Recordaba el célebre excombatiente guerrillero Pedro “Panela” Chirinos, durante la sesión especial que Concemiranda rindió en memoria de la juventud combativa de los años sesenta, el pasado viernes, los duros instantes de tortura y muerte protagonizados por la macabra digepol, policía política encomendada por la vieja guardia adeca al exterminio de la juventud combativa de la época. Y casi gráficamente exponía el exguerillero, las formas y maneras de las agresiones digepoleras. Tan expresiva fue su disertación, que la honorable concurrencia de los viejos camaradas en los espacios del ilustre Liceo Cecilio Acosta, hacían alto a su presencia para transportarse a veces con tristeza y hasta con indignación a aquellos momentos de agudos recuerdos. Fue entonces también, lugar para reflexionar en torno al publicitado video de la tortura a un grupo de ciudadanos por parte de Polichacao. Porque ese video a la luz de lo que delata, no es mas que una versión moderna de las prácticas mas detestables de la persecución, la tortura y el martirio contra ciudadanos casi siempre inocentes. Y lo mas grave que denota esa película, es que toda una agrupación policial luce manifiesto beneplácito ante la furibunda agresión de que son presa los ciudadanos torturados. Parecía una conexión diabólica de los guardianes de Chacao con los viejos polizontes del tirano Juan Vicente Gómez, a principios del siglo pasado y que el pueblo en la época los denominó Los chácharos de Gómez. Nuevas formas de tortura, entonces, proliferan por Venezuela. Las policías de chaleco y pumpá con una formación elitista y escondidas sus intenciones fascistoides, actúan al compas de una burguesía irreductible cuyos representantes mas conspicuos en las Alcaldías del Este de Caracas ordenan con saña las agresiones al pueblo trabajador. Y el Polizonte mayor erigido hoy en la gobernación de Los Teques, actúa a trastienda como queriendo disimular desde ya, la agresión fascista que protagonizara contra Cuba y sus dependencias diplomáticas el doce de abril cuando asaltaron el poder. De manera que la tortura en Venezuela en los últimos casi cien años, puede referirse en tres contextos de acción, la rustica acción de los antiguos Chácharos de Gómez y una versión refinada en la tortura representada en la Digepol de los años sesenta, con una tercera y última forma que se esta manifestando como expresión fascista contrarrevolucionaria por parte de las policías del este de Caracas. Y después de la brillante disertación de Fernando Soto Rojas en torno al tema desde la Asamblea nacional, se esperan los más creativos esfuerzos de la revolución para impedir la irradiación de los intereses supra mezquinos de la oligarquía y sus oscuros procedimientos de imposición.
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