestaciones culturales de los pueblos indígenas, los cuales tienen derecho a una educación propia y a un régimen educativo de carácter intercultural y bilingüe, atendiendo a sus particularidades socioculturales, valores y tradiciones".

No se trata de hacer una nueva redacción histórica sobre este tema. Lo escrito, escrito está. Debo aclarar, que no estoy tratando de escribir una historia más, sobre las Turas de los Ayamanes. De lo que se trata es re-visar lo que ya está escrito, para indagar sobre los puntos divergentes que deben ser esclarecidos, utilizando la metodología de la investigación científica antropológica, con base a los criterios de la historia insurgente, que podíamos coincidir con la aplicación de la ciencia comparativa sobre los materiales ya existentes y los que podamos indagar, para el estudio crítico, en aras de reivindicar la Etnohistoria de este heroico pueblo originario, comenzando con la re-visión del tesoro espiritual más importante que nos ha podido legar esa rica ancestralidad primitiva y, que de algún modo, no hemos sabido apreciar como elemento espiritual, pleno de una riqueza extraordinaria, como lo cuenta el poeta Nasser Navarro, en su poesía: "Las turas que yo profeso": "Las que por danzar nadie me paga, primero, porque no son mías. Segundo, porque nadie detenta tanta riqueza que pueda comprarlas".

Y desde luego, a través de este estudio poder llegar a la reconstrucción etnohistórica, que nos conduzca a descubrir los orígenes de nuestro pueblo Ayamán, donde se manifieste el concurso de opiniones de quienes lean estas entregas, que lo hacemos a propósito para la reflexión y el debate etnohistórico, para el rescate de la historia cautiva, por las élites de poder imperial de todos los tiempos. También advertimos, que cada día nos alejamos de esa riqueza espiritual, lo cual se expresa como un acto de des-humanización, al desconocer los principios que rigen los ciclos naturales de la Madre Naturaleza, -dentro del contexto de la diversidad cósmica- natural- la que desde su vientre nos ha dado el ser divino, de vivir en este pluriversal mundo, en armonía con nuestro entorno natural, que por nuestros extravíos materiales y principios ideológicos incomprendidos, estamos convirtiendo ese entorno natural en un contexto inarmónico, propiciando la destrucción de nuestro ambiente, lo cual es un auto-atentado a la humanidad, desconociendo los principios que fundamentan el significado de la vida, por los pueblos originarios, y fundamentalmente el desconocimiento histórico del pueblo Ayamán, olvidando esa sabiduría ancestral, milenaria, necesaria e inmensa, pero desconocida, incluso, por los actuales descendientes, a los que el sistema opresor los ha inducido a la vergüenza étnica, después de haber sido sometidos a la asimilación y campesinización, a partir de la funesta Ley de 1882, dictada por el Presidente Antonio Guzmán Blanco, donde sólo se reconocen los pueblos aborígenes ubicados al sur del territorio de Venezuela y los del Estado Zulia. Siendo así, como las comunidades del pueblo Ayamán pierden su estatus aborigen y sus derechos como tal, siendo usurpadas su tierras de pertenencia natural, convirtiéndose en campesinos, peones de los gamonales y "terracogientes", que se cogieron el vasto territorio que las autoridades coloniales le había asignado a los Ayamanes, a través de un instrumento denominado "Resguardos Indígenas", de acuerdo a las leyes, que hasta cierto punto "trataban" de "favorecer" a los pueblos originarios.

De lo que se trata con este trabajo es re-dimir la memoria histórica, recordando los acontecimientos del pasado, escudriñar las raíces que aún sostienen las glorias y los triunfos, las derrotas y sufrimientos, los dolores y la sangre derramada por ochenta millones de aborígenes en el holocausto más horrendo cometido en la historia de la humanidad, por los crueles conquistadores europeos, en nuestro Continente Abya Yala . Por los heroicos pueblos aborígenes que no sucumbieron en sus luchas por defender sus tierras y su honor, prefiriendo morir antes que ser esclavos y entregarse al opresor.

Partiendo desde ese punto de vista historiográfico, es que podemos reconstruir la nueva historia; la historia de los vencidos, de los olvidados, de los sujetos históricos; la historia insurgente, que los historiadores euro-centrista, por conveniencias aristocráticas y serviles, no escriben o la mantienen cautiva y, lo que han escrito sobre los pueblos nativos lo han hecho con despectiva intención de impudor y cinismo, (exceptuando alguna personalidades investigadores e historiadores que han hecho sendas investigaciones para el desafío de los poderes enquistados en la cultura del capital).

Se trata de escribir la historia con base revolucionaria, que plantee la construcción de una verdadera imagen socio-histórica, que reivindique al sujeto histórico, como lo plantea Vargas y Sanoja (2002): desde los inicios de la vida social organizada en nuestro territorio, porque, incluso cuando se trate de sociedades de tiempos muy remotos, los prejuicios de la historiografía burguesa hunden sus garras en el pasado para legitimar una visión negativa del pueblo venezolano."(Pág. 21.)

En el presente Trabajo he plasmado un recorrido etnohistórico desde las escasas noticias sobre el origen del pueblo Ayamán, tomando en cuenta que es poco lo que hasta hoy se sabe con veracidad, sobre el origen de este valiente pueblo que hizo frente a las huestes invasoras del conquistador alemán Nicolás Federman, en su recorrido de destrucción y muerte, en octubre del año 1530, iniciando la estela de acciones genocidas practicadas en contra de este pueblo durante La Conquista, La Colonia, y luego los embates del sistema capitalista.

En cuanto al origen del Ritual de las Tras de los Ayamanes, lo que he podido conseguir en los materiales investigados, me ha servido para realizar una re-visión etnohistórica, dentro de un marco básico que podemos considerar como una aproximación a los orígenes, cuando se hacen comparaciones de equivalencias homólogas con otras danzas, tanto del territorio aborigen venezolano como de ubicación continental, tomando en cuenta las danzas de los aborígenes del área del Caribe, logrando una aproximación análoga.

Quienes lean estas entregas van a encontrarse con divergencias históricas, que necesariamente ameritan debate, porque se trata de escudriñarlas en las memorias del olvido, para encontrar en algún momento la historia, que permanece cautiva, escondida a propósito, para nuestro des-conocimiento y razonamiento cultural ancestral de la vida, costumbres, tradiciones, religiones y formas de convivencia de nuestros primeros pobladores de este extenso territorio en el Norte del Estado Lara y el Sur del Estado Falcón, que he denominado en esta trabajo: Territorio de las Turas de los Ayamanes, que también es la tierra del agave cocui, cocuy, donde se encuentran los genuinos productores del cocuy: el elixir de los dioses ancestrales. Elementos propuestos para la reflexión desde la insurgencia etnohistórica, para el fortalecimiento cultural, de la Danza de las Turas de los Ayamanes.

Ya que el objetivo de esta re-visión, es que logremos abrir nuestra conciencia reflexiva, para la reivindicación de la memoria histórica, que tiene que ver con re-construir y des-cubrir el tránsito histórico del pueblo Ayamán, para estimular la descolonización del pensamiento y el conocimiento, la conciencia y la historia, propongo desde estas líneas:

1°) Crear una imagen realista y fiel de lo que fue el valiente pueblo Ayamán, lo que han sido y serán sus descendientes;

2°) Contribuir en la comprensión del fundamento espiritual, y mitológico de la cosmovisión Ayamán;

3°) Revalorizar la espiritualidad de la Danza de las Turas de los Ayamanes, que se difunda a través de las instituciones educativas;

4°) Popularizar el reconocimiento histórico del pueblo originario Ayamán, promoviendo su estudio y difusión a nivel académico, en las diferentes instituciones educativas ubicadas en todo el territorio Ayamán, y demás territorios del país;

5°) Caracterizar la situación sociocultural de los descendientes del pueblo Ayamán;

6°) Determinar de manera histórica los procesos de cambios que se ha desencadenado por la dominación colonial y neocolonial sobre los descendientes del pueblo Ayamán;

7°) Activar las interacciones y articulaciones del pueblo ayamán de manera que los actuales descendientes puedan darle mayor valoración a la tradición aborigen, su historia, sus costumbres, su forma de ser, su origen, la reconstrucción de su idioma y su geografía.

8°) Plantear el proyecto para elevar la solicitud del reconocimiento del Ritual de la Danza de la Turas de los Ayamanes, como patrimonio cultural Inmaterial de la Humanidad, a través de la UNESCO.

9°) Contribuir a la reconstrucción de la historia del pueblo ayamán, desde tiempos antes de la invasión europea, recuperar la historia cautiva.

10°) Determinar mediante la investigación científica, bajo el enfoque antropológico, las raíces culturales del pueblo ayamán, su ubicación geográfica antes de la invasión y su relación con otros pueblos originarios y la afinidad mítico-espiritual-religiosa que describe la simbología de la Danza de las Turas.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2263 veces.



Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

Visite el perfil de Reinaldo Chirinos para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: